/ martes 24 de julio de 2018

Nuestro estrato de mayor ingreso es demasiado reducido

Fundadas dudas suscitó el último artículo, que me publicaron en este espacio, entre amigos y lectores que me brindan la deferencia de su lectura, las cuales hicieron resurgir mis propias dudas en torno a la estadística de la encuestadora Parametría, según la cual entre el estrato social, de lo que la encuesta de salida consideró como el de mayor nivel de ingresos, a partir de tan solamente $15,170 pesos mensuales, el 64% de ese estrato superior votaron por AMLO.

La citada encuesta describe a ese estrato como “Entre $15,171 – Más de $20,000”; quiero ahora interpretarlo como clase media que no tiene ingresos muy superiores a 20 mil pesos mensuales. La razón radica en que los reducidos estratos de clase media alta y alta estuvieron muy, pero muy lejos de votar en una proporción tan elevada como el 64% en favor de AMLO. Para contradecir la encuesta de Parametría me baso en el hecho de que en las casillas ubicadas en las colonias residenciales de mayores ingresos, donde la gran mayoría de los hogares están sujetos al pago de la tarifa eléctrica “De Alto Consumo” (DAC) su votación siguió siendo abrumadora en favor del PAN.

Estremece saber que se trata de una parte de la población sumamente reducida, que resulta muy poco significativa para la medición de las encuestas. Tengamos en cuenta que la tarifa DAC, para los que consumen arriba de 250 Kwh al mes, sólo se aplica a alrededor del 1.3% del total de los hogares mexicanos. Con comprensibles desviaciones donde están unos que no son y otros que no estando sí son, podemos sostener que la tarifa DAC sólo predomina en las colonias residenciales de clase media alta y alta. Entre tales colonias, donde también se encuentran los niveles más elevados de formación académica y de lectores, existe extraordinaria similitud en cuanto al comportamiento electoral.

Entre tales espacios con ingresos muy superiores a 20 mil mensuales, el voto a ojo de buen cubero —pero que puede el lector comprobar consultando los resultados de casillas como Polanco, Lomas de Chapultepec, Del Valle, Nápoles, en la CdMx, o San Pedro Garza García en NL, etc.— giró, como es tradicional, alrededor del 60% en favor del candidato presidencial del PAN, de 17% en favor de JAMK-PRI y de 15% pro AMLO-Morena. Por ello es posible concluir que quien más apoyó a AMLO fue el estrato social cuyos ingresos fluctúan entre 15 y unos 30 mil pesos.

Otro dato curioso: el sapiente sector femenino sólo concedió el 49% de su voto a AMLO, mientras que los varones le favorecieron con el 65%. En contrapartida sólo el 12% de los hombres sufragó por Meade mientras que las mujeres le otorgaron el 19% de sus reflexionados votos. Pero AMLO resultó ser un magnífico candidato que, a diferencia de sus competidores, superó con gran amplitud la votación obtenida por los candidatos a legisladores de su coalición: 53 vs 44%.

Un último dato: En lo que respecta a la CdMx también se dio en esos espacios de alto ingreso otro fenómeno curioso: aumentó considerablemente el voto para el PRI en el caso específico de la elección para la Jefatura de Gobierno, pero no sería sensato atribuir ese desvío sólo a méritos del candidato Mikel Arriola Peñalosa, sino fundamentalmente al repudio que les provocaba la candidata PRDista de la coalición “Por México al Frente”, Alejandra Barrales.

amartinezv@derecho.unam.mx @AlejoMVendrell

Fundadas dudas suscitó el último artículo, que me publicaron en este espacio, entre amigos y lectores que me brindan la deferencia de su lectura, las cuales hicieron resurgir mis propias dudas en torno a la estadística de la encuestadora Parametría, según la cual entre el estrato social, de lo que la encuesta de salida consideró como el de mayor nivel de ingresos, a partir de tan solamente $15,170 pesos mensuales, el 64% de ese estrato superior votaron por AMLO.

La citada encuesta describe a ese estrato como “Entre $15,171 – Más de $20,000”; quiero ahora interpretarlo como clase media que no tiene ingresos muy superiores a 20 mil pesos mensuales. La razón radica en que los reducidos estratos de clase media alta y alta estuvieron muy, pero muy lejos de votar en una proporción tan elevada como el 64% en favor de AMLO. Para contradecir la encuesta de Parametría me baso en el hecho de que en las casillas ubicadas en las colonias residenciales de mayores ingresos, donde la gran mayoría de los hogares están sujetos al pago de la tarifa eléctrica “De Alto Consumo” (DAC) su votación siguió siendo abrumadora en favor del PAN.

Estremece saber que se trata de una parte de la población sumamente reducida, que resulta muy poco significativa para la medición de las encuestas. Tengamos en cuenta que la tarifa DAC, para los que consumen arriba de 250 Kwh al mes, sólo se aplica a alrededor del 1.3% del total de los hogares mexicanos. Con comprensibles desviaciones donde están unos que no son y otros que no estando sí son, podemos sostener que la tarifa DAC sólo predomina en las colonias residenciales de clase media alta y alta. Entre tales colonias, donde también se encuentran los niveles más elevados de formación académica y de lectores, existe extraordinaria similitud en cuanto al comportamiento electoral.

Entre tales espacios con ingresos muy superiores a 20 mil mensuales, el voto a ojo de buen cubero —pero que puede el lector comprobar consultando los resultados de casillas como Polanco, Lomas de Chapultepec, Del Valle, Nápoles, en la CdMx, o San Pedro Garza García en NL, etc.— giró, como es tradicional, alrededor del 60% en favor del candidato presidencial del PAN, de 17% en favor de JAMK-PRI y de 15% pro AMLO-Morena. Por ello es posible concluir que quien más apoyó a AMLO fue el estrato social cuyos ingresos fluctúan entre 15 y unos 30 mil pesos.

Otro dato curioso: el sapiente sector femenino sólo concedió el 49% de su voto a AMLO, mientras que los varones le favorecieron con el 65%. En contrapartida sólo el 12% de los hombres sufragó por Meade mientras que las mujeres le otorgaron el 19% de sus reflexionados votos. Pero AMLO resultó ser un magnífico candidato que, a diferencia de sus competidores, superó con gran amplitud la votación obtenida por los candidatos a legisladores de su coalición: 53 vs 44%.

Un último dato: En lo que respecta a la CdMx también se dio en esos espacios de alto ingreso otro fenómeno curioso: aumentó considerablemente el voto para el PRI en el caso específico de la elección para la Jefatura de Gobierno, pero no sería sensato atribuir ese desvío sólo a méritos del candidato Mikel Arriola Peñalosa, sino fundamentalmente al repudio que les provocaba la candidata PRDista de la coalición “Por México al Frente”, Alejandra Barrales.

amartinezv@derecho.unam.mx @AlejoMVendrell