/ viernes 3 de mayo de 2019

No hay opiniones chiquitas

Una de las características de todo sistema democrático es el principio deliberativo. Este consiste en asegurar que quienes integran la sociedad no solo participen activamente en la toma de decisiones, sino que sus opiniones sirvan de insumo para ese proceso. Dicho en otras palabras, para que el sistema democrático se consolide, el Estado debe garantizar espacios para que todas y todos participemos en los temas públicos.

¿Hay edades para la deliberación? No. En democracia todas y todos tenemos algo que decir. No hay opiniones chiquitas, ni grandes. Considerar que la democracia solo se reduce a quien tiene más de 18 años implica desconocer que su principio básico es la igualdad. También significa obviar que los menores de edad tienen el derecho a expresarse y a que sus opiniones sean tomadas en cuentas.

En ese sentido, es importante recordar que el artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece con claridad que los Estados garantizarán tanto su derecho a expresar su opinión libremente en todos los asuntos que lo afectan, como a que ésta se tome debidamente en cuenta.

Para garantizar el derecho a la opinión de ese sector de la población, el entonces IFE y el ahora INE han organizado 8 Consultas Infantiles y Juveniles cuyo objetivo es, a partir de cuestionamientos determinados en función de su edad, conocer sus opiniones sobre temas relacionados con su vida cotidiana.

En la Consulta Infantil y Juvenil 2018, la temática se orientó respecto a la igualdad entre mujeres y hombres, particularmente sobre cómo la perciben las niñas, niños y adolescentes a través de la convivencia en el hogar, en los entornos escolares y en la comunidad, así como temas de discriminación y violencia.

Es importante señalar que para garantizar un mayor número de opiniones, el INE decidió instalar casillas en centros de atención de migrantes provenientes de Centroamérica, así como en hospitales, casas hogar y otras instituciones. Hoy podemos decir que la Consulta Infantil y Juvenil de 2018 tuvo la mayor afluencia en la historia de estos ejercicios de participación, pues más de 5.6 millones de niñas, niños y adolescentes ejercieron su derecho a opinar con la finalidad de que sean realmente tomados en cuenta. En 2015 y 2012 la participación fue mayor a 2.9 millones y 2.4 millones, respectivamente.

Dentro de los principales hallazgos que arrojó este ejercicio de participación histórica están: a) 14% de los participantes dijeron haber recibido algún tipo de maltrato o violencia; b) 6 de cada 10 personas que participaron de 14 a 17 años y que no se identifican con alguna identidad de género binaria (mujer u hombre) sufren discriminación, c) las niñas, niños y adolescentes mencionan que los espacios que perciben como menos seguros son la calle e internet, e) los lugares en los que son más discriminadas las personas que participaron que tienen de 10 a 17 años son la escuela y en su casa, f) de cada 100 adolescentes que participaron, 37 mencionan que las tareas como cocinar, lavar o limpiar es más aceptado en las mujeres.·

Hoy esos indicadores no son alentadores para nuestra democracia. Por ello es obligación que sean conocidos y atendidos por las autoridades encargadas de la elaboración de políticas públicas y de medidas legislativas. No hacerlo implicaría permitir situaciones de hecho que vulneran los derechos de niñas, niños y adolescentes, además que ello generaría incumplir lo establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño, la cual México suscribió desde septiembre de 1990.

Por tal razón, desde la semana pasada el INE presentó públicamente los resultados de la Consulta, los cuales serán socializados a lo largo y ancho del país. De igual forma dichos resultados serán entregados a otras autoridades, tanto gubernamentales como legislativas. De hecho, este martes fueron entregados al Senado de la República y también serán entregados próximamente según ha informado el INE a la Cámara de Diputados y a los Poderes Ejecutivos estatales y federal.

Los niveles históricos de participación en la Consulta Infantil y Juvenil en 2018 demuestran que las y los niños y adolescentes mexicanos tienen mucho que decir sobre los temas que impactan su vida. Por ello estoy convencido que el INE debe seguir realizando estos ejercicios de participación para fomentar el ejercicio de su derecho a la expresión. Considerando a la infancia y a la adolescencia como verdaderos sujetos participativos de derechos.

El ejercicio del derecho a opinar debe tener una consecuencia. Lo peor que puede ocurrir es que otras autoridades no adopten las medidas necesarias para reparar los contextos de discriminación, desigualdad y violencia a partir de lo expresado en sus opiniones. No puede tolerarse omisión en estos temas, pues puede generar normalización de conductas que no son óptimas para la construcción de ciudadanía y para nuestra democracia. Estemos atentos.

Jefe de la Oficina de la Presidencia del INE.

@ebuendiaz

Una de las características de todo sistema democrático es el principio deliberativo. Este consiste en asegurar que quienes integran la sociedad no solo participen activamente en la toma de decisiones, sino que sus opiniones sirvan de insumo para ese proceso. Dicho en otras palabras, para que el sistema democrático se consolide, el Estado debe garantizar espacios para que todas y todos participemos en los temas públicos.

¿Hay edades para la deliberación? No. En democracia todas y todos tenemos algo que decir. No hay opiniones chiquitas, ni grandes. Considerar que la democracia solo se reduce a quien tiene más de 18 años implica desconocer que su principio básico es la igualdad. También significa obviar que los menores de edad tienen el derecho a expresarse y a que sus opiniones sean tomadas en cuentas.

En ese sentido, es importante recordar que el artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece con claridad que los Estados garantizarán tanto su derecho a expresar su opinión libremente en todos los asuntos que lo afectan, como a que ésta se tome debidamente en cuenta.

Para garantizar el derecho a la opinión de ese sector de la población, el entonces IFE y el ahora INE han organizado 8 Consultas Infantiles y Juveniles cuyo objetivo es, a partir de cuestionamientos determinados en función de su edad, conocer sus opiniones sobre temas relacionados con su vida cotidiana.

En la Consulta Infantil y Juvenil 2018, la temática se orientó respecto a la igualdad entre mujeres y hombres, particularmente sobre cómo la perciben las niñas, niños y adolescentes a través de la convivencia en el hogar, en los entornos escolares y en la comunidad, así como temas de discriminación y violencia.

Es importante señalar que para garantizar un mayor número de opiniones, el INE decidió instalar casillas en centros de atención de migrantes provenientes de Centroamérica, así como en hospitales, casas hogar y otras instituciones. Hoy podemos decir que la Consulta Infantil y Juvenil de 2018 tuvo la mayor afluencia en la historia de estos ejercicios de participación, pues más de 5.6 millones de niñas, niños y adolescentes ejercieron su derecho a opinar con la finalidad de que sean realmente tomados en cuenta. En 2015 y 2012 la participación fue mayor a 2.9 millones y 2.4 millones, respectivamente.

Dentro de los principales hallazgos que arrojó este ejercicio de participación histórica están: a) 14% de los participantes dijeron haber recibido algún tipo de maltrato o violencia; b) 6 de cada 10 personas que participaron de 14 a 17 años y que no se identifican con alguna identidad de género binaria (mujer u hombre) sufren discriminación, c) las niñas, niños y adolescentes mencionan que los espacios que perciben como menos seguros son la calle e internet, e) los lugares en los que son más discriminadas las personas que participaron que tienen de 10 a 17 años son la escuela y en su casa, f) de cada 100 adolescentes que participaron, 37 mencionan que las tareas como cocinar, lavar o limpiar es más aceptado en las mujeres.·

Hoy esos indicadores no son alentadores para nuestra democracia. Por ello es obligación que sean conocidos y atendidos por las autoridades encargadas de la elaboración de políticas públicas y de medidas legislativas. No hacerlo implicaría permitir situaciones de hecho que vulneran los derechos de niñas, niños y adolescentes, además que ello generaría incumplir lo establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño, la cual México suscribió desde septiembre de 1990.

Por tal razón, desde la semana pasada el INE presentó públicamente los resultados de la Consulta, los cuales serán socializados a lo largo y ancho del país. De igual forma dichos resultados serán entregados a otras autoridades, tanto gubernamentales como legislativas. De hecho, este martes fueron entregados al Senado de la República y también serán entregados próximamente según ha informado el INE a la Cámara de Diputados y a los Poderes Ejecutivos estatales y federal.

Los niveles históricos de participación en la Consulta Infantil y Juvenil en 2018 demuestran que las y los niños y adolescentes mexicanos tienen mucho que decir sobre los temas que impactan su vida. Por ello estoy convencido que el INE debe seguir realizando estos ejercicios de participación para fomentar el ejercicio de su derecho a la expresión. Considerando a la infancia y a la adolescencia como verdaderos sujetos participativos de derechos.

El ejercicio del derecho a opinar debe tener una consecuencia. Lo peor que puede ocurrir es que otras autoridades no adopten las medidas necesarias para reparar los contextos de discriminación, desigualdad y violencia a partir de lo expresado en sus opiniones. No puede tolerarse omisión en estos temas, pues puede generar normalización de conductas que no son óptimas para la construcción de ciudadanía y para nuestra democracia. Estemos atentos.

Jefe de la Oficina de la Presidencia del INE.

@ebuendiaz