/ domingo 7 de noviembre de 2021

Nombres de combate

Seguramente como Martín López Brie, más de uno hemos escuchado historias familiares que nos han parecido tema para una novela, una película, una obra de teatro… Sin embargo, no todos lo concretamos.

Por fortuna, Martín sí se animó y el resultado es una puesta en escena para la que todos los elogios se quedan cortos, pues es conmovedora, inteligente, estremecedora, divertida, impactante, sorprendente…

Se trata de Nombres de combate, título que como bien se explica en el montaje, alude a los apelativos que usaban, ¿o usan?, los integrantes de grupos clandestinos para no ser ubicados por las autoridades.

Nombres de combate narra la vida de la familia de este autor y director, especialmente la etapa relacionada a la dictadura militar argentina de los años 70 y 80, y la forma en la que pudieron regresar a México. Regresar sí, y para saber el porqué hay que ver la obra.

Todo relato, como bien se sabe, está constituido por una historia y un discurso; el qué cuenta y el cómo lo cuenta. El qué de Nombres de combate, aunque se resume rápidamente estuvo lleno de aventuras y desventuras, que contadas a la distancia y a través de las personas/personajes que las vivieron parecen menos terribles de lo que seguramente fueron.

A esta historia, en sí misma muy interesante, hay que sumarle un cómo, un discurso, realmente estupendo, que atrapa de principio a fin y sorprende escena tras escena.

No revelaré ninguno de los elementos que emplea la puesta en escena, para que sorprendan a quienes decidan (¡anímense!) ver este montaje. Lo que sí diré es que cada uno de ellos está puesto en la justa medida, para que aporte al hecho teatral pero no lo ensucie o de plano desplace, como suceden en algunas otras obras.

Aquí se va del pasado al presente, de México a Argentina, de la casa a la fábrica, de América a Europa, de lo presencial a lo virtual, de la terrible y abrumadora realidad al inocente juego infantil, del temor a la alegría… de un segundo a otro sin sentirlo, gracias a la maravilla que es el teatro.

Al talento de López Brie en la dramaturgia y la dirección, hay que sumarle los excelentes oficios de Marco Liramark, José Ochoa, Mike Brie, Pablo Brie, Fabiola Bassoco, y Oscar Vázquez, quienes integran el equipo de producción y creativo de este montaje.

Y por supuesto hay que aplaudir el elenco conformado por Paloma Woolrich, Arturo Reyes, José Carriedo y Sofía Beatriz López. Bravo a cada uno de ellos por su gran desempeño, dando vida a los cuatro personajes/personas que contaron sus vidas a López Brie… un poco como anécdota familiar, un poco como exorcismo de los propios demonios, un poco como material “para que hagas con él lo que quieras…”

Para fortuna del público lo que hizo Martín fue construir una estupenda puesta en escena que nadie debe perderse; y gracias a la cual quizá más de uno se anime a intentar hacer realidad ya sea como novela, película, obra de teatro... su propia historia familiar.

Nombres de combate se presenta martes y miércoles a las 20:00 horas en La gruta del Centro Cultural Helénico.

Seguramente como Martín López Brie, más de uno hemos escuchado historias familiares que nos han parecido tema para una novela, una película, una obra de teatro… Sin embargo, no todos lo concretamos.

Por fortuna, Martín sí se animó y el resultado es una puesta en escena para la que todos los elogios se quedan cortos, pues es conmovedora, inteligente, estremecedora, divertida, impactante, sorprendente…

Se trata de Nombres de combate, título que como bien se explica en el montaje, alude a los apelativos que usaban, ¿o usan?, los integrantes de grupos clandestinos para no ser ubicados por las autoridades.

Nombres de combate narra la vida de la familia de este autor y director, especialmente la etapa relacionada a la dictadura militar argentina de los años 70 y 80, y la forma en la que pudieron regresar a México. Regresar sí, y para saber el porqué hay que ver la obra.

Todo relato, como bien se sabe, está constituido por una historia y un discurso; el qué cuenta y el cómo lo cuenta. El qué de Nombres de combate, aunque se resume rápidamente estuvo lleno de aventuras y desventuras, que contadas a la distancia y a través de las personas/personajes que las vivieron parecen menos terribles de lo que seguramente fueron.

A esta historia, en sí misma muy interesante, hay que sumarle un cómo, un discurso, realmente estupendo, que atrapa de principio a fin y sorprende escena tras escena.

No revelaré ninguno de los elementos que emplea la puesta en escena, para que sorprendan a quienes decidan (¡anímense!) ver este montaje. Lo que sí diré es que cada uno de ellos está puesto en la justa medida, para que aporte al hecho teatral pero no lo ensucie o de plano desplace, como suceden en algunas otras obras.

Aquí se va del pasado al presente, de México a Argentina, de la casa a la fábrica, de América a Europa, de lo presencial a lo virtual, de la terrible y abrumadora realidad al inocente juego infantil, del temor a la alegría… de un segundo a otro sin sentirlo, gracias a la maravilla que es el teatro.

Al talento de López Brie en la dramaturgia y la dirección, hay que sumarle los excelentes oficios de Marco Liramark, José Ochoa, Mike Brie, Pablo Brie, Fabiola Bassoco, y Oscar Vázquez, quienes integran el equipo de producción y creativo de este montaje.

Y por supuesto hay que aplaudir el elenco conformado por Paloma Woolrich, Arturo Reyes, José Carriedo y Sofía Beatriz López. Bravo a cada uno de ellos por su gran desempeño, dando vida a los cuatro personajes/personas que contaron sus vidas a López Brie… un poco como anécdota familiar, un poco como exorcismo de los propios demonios, un poco como material “para que hagas con él lo que quieras…”

Para fortuna del público lo que hizo Martín fue construir una estupenda puesta en escena que nadie debe perderse; y gracias a la cual quizá más de uno se anime a intentar hacer realidad ya sea como novela, película, obra de teatro... su propia historia familiar.

Nombres de combate se presenta martes y miércoles a las 20:00 horas en La gruta del Centro Cultural Helénico.