/ sábado 1 de junio de 2019

Niños víctimas de la agresión

El 4 de junio de cada año es el Día Internacional de los niños víctimas inocentes de la agresión. De los niños, es importante visibilizar sus condiciones de vida, son el futuro y también el presente de la humanidad.

En efecto, diferentes diagnósticos señalan que la situación representa áreas de oportunidades a nivel mundial: “Todos los niños tienen el potencial de ser felices, estar sanos y prosperar. Sin embargo, cuando son testigos o víctimas de la violencia, ese potencial se deteriora y afecta a su salud, su bienestar y su futuro. Los efectos pueden dejarles secuelas a ellos, y a la humanidad incluida, de por vida”.

En la comunidad, históricamente se conoce de las consecuencias negativas en forma directa o indirecta. Los expertos señalan que en la vida cotidiana un alto porcentaje de la niñez sufren actos de violencia, de daños colaterales e incluso de revictimización. De los victimarios que ejercen la violencia física, verbal, psicológica, entre otros, se menciona con frecuencia a los: Padres, madres, familiares, maestros, amigos, compañeros íntimos o extraños, autoridades. Las estadísticas destacan prevalencia en personas de su convivencia y confianza.

Sin embargo, también concurren hechos de violencia contra niños y adolescentes con otro tipo de victimarios sin rostro en aquellos países con enfrentamientos armados. Si bien, se observa que las actividades de reclutamiento y utilización de niños en esos conflictos armados disminuye, aún persisten la presencia de niños soldados. Un tema actual, que duele es referido a la situación de las niñas y los niños en las caravanas de migrantes de países vecinos del sur al vecino del norte. Para el bien común y personal nuestro país participa en la búsqueda de soluciones que acoten esos hechos no deseados.

En el contexto México, en las 32.9 millones de viviendas particulares residen 122.3 millones de personas de todas las edades; los menores de 18 años son alrededor de 39.2 millones de niños y adolescentes, representando el 32.8 por ciento.

Para nuestra tranquilidad, el tema de los niños y adolescentes está presente en los diferentes poderes y niveles de gobierno. Vivimos en la certidumbre que: los derechos humanos deben respetarse, al igual los protocolos, que practicar la Ley del Talión “ojo por ojo, diente por diente”, entre otros, se corre el riesgo de quedar ciegos y sin dientes… y del efecto boomerang la certeza que aquí, durante nuestra vida, pagamos las penalidades del comportamiento antisocial.

Es indudable que una efectiva prevención de conductas antisociales en adultos inicia desde la infancia, el mejorar su calidad de vida sería el verdadero camino de una lucha eficaz contra las adicciones, la violencia y por supuesto contra la delincuencia bajo una óptica de la prevención, generando mejores condiciones que impactarían positivamente en el tejido social.

Entonces ¿Cómo participar con impacto positivo en corto, mediano y largo plazo ? evidentemente, es tarea de todos, abonemos al aprendizaje y correcta historia de vida de un menor y en cualquier edad. Como punto de partida, ya lo hemos comentado, erradicar las condiciones que activen el maltrato. Es urgente no guardar silencio, o caer en la indiferencia ante las sutiles o evidentes modalidades de la violencia; apoyemos para que jamás dude de sí misma, de su presente y su futuro.

En tiempo y forma construyan su capacidad de amar y tomar los compromisos de integrar su propia familia. Vivamos sin violencia, avancemos en la Cultura de Paz.

hazael.ruiz@hotmail.com


El 4 de junio de cada año es el Día Internacional de los niños víctimas inocentes de la agresión. De los niños, es importante visibilizar sus condiciones de vida, son el futuro y también el presente de la humanidad.

En efecto, diferentes diagnósticos señalan que la situación representa áreas de oportunidades a nivel mundial: “Todos los niños tienen el potencial de ser felices, estar sanos y prosperar. Sin embargo, cuando son testigos o víctimas de la violencia, ese potencial se deteriora y afecta a su salud, su bienestar y su futuro. Los efectos pueden dejarles secuelas a ellos, y a la humanidad incluida, de por vida”.

En la comunidad, históricamente se conoce de las consecuencias negativas en forma directa o indirecta. Los expertos señalan que en la vida cotidiana un alto porcentaje de la niñez sufren actos de violencia, de daños colaterales e incluso de revictimización. De los victimarios que ejercen la violencia física, verbal, psicológica, entre otros, se menciona con frecuencia a los: Padres, madres, familiares, maestros, amigos, compañeros íntimos o extraños, autoridades. Las estadísticas destacan prevalencia en personas de su convivencia y confianza.

Sin embargo, también concurren hechos de violencia contra niños y adolescentes con otro tipo de victimarios sin rostro en aquellos países con enfrentamientos armados. Si bien, se observa que las actividades de reclutamiento y utilización de niños en esos conflictos armados disminuye, aún persisten la presencia de niños soldados. Un tema actual, que duele es referido a la situación de las niñas y los niños en las caravanas de migrantes de países vecinos del sur al vecino del norte. Para el bien común y personal nuestro país participa en la búsqueda de soluciones que acoten esos hechos no deseados.

En el contexto México, en las 32.9 millones de viviendas particulares residen 122.3 millones de personas de todas las edades; los menores de 18 años son alrededor de 39.2 millones de niños y adolescentes, representando el 32.8 por ciento.

Para nuestra tranquilidad, el tema de los niños y adolescentes está presente en los diferentes poderes y niveles de gobierno. Vivimos en la certidumbre que: los derechos humanos deben respetarse, al igual los protocolos, que practicar la Ley del Talión “ojo por ojo, diente por diente”, entre otros, se corre el riesgo de quedar ciegos y sin dientes… y del efecto boomerang la certeza que aquí, durante nuestra vida, pagamos las penalidades del comportamiento antisocial.

Es indudable que una efectiva prevención de conductas antisociales en adultos inicia desde la infancia, el mejorar su calidad de vida sería el verdadero camino de una lucha eficaz contra las adicciones, la violencia y por supuesto contra la delincuencia bajo una óptica de la prevención, generando mejores condiciones que impactarían positivamente en el tejido social.

Entonces ¿Cómo participar con impacto positivo en corto, mediano y largo plazo ? evidentemente, es tarea de todos, abonemos al aprendizaje y correcta historia de vida de un menor y en cualquier edad. Como punto de partida, ya lo hemos comentado, erradicar las condiciones que activen el maltrato. Es urgente no guardar silencio, o caer en la indiferencia ante las sutiles o evidentes modalidades de la violencia; apoyemos para que jamás dude de sí misma, de su presente y su futuro.

En tiempo y forma construyan su capacidad de amar y tomar los compromisos de integrar su propia familia. Vivamos sin violencia, avancemos en la Cultura de Paz.

hazael.ruiz@hotmail.com