/ viernes 5 de agosto de 2022

Mujeres policías: entre la desigualdad de género y la inseguridad 

Por Estefanía López Mendoza, investigadora de Causa en Común


En lo que va del 2022 -de acuerdo con información recabada a través de fuentes periodísticas-, Causa en Común ha dado cuenta de al menos 20 asesinatos de mujeres policías en el país; siendo Guanajuato la entidad donde se concentra la mayor cantidad de asesinatos (6), seguido por Veracruz (3), y Zacatecas y Chihuahua (con 2 casos cada uno). Respecto a la corporación, destaca que 12 mujeres policías asesinadas pertenecían al ámbito municipal, 6 al estatal, y 2 estaban adscritas a la Guardia Nacional.

Hay distintas variables que explican este fenómeno, entre las que se podrían mencionar la corporación a la que se pertenece, las deficiencias presupuestarias, la relación entre la sociedad y los policías, además de que el ejercer funciones para salvaguardar el orden público y la seguridad de la ciudadanía implica un riesgo por sí mismo. En este contexto, en 8 de los 20 asesinatos a mujeres policía en lo que va del año, las agentes se encontraban en estado activo y fueron abatidas al realizar funciones relacionadas con la atención de llamadas hechas al 911. Por ejemplo, el 29 de mayo en Juárez, Chihuahua, una policía fue asesinada a manos de un asaltante al atender una llamada por robo en un establecimiento comercial.

El hecho de ser policía vuelve a los agentes un blanco para la delincuencia aún fuera de servicio, lo que resalta que algunos de los ataques dirigidos hacia las agentes son premeditados e implican un uso extremo de la violencia. Por ejemplo, de los 20 casos mencionados, 10 de las agentes se encontraban en estado franco (es decir, en su día de descanso) al momento de ser asesinadas. Tal fue la situación acontecida el pasado 10 de mayo, donde sujetos armados levantaron a una agente municipal de Abasolo, Guanajuato, y abandonaron su cadáver con diversos golpes, huellas de tortura y heridas por arma de fuego en una ranchería en el municipio de Pénjamo; o también el pasado 9 de julio, donde una agente municipal de Yuriria fue sustraída de su hogar en la madrugada y fue acribillada junto con su hermano.

En términos generales, es necesario mencionar estos casos toda vez que las mujeres policías enfrentan una serie de barreras en una corporación que es dominada por hombres. En la encuesta "¿Qué piensa la policía?", aplicada por Causa en Común en 2019, 3 de cada 10 mujeres mencionó haber sufrido o haber sido testigo de abuso sexual dentro de la corporación; mientras que 35% indicó que alguna de sus compañeras había recibido piropos ofensivos, comentarios sobre su apariencia o de índole sexual por parte de sus compañeros; además de que distintos testimonios revelan las vivencias que se padecen al interior de la corporación: “Hay compañeros que hasta incluso en discusiones con compañeras, les han pegado…y [los mandos] apoyan más a los hombres… [los mandos] le dan la razón al hombre”.

Las mujeres policías enfrentan retos como discriminación al interior de la corporación, así como al exterior debido a la mala percepción que tiene la ciudadanía sobre su labor. En este sentido, no puede dejar de cuestionarse sobre la expectativa de que las policías cuiden de la mejor manera la seguridad de la ciudadanía, si al interior de la corporación sufren abusos y condiciones de desigualdad. En este contexto, es necesario transformar las relaciones de poder que sostienen la desigualdad y la violencia basada en género en el interior y exterior de la corporación policiaca, ya que la situación que acontece con las mujeres policías no es más que un reflejo de la sociedad misma.

Por Estefanía López Mendoza, investigadora de Causa en Común


En lo que va del 2022 -de acuerdo con información recabada a través de fuentes periodísticas-, Causa en Común ha dado cuenta de al menos 20 asesinatos de mujeres policías en el país; siendo Guanajuato la entidad donde se concentra la mayor cantidad de asesinatos (6), seguido por Veracruz (3), y Zacatecas y Chihuahua (con 2 casos cada uno). Respecto a la corporación, destaca que 12 mujeres policías asesinadas pertenecían al ámbito municipal, 6 al estatal, y 2 estaban adscritas a la Guardia Nacional.

Hay distintas variables que explican este fenómeno, entre las que se podrían mencionar la corporación a la que se pertenece, las deficiencias presupuestarias, la relación entre la sociedad y los policías, además de que el ejercer funciones para salvaguardar el orden público y la seguridad de la ciudadanía implica un riesgo por sí mismo. En este contexto, en 8 de los 20 asesinatos a mujeres policía en lo que va del año, las agentes se encontraban en estado activo y fueron abatidas al realizar funciones relacionadas con la atención de llamadas hechas al 911. Por ejemplo, el 29 de mayo en Juárez, Chihuahua, una policía fue asesinada a manos de un asaltante al atender una llamada por robo en un establecimiento comercial.

El hecho de ser policía vuelve a los agentes un blanco para la delincuencia aún fuera de servicio, lo que resalta que algunos de los ataques dirigidos hacia las agentes son premeditados e implican un uso extremo de la violencia. Por ejemplo, de los 20 casos mencionados, 10 de las agentes se encontraban en estado franco (es decir, en su día de descanso) al momento de ser asesinadas. Tal fue la situación acontecida el pasado 10 de mayo, donde sujetos armados levantaron a una agente municipal de Abasolo, Guanajuato, y abandonaron su cadáver con diversos golpes, huellas de tortura y heridas por arma de fuego en una ranchería en el municipio de Pénjamo; o también el pasado 9 de julio, donde una agente municipal de Yuriria fue sustraída de su hogar en la madrugada y fue acribillada junto con su hermano.

En términos generales, es necesario mencionar estos casos toda vez que las mujeres policías enfrentan una serie de barreras en una corporación que es dominada por hombres. En la encuesta "¿Qué piensa la policía?", aplicada por Causa en Común en 2019, 3 de cada 10 mujeres mencionó haber sufrido o haber sido testigo de abuso sexual dentro de la corporación; mientras que 35% indicó que alguna de sus compañeras había recibido piropos ofensivos, comentarios sobre su apariencia o de índole sexual por parte de sus compañeros; además de que distintos testimonios revelan las vivencias que se padecen al interior de la corporación: “Hay compañeros que hasta incluso en discusiones con compañeras, les han pegado…y [los mandos] apoyan más a los hombres… [los mandos] le dan la razón al hombre”.

Las mujeres policías enfrentan retos como discriminación al interior de la corporación, así como al exterior debido a la mala percepción que tiene la ciudadanía sobre su labor. En este sentido, no puede dejar de cuestionarse sobre la expectativa de que las policías cuiden de la mejor manera la seguridad de la ciudadanía, si al interior de la corporación sufren abusos y condiciones de desigualdad. En este contexto, es necesario transformar las relaciones de poder que sostienen la desigualdad y la violencia basada en género en el interior y exterior de la corporación policiaca, ya que la situación que acontece con las mujeres policías no es más que un reflejo de la sociedad misma.