/ jueves 30 de agosto de 2018

No se abusa de EU, es al revés

El pasado martes 14 se comentaba en este espacio el absoluto convencimiento que mostraba Donald Trump de que su país estaba siendo abusado por sus socios comerciales en el TLCAN y que era preferible terminar con el tratado que dejarlo sin cambios sustanciales favorables a EU. Es claro que el presidente desconoce por completo la realidad.

Con China, con quien EU padece su peor déficit, no tiene tratado alguno. Si se pensara con elemental lógica tendrían que buscarse una razonable explicación ajena a los tratados. En este privilegiado espacio nos hemos esforzado por exponer cómo es la desmesurada sobrevaluación del dólar la que explica esos gigantescos déficit.

Esa extraordinaria ventaja de poder pagar deudas internacionales e importaciones poniendo a funcionar su maquinita de hacer billetes, revela con claridad que no son los socios comerciales quienes abusan del bondadoso e inerme EU, sino que es éste quien capitaliza la privilegiada posición de su moneda en los mercados internacionales para pagarles con bilimbiques a sus socios mercantiles.

El problema radica en que esta enorme ventaja que enriquece y brinda a la población estadounidense un considerable incremento artificioso pero muy real de su poder adquisitivo, tiene una perniciosa contrapartida. Se trata de una variante de la Enfermedad Holandesa, en donde ya no es la exportación de gas o petróleo, sino la abundante exportación de vil papel moneda lo que presiona hacia la desmesurada sobrevaluación del dólar y ello acarrea, como lógica consecuencia, un abaratamiento de sus importaciones y un encarecimiento de sus exportaciones.

Quizá la Cancillería y la Secretaría de Economía mexicanas pudieran comenzar por no desperdiciar la oportunidad de capitalizar el estratégico error de Trump, al haber abierto demasiados frentes de guerra comercial al mismo tiempo, a fin de ir tejiendo sólidas alianzas para forjar un frente común con todas las numerosas y poderosas naciones afectadas.



El pasado martes 14 se comentaba en este espacio el absoluto convencimiento que mostraba Donald Trump de que su país estaba siendo abusado por sus socios comerciales en el TLCAN y que era preferible terminar con el tratado que dejarlo sin cambios sustanciales favorables a EU. Es claro que el presidente desconoce por completo la realidad.

Con China, con quien EU padece su peor déficit, no tiene tratado alguno. Si se pensara con elemental lógica tendrían que buscarse una razonable explicación ajena a los tratados. En este privilegiado espacio nos hemos esforzado por exponer cómo es la desmesurada sobrevaluación del dólar la que explica esos gigantescos déficit.

Esa extraordinaria ventaja de poder pagar deudas internacionales e importaciones poniendo a funcionar su maquinita de hacer billetes, revela con claridad que no son los socios comerciales quienes abusan del bondadoso e inerme EU, sino que es éste quien capitaliza la privilegiada posición de su moneda en los mercados internacionales para pagarles con bilimbiques a sus socios mercantiles.

El problema radica en que esta enorme ventaja que enriquece y brinda a la población estadounidense un considerable incremento artificioso pero muy real de su poder adquisitivo, tiene una perniciosa contrapartida. Se trata de una variante de la Enfermedad Holandesa, en donde ya no es la exportación de gas o petróleo, sino la abundante exportación de vil papel moneda lo que presiona hacia la desmesurada sobrevaluación del dólar y ello acarrea, como lógica consecuencia, un abaratamiento de sus importaciones y un encarecimiento de sus exportaciones.

Quizá la Cancillería y la Secretaría de Economía mexicanas pudieran comenzar por no desperdiciar la oportunidad de capitalizar el estratégico error de Trump, al haber abierto demasiados frentes de guerra comercial al mismo tiempo, a fin de ir tejiendo sólidas alianzas para forjar un frente común con todas las numerosas y poderosas naciones afectadas.