/ lunes 7 de octubre de 2019

Octubre incluyente

Por migrar, por amar, por afirmar una identidad de género distinta a su sexo de nacimiento, por consumir cannabis, por ser joven, por tener un nivel económico bajo, por tener la piel morena o por una manera de vestirse: la discriminaciónimpide la garantía de derechos, excluye y margina. La discriminación mata. Como ejemplo significativo y poco estudiado por parte de las autoridades: al menos 473 personas fueron asesinadas durante el sexenio pasado por cuestiones relacionadas a su orientación sexual o su identidad de género, informa la organización Letra Ese, conducida por el activista histórico Alejandro Brito Lemus.

Aunque falta mucho por hacer, la Ciudad de México es de las pocas entidades federativas que cuenta con un andamiaje institucional de avanzada en materia de prevención y atención a la discriminación. La Constitución de la Ciudad de México reconoce los derechos específicos de diversas categorías poblacionales y deja la hoja de ruta para una Capital solidaria, justa e incluyente. La discriminación está considerada como un delito, a pesar del procesamiento débil en la materia por falta de denuncia, falta de información de las víctimas o de los propios ministerios públicos o del embotellamiento del sistema penal y judicial. Si bien la discriminación se tiene que castigar, la solución de la prevención y educación provoca resultados muchos más sólidos en el tiempo y para la diseminación de una cultura cada vez más incluyente.

Creado en 2011, el Consejero para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED - https://copred.cdmx.gob.mx), es un organismo descentralizado del Gobierno capitalino a cargo de atender las denuncias de la ciudadanía, promover y evaluar acciones del Gobierno y del sector privado en la materia. El Gran Acuerdo por el Trato Igualitario funge como una plataforma entre la sociedad civil, el gobierno y el sector privado para analizar, capacitar, implementar las acciones en materia de igualdad, inclusión y no discriminación; y también reconocer a las empresas que generan un esfuerzo más allá de las obligaciones de la ley. Todas las empresas pueden buscar su adhesión al Gran Acuerdo de manera gratuita con el único requisito de un compromiso real para el trato igualitario. Este año, la presidenta de COPRED, Geraldina González de la Vega, de la mano con el Secretario de Cultura, José Alfonso Suárez del Real, en el marco de octubre mes de la cultura de la no discriminación, detonaron una agenda de eventos educativos, sociales y culturales para una Ciudad diversa e incluyente.

Los prejuicios y estigmas sociales se expresan diario por la segregación social de la que padece México. La discriminación es uno de los factores más importantes de la violencia; una violencia a veces simbólica y a veces directa. Según la encuesta sobre discriminación de COPRED, las causas más comunes de discriminación en la Ciudad son el bajo nivel de estudio, las preferencias sexuales, la pobreza y el color de piel. Poner un fin a la discriminación necesita de todas y todos, empezando por informarse, platicar abiertamente con su primer círculo social, y denunciar en caso de ser víctima o testigo. Todas y todos somos corresponsables de la (no) discriminación.

Por migrar, por amar, por afirmar una identidad de género distinta a su sexo de nacimiento, por consumir cannabis, por ser joven, por tener un nivel económico bajo, por tener la piel morena o por una manera de vestirse: la discriminaciónimpide la garantía de derechos, excluye y margina. La discriminación mata. Como ejemplo significativo y poco estudiado por parte de las autoridades: al menos 473 personas fueron asesinadas durante el sexenio pasado por cuestiones relacionadas a su orientación sexual o su identidad de género, informa la organización Letra Ese, conducida por el activista histórico Alejandro Brito Lemus.

Aunque falta mucho por hacer, la Ciudad de México es de las pocas entidades federativas que cuenta con un andamiaje institucional de avanzada en materia de prevención y atención a la discriminación. La Constitución de la Ciudad de México reconoce los derechos específicos de diversas categorías poblacionales y deja la hoja de ruta para una Capital solidaria, justa e incluyente. La discriminación está considerada como un delito, a pesar del procesamiento débil en la materia por falta de denuncia, falta de información de las víctimas o de los propios ministerios públicos o del embotellamiento del sistema penal y judicial. Si bien la discriminación se tiene que castigar, la solución de la prevención y educación provoca resultados muchos más sólidos en el tiempo y para la diseminación de una cultura cada vez más incluyente.

Creado en 2011, el Consejero para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED - https://copred.cdmx.gob.mx), es un organismo descentralizado del Gobierno capitalino a cargo de atender las denuncias de la ciudadanía, promover y evaluar acciones del Gobierno y del sector privado en la materia. El Gran Acuerdo por el Trato Igualitario funge como una plataforma entre la sociedad civil, el gobierno y el sector privado para analizar, capacitar, implementar las acciones en materia de igualdad, inclusión y no discriminación; y también reconocer a las empresas que generan un esfuerzo más allá de las obligaciones de la ley. Todas las empresas pueden buscar su adhesión al Gran Acuerdo de manera gratuita con el único requisito de un compromiso real para el trato igualitario. Este año, la presidenta de COPRED, Geraldina González de la Vega, de la mano con el Secretario de Cultura, José Alfonso Suárez del Real, en el marco de octubre mes de la cultura de la no discriminación, detonaron una agenda de eventos educativos, sociales y culturales para una Ciudad diversa e incluyente.

Los prejuicios y estigmas sociales se expresan diario por la segregación social de la que padece México. La discriminación es uno de los factores más importantes de la violencia; una violencia a veces simbólica y a veces directa. Según la encuesta sobre discriminación de COPRED, las causas más comunes de discriminación en la Ciudad son el bajo nivel de estudio, las preferencias sexuales, la pobreza y el color de piel. Poner un fin a la discriminación necesita de todas y todos, empezando por informarse, platicar abiertamente con su primer círculo social, y denunciar en caso de ser víctima o testigo. Todas y todos somos corresponsables de la (no) discriminación.