/ jueves 21 de marzo de 2019

Nuevo embajador de EU en México

Recordemos que la relación diplomática entre Estados Unidos (EU) y México inició el 12 de diciembre de 1822 y aunque como siempre, ha tenido sus puntos críticos. El primero que se tiene registrado fue la disputa por el territorio de Texas (1845). Durante el siglo XX se pueden destacar: i) Los Acuerdos de Bucareli (1923), ii) La expropiación petrolera (1938), iii) La crisis de la deuda (1982), iv) El rescate financiero (1995) y v) La era Trump (desde 2017 a la fecha).

Después de una larga espera, al fin habrá Embajador de EU en México. Desde que Roberta Jacobson renunció en mayo del 2018, sólo ha habido un Encargado de Negocios. Jacobson argumentó que renunciaba a su cargo porque tenía desacuerdos con el presidente de la Unión Americana. Sin embargo, cabe resaltar que fue una embajadora sumamente empática con el pueblo de México, hizo una gran labor en nuestro país lo cual la llevó a hacerse merecedora de recibir la Orden del Águila Azteca en noviembre del año pasado. Esta condecoración fue un reconocimiento por su gran labor y contribución al fortalecimiento de la nueva relación bilateral.

Por lo que John Creamer ha sido quien se ha encargado de llevar al más alto nivel la relación de su país con el nuestro desde el 16 de julio del año pasado, con base en los artículos 14 y 19 de la Convención de Viena de Relaciones Diplomáticas de 1961.

Se llegó a pensar que el representante del Partido Republicano en México, Larry Rubin, sería el Embajador siguiente. También se habló de Ed Whitacre, empresario cercano a Trump y quien había hecho negocios en el pasado con Carlos Slim. Pero fue una propuesta que no cuajó.

Sin embargo, la demora para nombrar embajador por parte del presidente estadounidense se prolongó demasiado ante una relación que debe ser prioritaria en su agenda de política exterior, en tiempos de cierre de un acuerdo comercial trilateral y de cambio de gobierno en México. No obstante lo anterior, transcurrieron casi 10 meses para contar al fin con el nombre de quien vendrá a México a dar seguimiento a los temas de la agenda bilateral.

Christopher Landau es el designado por el inquilino de la Casa Blanca de Washington para que venga, una vez que lo autorice su Senado, a través del Comité de Relaciones Exteriores. Dentro de los temas prioritarios que deberá atender son:

1) T-MEC. Recordemos que EU es el primer socio comercial de México por ser el principal destino de las exportaciones mexicanas y también es el principal inversionista en nuestro país.

2) Cooperación para el desarrollo en materia de diversos intercambios culturales y educativos.

3) Temas fronterizos: migración y combate al narcotráfico. A través de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad y con el Plan de Desarrollo Integral Migratorio de la nueva administración donde México invertirá 30 MMDD.

4) Acuerdo bilateral para garantizar las inversiones en México y Centroamérica.

5) Constante comunicación con la American Chamber of Commerce para atender al sector empresarial de su país establecido en México.

6) Dar continuidad al proyecto de construcción de la nueva embajada de EU en nuestro país, la cual se estima que quedará concluida en el año 2022 (consiste en una construcción dentro de un terreno de 3.4 hectáreas con una inversión de 943 millones de dólares).

7) Trabajar de la mano con el nuevo gobierno federal mexicano.

8) Entender de los grandes retos que es llevar una relación política asimétrica, entre un país desarrollado y uno en desarrollo actualizado.

9) Dar la mejor imagen de su país en México.

10) Administrar los 9 consulados ubicados en diferentes partes de la República Mexicana y otras 9 oficinas consulares que están adscritas a los consulados formalmente establecidos como tales.

Así que como vemos, el próximo embajador tiene mucho trabajo por delante aunque tiene nula experiencia diplomática. Por su perfil de formación y de experiencia, es muy factible que sea más un negociador empresarial y legal, que diplomático. No buscará la confrontación pero tampoco será muy conciliador. Tendrá que lidiar con la nueva política exterior de México de que en todo se “abstiene”, no opina, no emite posición y no está a favor ni en contra de nada ni de nadie. Lo cual no es precisamente lo que Trump busca o quiere específicamente con el caso de Venezuela, ahora también con Nicaragua, más lo que se sume en el camino.

Coordinadora de Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales. UIA

aribel.contreras@ibero.mx

@Aribel007

Recordemos que la relación diplomática entre Estados Unidos (EU) y México inició el 12 de diciembre de 1822 y aunque como siempre, ha tenido sus puntos críticos. El primero que se tiene registrado fue la disputa por el territorio de Texas (1845). Durante el siglo XX se pueden destacar: i) Los Acuerdos de Bucareli (1923), ii) La expropiación petrolera (1938), iii) La crisis de la deuda (1982), iv) El rescate financiero (1995) y v) La era Trump (desde 2017 a la fecha).

Después de una larga espera, al fin habrá Embajador de EU en México. Desde que Roberta Jacobson renunció en mayo del 2018, sólo ha habido un Encargado de Negocios. Jacobson argumentó que renunciaba a su cargo porque tenía desacuerdos con el presidente de la Unión Americana. Sin embargo, cabe resaltar que fue una embajadora sumamente empática con el pueblo de México, hizo una gran labor en nuestro país lo cual la llevó a hacerse merecedora de recibir la Orden del Águila Azteca en noviembre del año pasado. Esta condecoración fue un reconocimiento por su gran labor y contribución al fortalecimiento de la nueva relación bilateral.

Por lo que John Creamer ha sido quien se ha encargado de llevar al más alto nivel la relación de su país con el nuestro desde el 16 de julio del año pasado, con base en los artículos 14 y 19 de la Convención de Viena de Relaciones Diplomáticas de 1961.

Se llegó a pensar que el representante del Partido Republicano en México, Larry Rubin, sería el Embajador siguiente. También se habló de Ed Whitacre, empresario cercano a Trump y quien había hecho negocios en el pasado con Carlos Slim. Pero fue una propuesta que no cuajó.

Sin embargo, la demora para nombrar embajador por parte del presidente estadounidense se prolongó demasiado ante una relación que debe ser prioritaria en su agenda de política exterior, en tiempos de cierre de un acuerdo comercial trilateral y de cambio de gobierno en México. No obstante lo anterior, transcurrieron casi 10 meses para contar al fin con el nombre de quien vendrá a México a dar seguimiento a los temas de la agenda bilateral.

Christopher Landau es el designado por el inquilino de la Casa Blanca de Washington para que venga, una vez que lo autorice su Senado, a través del Comité de Relaciones Exteriores. Dentro de los temas prioritarios que deberá atender son:

1) T-MEC. Recordemos que EU es el primer socio comercial de México por ser el principal destino de las exportaciones mexicanas y también es el principal inversionista en nuestro país.

2) Cooperación para el desarrollo en materia de diversos intercambios culturales y educativos.

3) Temas fronterizos: migración y combate al narcotráfico. A través de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad y con el Plan de Desarrollo Integral Migratorio de la nueva administración donde México invertirá 30 MMDD.

4) Acuerdo bilateral para garantizar las inversiones en México y Centroamérica.

5) Constante comunicación con la American Chamber of Commerce para atender al sector empresarial de su país establecido en México.

6) Dar continuidad al proyecto de construcción de la nueva embajada de EU en nuestro país, la cual se estima que quedará concluida en el año 2022 (consiste en una construcción dentro de un terreno de 3.4 hectáreas con una inversión de 943 millones de dólares).

7) Trabajar de la mano con el nuevo gobierno federal mexicano.

8) Entender de los grandes retos que es llevar una relación política asimétrica, entre un país desarrollado y uno en desarrollo actualizado.

9) Dar la mejor imagen de su país en México.

10) Administrar los 9 consulados ubicados en diferentes partes de la República Mexicana y otras 9 oficinas consulares que están adscritas a los consulados formalmente establecidos como tales.

Así que como vemos, el próximo embajador tiene mucho trabajo por delante aunque tiene nula experiencia diplomática. Por su perfil de formación y de experiencia, es muy factible que sea más un negociador empresarial y legal, que diplomático. No buscará la confrontación pero tampoco será muy conciliador. Tendrá que lidiar con la nueva política exterior de México de que en todo se “abstiene”, no opina, no emite posición y no está a favor ni en contra de nada ni de nadie. Lo cual no es precisamente lo que Trump busca o quiere específicamente con el caso de Venezuela, ahora también con Nicaragua, más lo que se sume en el camino.

Coordinadora de Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales. UIA

aribel.contreras@ibero.mx

@Aribel007