/ miércoles 31 de enero de 2018

Mujeres en el Foro Económico de Davos

Tanto en los medios político, como en el empresarial y otros, suele medirse la equidad de género (cuando se hace), en términos básicamente cuantitativos, se checa el número de mujeres que participa, se contrasta contra el de hombres y con frecuencia y con razón, se miden las ganancias, dado que ese ha sido uno de los puntos más sensibles a la hora de luchar por una auténtica equidad de género.

Pero para lograr un progreso verdaderamente tangible, siempre es necesario tener la capacidad de ver más allá, algo en lo que son gran escenario los encuentros globales de mayor nivel, entre los que por supuesto se encuentra el Foro Económico Mundial, que año con año se lleva a cabo en la localidad suiza de Davos, bajo el liderazgo de Klaus Schwab, quien desde 1971 ha reunido cada principio de año a los personajes más significativos para la economía mundial en el encuentro que organiza.

Al Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, acuden tanto jefes de Estado, como empresarios, Intelectuales, periodistas, políticos de todo perfil y cuanta persona pueda incidir en el panorama económico global desde su respectiva trinchera. Se trata de un encuentro enteramente multidisciplinario, del que hay razones de sobra para que esperemos una verdadera equidad de género.

Señalando el Foro Económico Mundial del presente 2018, de una u otra forma, ha llamado la atención un número decreciente de mujeres, en cuanto a participación, es decir, en términos meramente cuantitativos, pero pensando en las implicaciones de un encuentro de esta naturaleza, habría que analizar también en qué volumen de capital se ve representado en cada participante y de qué forma influye en el desarrollo económico a nivel mundial o de alguna determinada región.

Está por ejemplo el caso de la primer ministro de Noruega, Erna Solberg, quien acude a Davos con la representación de una de las naciones con mayor ingreso percápita del mundo, de las principales productoras de petróleo y con destacada y productiva inversión a nivel global, que le tiene garantizado el bienestar a su población por varias generaciones. Una participación del nivel de la citada, puede tener un mayor peso específico que la de diez o más mandatarios de naciones en vías de desarrollo e incluso destacar más que la de Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, quien, entre otras cosas, ha demostrado insistentemente no tener mayores conocimientos de economía global, al no comprender las implicaciones de un déficit o un superávit.

Por otra parte, está el caso de Christine Lagarde, quien desde el pasado 2011, es la primera mujer en estar al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otras razones por tener una contundente carrera tanto en el derecho internacional, como en la economía global, además de haber sido ministra de Finanzas y de Asuntos Exteriores de Francia, una de las tres grandes economías de la Unión Europea.

Pero tal contundencia de la participación femenina en Davos, no se restringe sólo al Primer Mundo, pues se cuenta también con la asistencia de Chetna Gala Sinha, procedente de India y presidenta del Mann Deshi Mahila Bank, una de las organizaciones financieras clave en el financiamiento del actual crecimiento de su país, que ha gestado una gran transformación económica en el lejano oriente asiático.

Frente a la asistencia de tal nivel de mujeres a un encuentro como el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, de pronto puede empezar a quedar de lado la necesidad de contarlas numéricamente y sí por el volumen de capital que implica su presencia y la influencia de éste en el desarrollo económico global, así de fácil y en alguna medida así de complicado al mismo tiempo. Está visto que la equidad va más allá de los más simples números.

Senadora del PRI

correo: yolandadelatorre@senado.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre

Tanto en los medios político, como en el empresarial y otros, suele medirse la equidad de género (cuando se hace), en términos básicamente cuantitativos, se checa el número de mujeres que participa, se contrasta contra el de hombres y con frecuencia y con razón, se miden las ganancias, dado que ese ha sido uno de los puntos más sensibles a la hora de luchar por una auténtica equidad de género.

Pero para lograr un progreso verdaderamente tangible, siempre es necesario tener la capacidad de ver más allá, algo en lo que son gran escenario los encuentros globales de mayor nivel, entre los que por supuesto se encuentra el Foro Económico Mundial, que año con año se lleva a cabo en la localidad suiza de Davos, bajo el liderazgo de Klaus Schwab, quien desde 1971 ha reunido cada principio de año a los personajes más significativos para la economía mundial en el encuentro que organiza.

Al Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, acuden tanto jefes de Estado, como empresarios, Intelectuales, periodistas, políticos de todo perfil y cuanta persona pueda incidir en el panorama económico global desde su respectiva trinchera. Se trata de un encuentro enteramente multidisciplinario, del que hay razones de sobra para que esperemos una verdadera equidad de género.

Señalando el Foro Económico Mundial del presente 2018, de una u otra forma, ha llamado la atención un número decreciente de mujeres, en cuanto a participación, es decir, en términos meramente cuantitativos, pero pensando en las implicaciones de un encuentro de esta naturaleza, habría que analizar también en qué volumen de capital se ve representado en cada participante y de qué forma influye en el desarrollo económico a nivel mundial o de alguna determinada región.

Está por ejemplo el caso de la primer ministro de Noruega, Erna Solberg, quien acude a Davos con la representación de una de las naciones con mayor ingreso percápita del mundo, de las principales productoras de petróleo y con destacada y productiva inversión a nivel global, que le tiene garantizado el bienestar a su población por varias generaciones. Una participación del nivel de la citada, puede tener un mayor peso específico que la de diez o más mandatarios de naciones en vías de desarrollo e incluso destacar más que la de Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, quien, entre otras cosas, ha demostrado insistentemente no tener mayores conocimientos de economía global, al no comprender las implicaciones de un déficit o un superávit.

Por otra parte, está el caso de Christine Lagarde, quien desde el pasado 2011, es la primera mujer en estar al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otras razones por tener una contundente carrera tanto en el derecho internacional, como en la economía global, además de haber sido ministra de Finanzas y de Asuntos Exteriores de Francia, una de las tres grandes economías de la Unión Europea.

Pero tal contundencia de la participación femenina en Davos, no se restringe sólo al Primer Mundo, pues se cuenta también con la asistencia de Chetna Gala Sinha, procedente de India y presidenta del Mann Deshi Mahila Bank, una de las organizaciones financieras clave en el financiamiento del actual crecimiento de su país, que ha gestado una gran transformación económica en el lejano oriente asiático.

Frente a la asistencia de tal nivel de mujeres a un encuentro como el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, de pronto puede empezar a quedar de lado la necesidad de contarlas numéricamente y sí por el volumen de capital que implica su presencia y la influencia de éste en el desarrollo económico global, así de fácil y en alguna medida así de complicado al mismo tiempo. Está visto que la equidad va más allá de los más simples números.

Senadora del PRI

correo: yolandadelatorre@senado.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre