/ lunes 17 de junio de 2019

Nosotrxs | ¿Por qué OPLES sí?

Por: Laura F. Bringas Sánchez

El pasado martes el presidente, a pregunta expresa de una reportera, soltó en la conferencia mañanera que los OPLES (como se les denomina a los organismos públicos locales electorales) debían desaparecer, bajo el argumento del gasto excesivo, la corrupción imperante y la posibilidad del fraude electoral desde los estos organismos. No pasaron unas horas cuando desde el Congreso de la Unión el diputado Sergio Gutiérrez Luna, Coordinador del Grupo de Trabajo para las Reformas del Estado y Electoral, llevó a cabo una rueda de prensa en la que dio a conocer que en la primera quincena de junio se realizarán algunos foros de Parlamento Abierto, para discutir las iniciativas de reforma electoral y del Estado, las cuales tienen como finalidad generar ahorros por el orden de 9 mil millones de pesos (equivalentes a los presupuestos de egresos de los 32 OPLES para el 2019), para que esos recursos se puedan destinar a otros gastos del gobierno.

Es evidente la intención del gobierno de la 4T para desaparecer los organismos locales mediante una reforma electoral, y son muchas las voces que hacen eco de dicha intención. Ante este innegable propósito, es importante y oportuno que la sociedad, los partidos, actores políticos, académicos y medios de comunicación nos hagamos por lo menos dos preguntas: ¿Qué implicaría que en el futuro no existan los organismos públicos locales electorales? ¿De qué manera esto beneficiaria a la democracia mexicana?

Considero que el primer cuestionamiento puede responderse sí invertimos el sentido de la pregunta, ¿Qué implicación tiene la existencia de los OPLES? Y aquí podemos hacer un extenso decálogo de lo que estos, desde su origen han aportado a la democracia local y nacional. Para sintetizar, señalaré las más relevantes: i) La educación cívica, como tarea exclusiva de los OPLES ha permitido el fortalecimiento de la vida democrática, la construcción de ciudadanía y la promoción de la participación ciudadana; ii) La promoción de los derechos de todas las personas con la implementación de acciones afirmativas, programas y actividades para la igualdad y no discriminación de grupos en situación de desventaja como las mujeres, personas indígenas, personas con discapacidad, adultos mayores y miembros de los colectivos LGBT+; iii) La utilización de tecnologías para garantizar el efectivo ejercicio del derecho al voto, destacando la urna electrónica y la creación de aplicaciones tecnológicas y programas informáticos; iiii) También en el rubro de garantizar el ejercicio pleno del derecho al sufragio: desde los institutos electorales de algunos estados se implementó el voto en el extranjero; y v) A partir del 2014, como resultado de la nueva forma de designación de consejeras y consejeros electorales, una verdadera autonomía de los poderes del Estado y de las fuerzas y actores políticos locales. Por tanto, es evidente que los OPLES hacen una verdadera contribución a la democracia.

Por cuanto hace a la otra pregunta, ¿de qué manera la desaparición de los Oples beneficiaría a la democracia mexicana?, la respuesta es simple: de ninguna. No tener organismos locales electorales equivaldría a retroceder 30 o 40 años en la vida democrática de México. Cualquier intención de eliminarlos, atenta directamente contra la democracia de nuestro país.

Consejera electoral del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del estado de Durango e Integrante de Nosotrxs

@NosotrxsMX

Por: Laura F. Bringas Sánchez

El pasado martes el presidente, a pregunta expresa de una reportera, soltó en la conferencia mañanera que los OPLES (como se les denomina a los organismos públicos locales electorales) debían desaparecer, bajo el argumento del gasto excesivo, la corrupción imperante y la posibilidad del fraude electoral desde los estos organismos. No pasaron unas horas cuando desde el Congreso de la Unión el diputado Sergio Gutiérrez Luna, Coordinador del Grupo de Trabajo para las Reformas del Estado y Electoral, llevó a cabo una rueda de prensa en la que dio a conocer que en la primera quincena de junio se realizarán algunos foros de Parlamento Abierto, para discutir las iniciativas de reforma electoral y del Estado, las cuales tienen como finalidad generar ahorros por el orden de 9 mil millones de pesos (equivalentes a los presupuestos de egresos de los 32 OPLES para el 2019), para que esos recursos se puedan destinar a otros gastos del gobierno.

Es evidente la intención del gobierno de la 4T para desaparecer los organismos locales mediante una reforma electoral, y son muchas las voces que hacen eco de dicha intención. Ante este innegable propósito, es importante y oportuno que la sociedad, los partidos, actores políticos, académicos y medios de comunicación nos hagamos por lo menos dos preguntas: ¿Qué implicaría que en el futuro no existan los organismos públicos locales electorales? ¿De qué manera esto beneficiaria a la democracia mexicana?

Considero que el primer cuestionamiento puede responderse sí invertimos el sentido de la pregunta, ¿Qué implicación tiene la existencia de los OPLES? Y aquí podemos hacer un extenso decálogo de lo que estos, desde su origen han aportado a la democracia local y nacional. Para sintetizar, señalaré las más relevantes: i) La educación cívica, como tarea exclusiva de los OPLES ha permitido el fortalecimiento de la vida democrática, la construcción de ciudadanía y la promoción de la participación ciudadana; ii) La promoción de los derechos de todas las personas con la implementación de acciones afirmativas, programas y actividades para la igualdad y no discriminación de grupos en situación de desventaja como las mujeres, personas indígenas, personas con discapacidad, adultos mayores y miembros de los colectivos LGBT+; iii) La utilización de tecnologías para garantizar el efectivo ejercicio del derecho al voto, destacando la urna electrónica y la creación de aplicaciones tecnológicas y programas informáticos; iiii) También en el rubro de garantizar el ejercicio pleno del derecho al sufragio: desde los institutos electorales de algunos estados se implementó el voto en el extranjero; y v) A partir del 2014, como resultado de la nueva forma de designación de consejeras y consejeros electorales, una verdadera autonomía de los poderes del Estado y de las fuerzas y actores políticos locales. Por tanto, es evidente que los OPLES hacen una verdadera contribución a la democracia.

Por cuanto hace a la otra pregunta, ¿de qué manera la desaparición de los Oples beneficiaría a la democracia mexicana?, la respuesta es simple: de ninguna. No tener organismos locales electorales equivaldría a retroceder 30 o 40 años en la vida democrática de México. Cualquier intención de eliminarlos, atenta directamente contra la democracia de nuestro país.

Consejera electoral del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del estado de Durango e Integrante de Nosotrxs

@NosotrxsMX