/ sábado 4 de agosto de 2018

No a la desaparición de la STCdMx

“Los hombres pasan, las instituciones perduran, pero hay algunos hombres que perduran e instituciones que pasan…”

Zacarías

En días pasados, Claudia Sheinbaum, quien asumirá el cargo de Jefa de Gobierno de la Ciudad de Me.xico el próximo 5 de diciembre del presente año, anunció que en su administración desaparecerían cuatro secretarías, de entre las cuales destaca la del Trabajo y Fomento al Empleo, para integrarse a la Secretaría de Desarrollo Económico.

Debe considerarse que la fusión entre secretarías no puede verse como una simple compactación entre dependencias, funciones o estructuras orgánicas, pues ante todo es importante reconocer la utilidad de que exista una dependencia que se ocupe de una rama administrativa de alta especialidad y sobre todo, encargada de atender una necesidad básica de los ciudadanos.

En principio, vale la pena mencionar que la creación de esta secretaría por virtud de decreto publicado en la Gaceta Oficial el 06 de febrero de 2007, fue realizada a costos compensados, es decir, no involucró un aumento al presupuesto de la Ciudad de México. Pero lo más destacado es que su génesis es de servicio para la ciudadanía, en el cúmulo de funciones y facultades de las unidades administrativas que con el paso de los años le fueron siendo adscritas desde 1941 a la entonces Dirección del Trabajo, que posteriormente pasó a ser una subsecretaría y finalmente constituir la citada secretaría.

Estas funciones y facultades que le fueron adscritas con el paso del tiempo y que aún se encuentran bajo su rectoría, inclusive todo esto previsto en la nueva Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y de la Administración Pública que entrará en vigor el mismo 5 de diciembre próximo, son las relativas a la inspección del trabajo local, de la coordinación y regulación de la Procuraduría de la Defensa del Trabajo, de la capacitación laboral y de la Previsión Social; todas la cuales son fundamentales y por lo tanto merecen ser reguladas por un sector central.

Para ello debe verse que las funciones descritas, por su naturaleza, no pueden ser asimilables a las que tiene la Secretaría de Desarrollo Económico (esto lo digo sin demérito alguno, a José Luis Beato, persona que conozco y que además respeto), ya que sus objetivos son disimiles, pues ésta es la encargada de fomentar la producción e inversión, y la otra, tiene como finalidad regular y vigilar el equilibrio de los factores de la producción.

Aunado a ello, debe considerarse que, en términos de la nueva Constitución de la Ciudad de México, y conforme a las facultades previstas en la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y de la Administración Pública de la CdMx, la Secretaría del Trabajo habrá de ocuparse de velar por el cumplimiento del derecho humano al trabajo.

En conclusión falta mucho por hacer, como la reforma laboral para los trabajadores al servicio de la ciudad, de los trabajadores no asalariados e independientes, así como de las acciones para evitar formas de contratación precaria o simulada para evitar vínculos laborales, lo cual habría de operar la secretaría que se propone desaparecer.

Ojalá se reflexione al respecto y se proceda en consecuencia.

“Los hombres pasan, las instituciones perduran, pero hay algunos hombres que perduran e instituciones que pasan…”

Zacarías

En días pasados, Claudia Sheinbaum, quien asumirá el cargo de Jefa de Gobierno de la Ciudad de Me.xico el próximo 5 de diciembre del presente año, anunció que en su administración desaparecerían cuatro secretarías, de entre las cuales destaca la del Trabajo y Fomento al Empleo, para integrarse a la Secretaría de Desarrollo Económico.

Debe considerarse que la fusión entre secretarías no puede verse como una simple compactación entre dependencias, funciones o estructuras orgánicas, pues ante todo es importante reconocer la utilidad de que exista una dependencia que se ocupe de una rama administrativa de alta especialidad y sobre todo, encargada de atender una necesidad básica de los ciudadanos.

En principio, vale la pena mencionar que la creación de esta secretaría por virtud de decreto publicado en la Gaceta Oficial el 06 de febrero de 2007, fue realizada a costos compensados, es decir, no involucró un aumento al presupuesto de la Ciudad de México. Pero lo más destacado es que su génesis es de servicio para la ciudadanía, en el cúmulo de funciones y facultades de las unidades administrativas que con el paso de los años le fueron siendo adscritas desde 1941 a la entonces Dirección del Trabajo, que posteriormente pasó a ser una subsecretaría y finalmente constituir la citada secretaría.

Estas funciones y facultades que le fueron adscritas con el paso del tiempo y que aún se encuentran bajo su rectoría, inclusive todo esto previsto en la nueva Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y de la Administración Pública que entrará en vigor el mismo 5 de diciembre próximo, son las relativas a la inspección del trabajo local, de la coordinación y regulación de la Procuraduría de la Defensa del Trabajo, de la capacitación laboral y de la Previsión Social; todas la cuales son fundamentales y por lo tanto merecen ser reguladas por un sector central.

Para ello debe verse que las funciones descritas, por su naturaleza, no pueden ser asimilables a las que tiene la Secretaría de Desarrollo Económico (esto lo digo sin demérito alguno, a José Luis Beato, persona que conozco y que además respeto), ya que sus objetivos son disimiles, pues ésta es la encargada de fomentar la producción e inversión, y la otra, tiene como finalidad regular y vigilar el equilibrio de los factores de la producción.

Aunado a ello, debe considerarse que, en términos de la nueva Constitución de la Ciudad de México, y conforme a las facultades previstas en la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y de la Administración Pública de la CdMx, la Secretaría del Trabajo habrá de ocuparse de velar por el cumplimiento del derecho humano al trabajo.

En conclusión falta mucho por hacer, como la reforma laboral para los trabajadores al servicio de la ciudad, de los trabajadores no asalariados e independientes, así como de las acciones para evitar formas de contratación precaria o simulada para evitar vínculos laborales, lo cual habría de operar la secretaría que se propone desaparecer.

Ojalá se reflexione al respecto y se proceda en consecuencia.

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