/ viernes 20 de noviembre de 2020

No jugar con fuego

La semana pasada, en la primera plana de un diario de circulación nacional se confirmó que la Fiscalía General de la República tiene a el ex presidente EPN en la mira por traición a la patria y asociación delictuosa. ¿Que tan a fondo llegarán las investigaciones en contra de Enrique Peña Nieto? Esta es una de las grandes preguntas que flotan en el ambiente.

Esta noticia surgió días después de que se filtrara que por los mismos delitos estaba siendo investigado Luis Videgaray. En lo personal, me llamó la atención que el anuncio sobre la denuncia contra el ex secretario de hacienda se hiciera el mismo día de la elección en los Estados Unidos. Dada la cercanía del ex canciller con la administración Trump, también me generó suspicacia que después de que el proceso electoral se vió envuelto en denuncias de fraude por parte del candidato republicano, la propia fiscalía haya retirado dicha denuncia, argumentando que habría de mejorarla.


Tras el triunfo de AMLO en 2018, mucho se elucubró sobre una supuesta negociación entre el expresidente y el actual mandatario. En la campaña electoral varios actores han criticado la existencia de un “pacto de impunidad” que posibilitó la llegada al poder de López Obrador. Para soportar dicha teoría, hubo quienes argumentaron que dicho acuerdo contó con la supervisión de gente cercana a Trump, en específico su yerno Jatrd Kushner, para garantizar el cumplimiento. Preciso decir que no me constan suposiciones. Lo que sí es un hecho público es que existe buena relación entre Videgaray y Kuschner, misma que podría haber servido como puente para este tipo de hechos.


Sirvan las consideraciones anteriores para decir que la suerte de EPN podría depender, más allá de cualquier video, del resultado final del proceso judicial que hoy sigue la elección estadounidense. En el remoto caso de que Trump haga válidos sus argumentos sobre el fraude electoral, la denuncia de la Fiscalía General de la República podría quedarse en la congeladora, pero si se confirma el triunfo de Biden, esto podría dar pauta a que el proceso contra Peña Nieto se abra con toda fuerza en México.

En este contexto, la aprehensión y reciente liberación del Salvador Cienfuegos, podría abrir un nuevo capítulo en los señalamientos frente a la corrupción de los anteriores gobiernos. El martes pasado se supo que los fiscales de ambos países acordaron que el ex secretario de la defensa sería trasladado a suelo mexicano, que los cargos en aquella nación serían desechados y que sería la Fiscalía de nuestro país la encargada de darle seguimiento a las acusaciones.

Cabe mencionar que prevalecen muchas inquietudes en este asunto. ¿Fue falsa la investigación de la DEA y un mera excusa para lastimar al Ejército Mexicano? ¿Hay verdadera culpabilidad? Ante la molestia de las fuerzas castrenses de nuestro país, ¿Se realizó una negociación de altísimo nivel para la “gobernabilidad” en México? Este es tal vez uno de los temas más delicados que haya enfrentado esta administración.

El gobierno de AMLO deberá ser sumamente cuidadoso y transparente en el manejo del tema, no solo porque de él depende el prestigio e imagen de un hombre con más de 50 años de servicio militar, sino por la credibilidad de que en caso de existir, la corrupción se combate a fondo. Sería un error garrafal que ahora el gobierno mexicano intentara aprovechar los señalamientos contra un importante funcionario peñista -como lo hizo en el caso Lozoya- para jalar agua para su molino. La #SociedadHorizontal exige transparencia en temas tan delicados como estos. Tratándose del Ejército Mexicano, hay que evitar jugar con fuego.

La semana pasada, en la primera plana de un diario de circulación nacional se confirmó que la Fiscalía General de la República tiene a el ex presidente EPN en la mira por traición a la patria y asociación delictuosa. ¿Que tan a fondo llegarán las investigaciones en contra de Enrique Peña Nieto? Esta es una de las grandes preguntas que flotan en el ambiente.

Esta noticia surgió días después de que se filtrara que por los mismos delitos estaba siendo investigado Luis Videgaray. En lo personal, me llamó la atención que el anuncio sobre la denuncia contra el ex secretario de hacienda se hiciera el mismo día de la elección en los Estados Unidos. Dada la cercanía del ex canciller con la administración Trump, también me generó suspicacia que después de que el proceso electoral se vió envuelto en denuncias de fraude por parte del candidato republicano, la propia fiscalía haya retirado dicha denuncia, argumentando que habría de mejorarla.


Tras el triunfo de AMLO en 2018, mucho se elucubró sobre una supuesta negociación entre el expresidente y el actual mandatario. En la campaña electoral varios actores han criticado la existencia de un “pacto de impunidad” que posibilitó la llegada al poder de López Obrador. Para soportar dicha teoría, hubo quienes argumentaron que dicho acuerdo contó con la supervisión de gente cercana a Trump, en específico su yerno Jatrd Kushner, para garantizar el cumplimiento. Preciso decir que no me constan suposiciones. Lo que sí es un hecho público es que existe buena relación entre Videgaray y Kuschner, misma que podría haber servido como puente para este tipo de hechos.


Sirvan las consideraciones anteriores para decir que la suerte de EPN podría depender, más allá de cualquier video, del resultado final del proceso judicial que hoy sigue la elección estadounidense. En el remoto caso de que Trump haga válidos sus argumentos sobre el fraude electoral, la denuncia de la Fiscalía General de la República podría quedarse en la congeladora, pero si se confirma el triunfo de Biden, esto podría dar pauta a que el proceso contra Peña Nieto se abra con toda fuerza en México.

En este contexto, la aprehensión y reciente liberación del Salvador Cienfuegos, podría abrir un nuevo capítulo en los señalamientos frente a la corrupción de los anteriores gobiernos. El martes pasado se supo que los fiscales de ambos países acordaron que el ex secretario de la defensa sería trasladado a suelo mexicano, que los cargos en aquella nación serían desechados y que sería la Fiscalía de nuestro país la encargada de darle seguimiento a las acusaciones.

Cabe mencionar que prevalecen muchas inquietudes en este asunto. ¿Fue falsa la investigación de la DEA y un mera excusa para lastimar al Ejército Mexicano? ¿Hay verdadera culpabilidad? Ante la molestia de las fuerzas castrenses de nuestro país, ¿Se realizó una negociación de altísimo nivel para la “gobernabilidad” en México? Este es tal vez uno de los temas más delicados que haya enfrentado esta administración.

El gobierno de AMLO deberá ser sumamente cuidadoso y transparente en el manejo del tema, no solo porque de él depende el prestigio e imagen de un hombre con más de 50 años de servicio militar, sino por la credibilidad de que en caso de existir, la corrupción se combate a fondo. Sería un error garrafal que ahora el gobierno mexicano intentara aprovechar los señalamientos contra un importante funcionario peñista -como lo hizo en el caso Lozoya- para jalar agua para su molino. La #SociedadHorizontal exige transparencia en temas tan delicados como estos. Tratándose del Ejército Mexicano, hay que evitar jugar con fuego.