/ domingo 8 de julio de 2018

Nuevas orientaciones para la Seguridad Nacional

Aún debemos esperar los datos definitivos de los múltiples comicios del domingo pasado para sólo así, estar en condiciones de analizar a fondo lo sucedido. Sí bien se han avanzado una larga serie de interpretaciones, reflexiones, análisis y señalamientos, debemos contar con la información específica para que la legitimidad del próximo proyecto de gobierno, comience a despuntar sus prioridades y la manera en que harán de conquistarse.

En la nebulosa conceptual de las dimensiones de la Seguridad, contamos eso sí, con impresiones legales e imprecisiones y por tanto, en los objetivos a alcanzar. Sin embargo, esto no justifica que en los primeros pronunciamientos del candidato se persista en la línea de la improvisación o de emitir pronunciamientos que ya tienen otra dimensión y consecuencias. De allí, que ante las primeras expresiones del candidato presidencial triunfador llame de manera justificada la atención, algunas afirmaciones que parecen ancladas al ánimo y ambiente de las campañas electorales y no a un proyecto específico, con metas claras así como de aplicación calculada.

Nuestro régimen político es presidencialista. Esta obviedad, debemos considerarla, pues la estabilidad en el ejercicio de la misma Presidencia de la República, significa la estabilidad del conjunto del sistema político. Recuerdo esta variable, para referirme a la seguridad personal de quien ejerce un cargo fundamental para el presente y futuro del país. No se trata de un nombre o de una persona en específico, sino de las condiciones físicas en las que se ejerce el máxima cargo de representación de nuestra sólida democracia.

El Estado Mayor Presidencial, no está compuesto de guardaespaldas –empleo de por sí difícil, como lo argumentó el martes 3 López Obrador. Dicha organismo lo integran lo mismo militares de las tres Fuerzas Armadas, que policías de la Ciudad de México y Federales, así como profesionistas de diversas áreas, cuya función es facilitar todas las condiciones necesarias para que el titular del Poder Ejecutivo mejor desempeñe sus funciones.

A partir de esa afirmación, el próximo Presidente de México, deberá cuidar en todo lo posible, sus pronunciamientos en lo que se refiere a las dimensiones de la Seguridad. Las campañas quedaron atrás. Nos encontramos en el proceso para la confección de lo que será un programa de gobierno diferente en cuanto a su ejecución. En primera instancia, las afectaciones que padece la Seguridad Pública y que por su gravedad y profundidad, han repercutido en la Seguridad Nacional, obligando a recurrir a las Fuerzas Armadas para al menos, contener la ola de criminalidad en varias partes del país.

En consonancia a la indispensable voluntad personal e institucional, la claridad en los objetivos y los procedimientos para alcanzarlos, en esta materia de la Seguridad, exige alejarse de las improvisaciones. De allí que el candidato triunfador y su equipo, están obligados a evaluar lo que se ha hecho bien para corregir lo mucho que se ha hecho mal.


javierolivaposada@gmail.com


Aún debemos esperar los datos definitivos de los múltiples comicios del domingo pasado para sólo así, estar en condiciones de analizar a fondo lo sucedido. Sí bien se han avanzado una larga serie de interpretaciones, reflexiones, análisis y señalamientos, debemos contar con la información específica para que la legitimidad del próximo proyecto de gobierno, comience a despuntar sus prioridades y la manera en que harán de conquistarse.

En la nebulosa conceptual de las dimensiones de la Seguridad, contamos eso sí, con impresiones legales e imprecisiones y por tanto, en los objetivos a alcanzar. Sin embargo, esto no justifica que en los primeros pronunciamientos del candidato se persista en la línea de la improvisación o de emitir pronunciamientos que ya tienen otra dimensión y consecuencias. De allí, que ante las primeras expresiones del candidato presidencial triunfador llame de manera justificada la atención, algunas afirmaciones que parecen ancladas al ánimo y ambiente de las campañas electorales y no a un proyecto específico, con metas claras así como de aplicación calculada.

Nuestro régimen político es presidencialista. Esta obviedad, debemos considerarla, pues la estabilidad en el ejercicio de la misma Presidencia de la República, significa la estabilidad del conjunto del sistema político. Recuerdo esta variable, para referirme a la seguridad personal de quien ejerce un cargo fundamental para el presente y futuro del país. No se trata de un nombre o de una persona en específico, sino de las condiciones físicas en las que se ejerce el máxima cargo de representación de nuestra sólida democracia.

El Estado Mayor Presidencial, no está compuesto de guardaespaldas –empleo de por sí difícil, como lo argumentó el martes 3 López Obrador. Dicha organismo lo integran lo mismo militares de las tres Fuerzas Armadas, que policías de la Ciudad de México y Federales, así como profesionistas de diversas áreas, cuya función es facilitar todas las condiciones necesarias para que el titular del Poder Ejecutivo mejor desempeñe sus funciones.

A partir de esa afirmación, el próximo Presidente de México, deberá cuidar en todo lo posible, sus pronunciamientos en lo que se refiere a las dimensiones de la Seguridad. Las campañas quedaron atrás. Nos encontramos en el proceso para la confección de lo que será un programa de gobierno diferente en cuanto a su ejecución. En primera instancia, las afectaciones que padece la Seguridad Pública y que por su gravedad y profundidad, han repercutido en la Seguridad Nacional, obligando a recurrir a las Fuerzas Armadas para al menos, contener la ola de criminalidad en varias partes del país.

En consonancia a la indispensable voluntad personal e institucional, la claridad en los objetivos y los procedimientos para alcanzarlos, en esta materia de la Seguridad, exige alejarse de las improvisaciones. De allí que el candidato triunfador y su equipo, están obligados a evaluar lo que se ha hecho bien para corregir lo mucho que se ha hecho mal.


javierolivaposada@gmail.com