/ domingo 7 de junio de 2020

Ni los veo…ni los oigo

“Cultura a la mexicana”

CSG

Actualmente se ven, pero no se oyen. En la guerra de los datos que ha trascendido del pleito presidencial desde el inicio de su gestión con un sector de la prensa, a los datos que manejan sus más cercanos colaboradores, tal es el caso de la estadística que reporta el doctor López Gattel todos los días con motivo de la epidemia. No hay número o concepto que revele en sus declaraciones que no sea analizado con lupa por quienes han hecho de la exhibición pública del subsecretario su razón de existir en esta vida, señalando cualquier información en la que vean una contradicción o error, sea cierto o no. Que si el tapabocas, que si los guantes, que si los respiradores, que si el equipo de protección para el personal de salud o que si sus números corresponden realmente con los casos que hay en el país, etc. etc.; dando respuestas con mayor o menor éxito a estas preguntas y a otras de muy distintas disciplinas, práctica que lo está convirtiendo en “cátcher de ligas mayores”.

Hace unos días el doctor José Narro, secretario de Salud en un breve periodo del sexenio anterior y antes rector de la UNAM, rebatió la afirmación notoriamente optimista de López Gattel y del presidente, en el sentido de que la curva de la epidemia empezaba a “achatarse”, es decir, estaban resultando adecuadas las medidas tomadas por las autoridades contra el contagio. Las afirmaciones de Narro nos parecieron a muchos puntuales y lógicos, por lo que también creímos debían ser contestados por el subsecretario para no equivocar la percepción social sobre el combate al problema, sobre todo porque la crítica fue emitida por un médico y académico de gran prestigio. Sin embargo, no vimos la respuesta a la duda sembrada por el último “Titular de la Secretaría de Salud del periodo neoliberal”, más bien la respuesta fue su desautorización, por el abandono de 320 hospitales durante la administración anterior, lo que se replicó copiosamente por las redes sociales, predominando el tono ofensivo y descortés ¿Y la respuesta oficial a su argumento?, yo, no la vi.

Desde luego que hoy, el tema principal de cualquier conversación en todo el mundo es el “coronavirus”, aunque le pisa los talones rápidamente el tema de la economía, sobre todo ante el desastre provocado por el obligado abandono de las actividades productivas practicadas por humanidad; independientemente de las decisiones gubernamentales, equivocadas o no; y que en la nueva normalidad, haremos unas de manera diferente, otras desaparecerán y sin duda surgirán más de las cenizas de aquellas que se extingan. La “sana distancia” que las circunstancias nos han impuesto, parece ser el inicio de una sincera preocupación por la salud de los demás, incluso de los que ni conocemos, pues a golpes estamos aprendiendo que lo que les pase a ellos también nos pasará, más nos vale iniciar por nuestra casa y nuestro México.

En este escenario global, nuestro país, como muchos otros, es un lugar de encuentro violento de intereses y pareceres, siendo lastimoso que, a pesar de las circunstancias adversas a todos, no sepamos preguntarnos y contestarnos con cortesía, o debatir con la humildad de quien sabe que cuando menos alguna vez se puede equivocar, virtudes mínimas que requerimos si realmente deseamos seguir existiendo como especie y no comportarnos como miembros de una pandilla, o,

¿Qué estamos esperando…qué el destino nos alcance?

napoleonef@hotmail.com


“Cultura a la mexicana”

CSG

Actualmente se ven, pero no se oyen. En la guerra de los datos que ha trascendido del pleito presidencial desde el inicio de su gestión con un sector de la prensa, a los datos que manejan sus más cercanos colaboradores, tal es el caso de la estadística que reporta el doctor López Gattel todos los días con motivo de la epidemia. No hay número o concepto que revele en sus declaraciones que no sea analizado con lupa por quienes han hecho de la exhibición pública del subsecretario su razón de existir en esta vida, señalando cualquier información en la que vean una contradicción o error, sea cierto o no. Que si el tapabocas, que si los guantes, que si los respiradores, que si el equipo de protección para el personal de salud o que si sus números corresponden realmente con los casos que hay en el país, etc. etc.; dando respuestas con mayor o menor éxito a estas preguntas y a otras de muy distintas disciplinas, práctica que lo está convirtiendo en “cátcher de ligas mayores”.

Hace unos días el doctor José Narro, secretario de Salud en un breve periodo del sexenio anterior y antes rector de la UNAM, rebatió la afirmación notoriamente optimista de López Gattel y del presidente, en el sentido de que la curva de la epidemia empezaba a “achatarse”, es decir, estaban resultando adecuadas las medidas tomadas por las autoridades contra el contagio. Las afirmaciones de Narro nos parecieron a muchos puntuales y lógicos, por lo que también creímos debían ser contestados por el subsecretario para no equivocar la percepción social sobre el combate al problema, sobre todo porque la crítica fue emitida por un médico y académico de gran prestigio. Sin embargo, no vimos la respuesta a la duda sembrada por el último “Titular de la Secretaría de Salud del periodo neoliberal”, más bien la respuesta fue su desautorización, por el abandono de 320 hospitales durante la administración anterior, lo que se replicó copiosamente por las redes sociales, predominando el tono ofensivo y descortés ¿Y la respuesta oficial a su argumento?, yo, no la vi.

Desde luego que hoy, el tema principal de cualquier conversación en todo el mundo es el “coronavirus”, aunque le pisa los talones rápidamente el tema de la economía, sobre todo ante el desastre provocado por el obligado abandono de las actividades productivas practicadas por humanidad; independientemente de las decisiones gubernamentales, equivocadas o no; y que en la nueva normalidad, haremos unas de manera diferente, otras desaparecerán y sin duda surgirán más de las cenizas de aquellas que se extingan. La “sana distancia” que las circunstancias nos han impuesto, parece ser el inicio de una sincera preocupación por la salud de los demás, incluso de los que ni conocemos, pues a golpes estamos aprendiendo que lo que les pase a ellos también nos pasará, más nos vale iniciar por nuestra casa y nuestro México.

En este escenario global, nuestro país, como muchos otros, es un lugar de encuentro violento de intereses y pareceres, siendo lastimoso que, a pesar de las circunstancias adversas a todos, no sepamos preguntarnos y contestarnos con cortesía, o debatir con la humildad de quien sabe que cuando menos alguna vez se puede equivocar, virtudes mínimas que requerimos si realmente deseamos seguir existiendo como especie y no comportarnos como miembros de una pandilla, o,

¿Qué estamos esperando…qué el destino nos alcance?

napoleonef@hotmail.com


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