/ sábado 23 de septiembre de 2017

Mujeres en busca de sexo / Mi corazón hecho de escombros

Y uno piensa que al concluir el día, la tragedia se acabará, como un mal sueño. Y que al día siguiente, incluso, se renacerá otro, uno distinto, con una voluntad imperiosa para atajar las nuevas dificultades, pero también, con el presagio de fortuna.

Escucho las instrucciones cortadas de la genteque transita por la calle, los motores de máquinas trabajar, camiones encendidos, sirenas. Mi edificio está en pie, pero alrededor se habita, pareciera, campo minado... Así muchas zonas.

Son ya las 10 de la noche, casi nueve horas después de la señal de alarma, de esos instantes tan intensos que pudieron acabar con todo, en su latigazo. Así de violenta es la intensidad en la libertad, más en lade la naturaleza. No hay luz, solamente no la hay en esta cuadra. La gente no ha dejado de transitar por un lado, otro, y confluir aquí, de todas direcciones.

Los comercios, cerraron de inmediato. Caen edificios alrededor. El polvo se eleva. No hay luz, los demás servicios tampoco.

Las máquinas trabajan. A esta hora ya llegaron y hasta se fueron muchos; tambiénarribaron otros tantos, otros y otros.

Los primeros que se presentaron, antes aún de pretender alguno volver al inmueble, fueron los albañiles en grupos organizados, con picos, palas, caminando de las calles aledañas, donde colapsaron y se dañaron varios edificios.

La voz de alarma corrió, como el rumor, los minutos siguientes. Algo puede explotar…

Los jóvenes albañiles, sin retardo, siguieron avanzando. Fueron los primeros en no dejarse amedrentar, marchandoresueltos.

Muchos jóvenes, y vecinos, llegaron a apoyar. La respuesta ciudadana se dio veloz, personas y necesidades, cables, cubetas, picos, palas, cubrebocas. Sábanas para las camillas con heridos.

Los pequeños, pasaban con sus padres o mayores, sin entender. Los niños más grandes, con la expresión del rostro robada, mostrando el miedo en el cuerpo, con mirada de cristal, ajena. Muy dentro de ellos, encaramados en sí mismos, para que nada ni nadie les quite eso, su inocencia. Buscando reconstruirla.

Las ambulancias arribaron pronto. La policía le siguió, para hacer su aparición la Marina y poco más tarde, el Ejército. Pero al principio, fueron los muchachos de la construcción y muchos jóvenes más, quecayeron, cual gotas de lluvia, por torrentes.

Estos héroes anónimos, albañiles, fueron los primeros en aparecer por doquier –como si ya estuvieran ahí-, conscientes quizá, de esa corresponsabilidad, por la cantidad de obras que se edifican en la Delegación Benito Juárez, manzana a manzana; no así las autoridades del lugar.

Edificios posteriores a los 80’s colapsaron; no hubo tiempo para salir. Los más viejos,están en pie.

Nuestros gobernantes y funcionarios, también empresarios, deberán tener claro que la vida de un solo individuo es invaluable, y no permitir el crecimiento indiscriminado de las zonas, dejando el piso firme, sin la fuerza y soportes necesarios con tantos edificios que construyen… Les digo, cuadra a cuadra.¿Se cumplirán las normas de edificación?

Debo, necesitocreer, que cuando amanezca habrá la oportunidad de que todo sea mejor, aunque eso no se logra cuando hay vidas en juego. Nunca cuando estamos con los ojos como plato, sin posibilidad de sueño.A trabajar, ayudemos en lo que podamos, no solo en la ciudad de México, sino en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Puebla, Morelos, Estado de México.

Tenemos mexicanos de primera, solo gobernantes malos. La gente lleva comida, garrafas de agua, cubetas; picos, palas recién compradas -incluso-, hacen cadenas humanas para quitar escombros, organizan. Mucho antes, me atrevo a decir que horas, de que llegara cualquier mando.

Da miedo cerrar los ojos y perdernos la grandeza mexicana. Da miedo también, que la tierra brinque de nuevo, llevándonos a todos en su salto.

Pensemos que se ha cerrado el ciclo de aquel 19 de septiembre de 1985, con este del 19 de septiembre de 2017, y que llegará un tiempo de gran prosperidad y recuperación personal y nacional, de lo que valemos como pueblo, el mexicano.

¿Quéla gente se desborda en ayudar? Gracias. Vendrán días -muchos- en que eso debe persistir. Nuestro país tiene un gran futuro, a pesar de nuestros gobernantes. Habremos de tener unos que sí lo valgan. Que sí valgan esta gente que vibra y emociona, que levanta nuestro corazón, de donde lo habían dejado estos políticos, de los escombros.

celiatgramos@gmail.com

Crónica de unas horas. 19 de septiembre de 2017

Y uno piensa que al concluir el día, la tragedia se acabará, como un mal sueño. Y que al día siguiente, incluso, se renacerá otro, uno distinto, con una voluntad imperiosa para atajar las nuevas dificultades, pero también, con el presagio de fortuna.

Escucho las instrucciones cortadas de la genteque transita por la calle, los motores de máquinas trabajar, camiones encendidos, sirenas. Mi edificio está en pie, pero alrededor se habita, pareciera, campo minado... Así muchas zonas.

Son ya las 10 de la noche, casi nueve horas después de la señal de alarma, de esos instantes tan intensos que pudieron acabar con todo, en su latigazo. Así de violenta es la intensidad en la libertad, más en lade la naturaleza. No hay luz, solamente no la hay en esta cuadra. La gente no ha dejado de transitar por un lado, otro, y confluir aquí, de todas direcciones.

Los comercios, cerraron de inmediato. Caen edificios alrededor. El polvo se eleva. No hay luz, los demás servicios tampoco.

Las máquinas trabajan. A esta hora ya llegaron y hasta se fueron muchos; tambiénarribaron otros tantos, otros y otros.

Los primeros que se presentaron, antes aún de pretender alguno volver al inmueble, fueron los albañiles en grupos organizados, con picos, palas, caminando de las calles aledañas, donde colapsaron y se dañaron varios edificios.

La voz de alarma corrió, como el rumor, los minutos siguientes. Algo puede explotar…

Los jóvenes albañiles, sin retardo, siguieron avanzando. Fueron los primeros en no dejarse amedrentar, marchandoresueltos.

Muchos jóvenes, y vecinos, llegaron a apoyar. La respuesta ciudadana se dio veloz, personas y necesidades, cables, cubetas, picos, palas, cubrebocas. Sábanas para las camillas con heridos.

Los pequeños, pasaban con sus padres o mayores, sin entender. Los niños más grandes, con la expresión del rostro robada, mostrando el miedo en el cuerpo, con mirada de cristal, ajena. Muy dentro de ellos, encaramados en sí mismos, para que nada ni nadie les quite eso, su inocencia. Buscando reconstruirla.

Las ambulancias arribaron pronto. La policía le siguió, para hacer su aparición la Marina y poco más tarde, el Ejército. Pero al principio, fueron los muchachos de la construcción y muchos jóvenes más, quecayeron, cual gotas de lluvia, por torrentes.

Estos héroes anónimos, albañiles, fueron los primeros en aparecer por doquier –como si ya estuvieran ahí-, conscientes quizá, de esa corresponsabilidad, por la cantidad de obras que se edifican en la Delegación Benito Juárez, manzana a manzana; no así las autoridades del lugar.

Edificios posteriores a los 80’s colapsaron; no hubo tiempo para salir. Los más viejos,están en pie.

Nuestros gobernantes y funcionarios, también empresarios, deberán tener claro que la vida de un solo individuo es invaluable, y no permitir el crecimiento indiscriminado de las zonas, dejando el piso firme, sin la fuerza y soportes necesarios con tantos edificios que construyen… Les digo, cuadra a cuadra.¿Se cumplirán las normas de edificación?

Debo, necesitocreer, que cuando amanezca habrá la oportunidad de que todo sea mejor, aunque eso no se logra cuando hay vidas en juego. Nunca cuando estamos con los ojos como plato, sin posibilidad de sueño.A trabajar, ayudemos en lo que podamos, no solo en la ciudad de México, sino en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Puebla, Morelos, Estado de México.

Tenemos mexicanos de primera, solo gobernantes malos. La gente lleva comida, garrafas de agua, cubetas; picos, palas recién compradas -incluso-, hacen cadenas humanas para quitar escombros, organizan. Mucho antes, me atrevo a decir que horas, de que llegara cualquier mando.

Da miedo cerrar los ojos y perdernos la grandeza mexicana. Da miedo también, que la tierra brinque de nuevo, llevándonos a todos en su salto.

Pensemos que se ha cerrado el ciclo de aquel 19 de septiembre de 1985, con este del 19 de septiembre de 2017, y que llegará un tiempo de gran prosperidad y recuperación personal y nacional, de lo que valemos como pueblo, el mexicano.

¿Quéla gente se desborda en ayudar? Gracias. Vendrán días -muchos- en que eso debe persistir. Nuestro país tiene un gran futuro, a pesar de nuestros gobernantes. Habremos de tener unos que sí lo valgan. Que sí valgan esta gente que vibra y emociona, que levanta nuestro corazón, de donde lo habían dejado estos políticos, de los escombros.

celiatgramos@gmail.com

Crónica de unas horas. 19 de septiembre de 2017