Cuando recordamos que en las primeras décadas del siglo XX hubo luchadores sociales de la talla de Martin Luther King —quien dedicó su vida a defender el derecho de la gente afroamericana, para librarse de los grilletes de la discriminación—, tal vez perdemos de vista que hoy, más de 70 años después, en pleno Siglo XXI, íbamos a seguir hablando y luchando por la reivindicación de derechos para que las mujeres tuviéramos la posibilidad de participar libremente en la vida pública, sin ser discriminadas por el hecho de ser mujeres. Nos hermana, hasta este momento de la historia, el ímpetu por defender la anhelada igualdad que exigimos hoy entre hombres, mujeres. La igualdad de derechos y oportunidades será el sello que distinga a esta gran transformación mexicana.
La semana pasada en el pleno de la Cámara de Diputados se modificaron 7 leyes para reconocer, prevenir y en su caso sancionar la violencia en razón de género, ya sea materia política o de cualquier otro tipo. La idea es fortalecer la paridad de género en la vida pública y política, por ello, estas modificaciones van a contribuir para que las mujeres enfrentemos formas de violencia casi equiparables a lo que en 1965 se denunciaba en aquella histórica marcha.
Hoy, en México, las mujeres seguimos luchando también por nuestro libre derecho a ejercer la acción política sin ser violentadas. Queremos participar en la vida pública de este país, y queremos que sea muy claro para todos que el concepto de violencia política en razón de género será tipificado como una acción ilegal, que será sancionada y que nos permitirá, por lo tanto, defendernos de quienes quieran cometerla en nuestra contra. ¿Y qué es la violencia política por razón de género? comprende todas aquellas acciones que nos impidan a las mujeres el libre ejercicio de nuestros derechos político-electorales, incluyendo la consecuencia de ver menoscabado o anulado el reconocimiento, el goce y la posibilidad de ejercer los derechos y prerrogativas inherentes al desempeño de algún cargo público o de representación social. Muchas mujeres podemos recordar, tal vez, momentos en los que hemos sido víctimas de este tipo de violencia. Todas las mujeres sabemos que esto tiene que ser penalizado.
Ante esta difícil situación, las diputadas de Morena, presentamos reformas que va a contribuir, de manera directa, en la solución de este ancestral problema y, además, tiene el sentido de abordar, de un modo integral, el tema de la violencia política. Lo que se aprobó, entre otras cosas, es enlazar instituciones políticas —como los partidos, el INE y las instancias de procuración de justicia como la Fiscalía y el Poder Judicial de la Federación— para la específica defensa de las mujeres que sufran cualquier tipo de violencia que afecte sus derechos de trabajo en el ámbito de lo público.
Piensen por un momento en alguna situación en la que hayan sido víctimas o testigos de algún acto de violencia por el hecho de participar en política, ahora imaginemos un país en el que se ha resuelto el grave problema de la violencia contra las mujeres. Un mundo en el que podamos compartir nuestras ideas, debatir nuestras diferencias, e incluso, aceptar abiertamente nuestros desacuerdos en un contexto de paz y tolerancia, en el que nadie tenga que ejercer actos de violencia o agresión de unos contra otras, en el que podamos cohabitar tranquila y amigablemente a pesar de nuestras diferencias políticas o ideológicas. Ése es el mundo y ésa es la es la patria que entre todos y todas podremos construir.
Ningún tipo de agresión debe ser ya consentido en una sociedad que se esfuerza por la reconstrucción de un verdadero estado de paz y felicidad con valores de equidad y justicia.
La famosa consigna francesa de dimensión universal: LIBERTAD-IGUALDAD-FRATERNIDAD es un ideal digno de ser alcanzado en esta 4.ª transformación.
Diputada Federal Coordinadora Temática de Economía del Grupo Parlamentario de Morena
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