/ martes 13 de julio de 2021

No, a los crímenes de odio

Por: José Luis Rodríguez Díaz de León

La eliminación de la violencia y los crímenes que se cometen por odio en contra de las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Transgéneros, Transexuales, Intersexuales y Queer (LGBTTTIQ+), deben ser una prioridad para nuestros gobiernos y nuestra sociedad, por que no solo afectan a quienes lo padecen, sino a toda la población en su conjunto, por que el reconocimiento y protección de los derechos de estas comunidades son indispensables para la consolidación de una autentica sociedad democrática, en la que el respeto por la diversidad debe ser un elemento central.

Datos del Observatorio Nacional de Crímenes contra Personas LGBT, en 2020 y lo que va de 2021, las cifras en materia de Crímenes de Odio contra Personas en México, revelan 87 casos referidos a asesinatos y desaparición forzada.

Y aunque han pasado 31 años desde que la Organización Mundial de la Salud eliminó a la homosexualidad de la lista de enfermedades y la aceptó como una variante de la sexualidad, todavía se siguen presentando comportamientos que buscan someter la orientación sexual y la identidad de género de las personas, al capricho de los prejuicios sociales. Tal es el caso de las llamadas terapias de conversión o ECOSIG, que hoy en día ya se encuentran penalizadas en la Ciudad de México, lo que ha permitido comenzar a presentar denuncias contra este tipo de violencia y acoso.

La última Encuesta Nacional Sobre Discriminación, del INEGI, señala que, 71.9% de las personas trans piensan que se respetan poco o nada sus derechos, mientras que el 65% de las personas gays o lesbianas tienen la misma percepción.

En los hechos, existen afectaciones al libre desarrollo de la personalidad y a la protección de los derechos a la integridad personal, a la igualdad y no discriminación, a la seguridad jurídica, a la seguridad social, a la protección de la salud y a la vida, entre otras.

Recientemente el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México amplió su servicio de apoyo a la comunidad a través de la Línea y Chat Nacional de Diversidad Segura, esto debido a que en la línea telefónica de ese Consejo se detectó un crecimiento exponencial de atención en la pandemia, pues durante el primer semestre de 2020 recibieron 87 llamadas de integrantes de esta comunidad, mientras que 2021 la cantidad se elevó a 430, es decir, 394% más.

Debido este diagnóstico resulta indispensable primero asumir que existe una vulnerabilidad que afecta a varios segmentos de la diversidad y por lo tanto se deben fortalecer tanto la agenda jurídica como el cambio cultural de nuestra sociedad, para eliminar las actitudes homofóbicas y transfóbicas, que se traducen, en casos extremos, en crímenes de odio. Todo ello para que ninguna condición, circunstancia o apariencia sea pretexto para actos de discriminación o vulneración de ninguna persona.

Recientemente el Congreso de la Ciudad de México aprobó la Ley de los derechos de las personas LGBTI, como un elemento base para transversalizar todas las políticas públicas con esta perspectiva, y que sea tomada en cuenta en todos los ámbitos de la vida, para que la diversidad sexual sea plena en las calles, en los hogares, en las instituciones y que se reconozca y respete todos los derechos que dispone la Constitución Política de la Ciudad de México.

Vicecoordinador de Morena en el Congreso de la Ciudad de México.

Por: José Luis Rodríguez Díaz de León

La eliminación de la violencia y los crímenes que se cometen por odio en contra de las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Transgéneros, Transexuales, Intersexuales y Queer (LGBTTTIQ+), deben ser una prioridad para nuestros gobiernos y nuestra sociedad, por que no solo afectan a quienes lo padecen, sino a toda la población en su conjunto, por que el reconocimiento y protección de los derechos de estas comunidades son indispensables para la consolidación de una autentica sociedad democrática, en la que el respeto por la diversidad debe ser un elemento central.

Datos del Observatorio Nacional de Crímenes contra Personas LGBT, en 2020 y lo que va de 2021, las cifras en materia de Crímenes de Odio contra Personas en México, revelan 87 casos referidos a asesinatos y desaparición forzada.

Y aunque han pasado 31 años desde que la Organización Mundial de la Salud eliminó a la homosexualidad de la lista de enfermedades y la aceptó como una variante de la sexualidad, todavía se siguen presentando comportamientos que buscan someter la orientación sexual y la identidad de género de las personas, al capricho de los prejuicios sociales. Tal es el caso de las llamadas terapias de conversión o ECOSIG, que hoy en día ya se encuentran penalizadas en la Ciudad de México, lo que ha permitido comenzar a presentar denuncias contra este tipo de violencia y acoso.

La última Encuesta Nacional Sobre Discriminación, del INEGI, señala que, 71.9% de las personas trans piensan que se respetan poco o nada sus derechos, mientras que el 65% de las personas gays o lesbianas tienen la misma percepción.

En los hechos, existen afectaciones al libre desarrollo de la personalidad y a la protección de los derechos a la integridad personal, a la igualdad y no discriminación, a la seguridad jurídica, a la seguridad social, a la protección de la salud y a la vida, entre otras.

Recientemente el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México amplió su servicio de apoyo a la comunidad a través de la Línea y Chat Nacional de Diversidad Segura, esto debido a que en la línea telefónica de ese Consejo se detectó un crecimiento exponencial de atención en la pandemia, pues durante el primer semestre de 2020 recibieron 87 llamadas de integrantes de esta comunidad, mientras que 2021 la cantidad se elevó a 430, es decir, 394% más.

Debido este diagnóstico resulta indispensable primero asumir que existe una vulnerabilidad que afecta a varios segmentos de la diversidad y por lo tanto se deben fortalecer tanto la agenda jurídica como el cambio cultural de nuestra sociedad, para eliminar las actitudes homofóbicas y transfóbicas, que se traducen, en casos extremos, en crímenes de odio. Todo ello para que ninguna condición, circunstancia o apariencia sea pretexto para actos de discriminación o vulneración de ninguna persona.

Recientemente el Congreso de la Ciudad de México aprobó la Ley de los derechos de las personas LGBTI, como un elemento base para transversalizar todas las políticas públicas con esta perspectiva, y que sea tomada en cuenta en todos los ámbitos de la vida, para que la diversidad sexual sea plena en las calles, en los hogares, en las instituciones y que se reconozca y respete todos los derechos que dispone la Constitución Política de la Ciudad de México.

Vicecoordinador de Morena en el Congreso de la Ciudad de México.