/ martes 2 de marzo de 2021

Organizarse para enfrentar juntos

Por Teresa Lazcano Martínez



(...) las plataformas no tiene interés en mejorar nada, y si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará (…) como repartidores nos hemos sentido solos y sentimos que vamos contracorriente, pero ahora sabemos que no es así, y que juntos lograremos muchas cosas”

- Trabajador UberEats

Hoy en día la noción de trabajo individual deja de tener sentido cuando la crisis se agudiza y los males son comunes. Una condición de desventaja compartida, sin duda, va creando asociaciones cada vez más fuertes.

En un contexto de crisis económica, que ha justificado la precarización laboral, encontramos que existen empleos en condiciones no reguladas, pues el “futuro” se adelantó cuando esta crisis sanitaria nos orilló a vivir desde lo digital.

Nada se hubiera podido lograr, por ejemplo, sin los empleos que permitieron el abastecimiento de alimentos durante el confinamiento y, tal vez, fue el encierro el que volvió poco visible la vulneración de derechos que comenzaron a padecer las mujeres y hombres que laboran como repartidores para plataformas digitales.

Este sector se ha encontrado en la necesidad de organizarse para lograr mejores condiciones de vida y trabajo. Una de las redes más representativas es la de #NiUnRepartidorMenos, la cual fundamenta su trabajo a partir de temas centrales como: la denuncia de inseguridad y robos, así como de las muertes por accidentes viales; el acompañamiento y la solidaridad para aquellos trabajadores que sufren accidentes; la asesoría en temas legales; el activismo político y las movilizaciones; la exigencia de mejores condiciones en la infraestructura vial de la ciudad, y la búsqueda de transparencia en el sistema de trabajo que tienen las aplicaciones. Todos estos, temas recurrentes en redes sociales y grupos de WhatsApp que, como herramientas de trabajo, también los ayudan a mantenerse conectados.

Este trabajo organizado sólo puede entenderse cuando observamos el intercambio de recursos y el sentido de solidaridad que explica como este y otros colectivos de repartidores se entienden a sí mismos como uno solo, como una comunidad ética -en términos de Zygmunt Bauman- que va creando un sentimiento de seguridad donde se obtienen beneficios por el simple hecho de pertenecer.

Estas redes son ejemplo también del derecho que existe a la libertad de asociación y negociación colectiva -en términos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)-, derechos inherentes al diálogo social y a la participación efectiva de los interlocutores en la política económica y social para lograr mejores condiciones laborales. Un derecho que actualmente se construye a nivel nacional e internacional como una tendencia de colectivos que van haciendo visible una nueva tendencia de participación ciudadana.

Según la Encuesta de Condiciones Laborales de Repartidores de Apps (ENLABREP), instrumento exploratorio inédito levantado entre mayo y julio del 2020 a nivel nacional en México por el Instituto de Estudios sobre Desigualdad (INDESIG), se estima que en México existen 50 mil repartidores. Será importante seguir observando la transformación de estas agrupaciones, que trabajarán de diversas maneras para adaptarse y poder seguir cumpliendo objetivos conjuntos, así como para dignificar la libertad de elegir un trabajo que otorgue flexibilidad sin que se confunda la independencia con la indefensión.

Coordinadora de la causa Trabajo Digno en Nosotrxs

Twitter: @NosotrxsMX

Facebook: @NosotrxsMX


Por Teresa Lazcano Martínez



(...) las plataformas no tiene interés en mejorar nada, y si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará (…) como repartidores nos hemos sentido solos y sentimos que vamos contracorriente, pero ahora sabemos que no es así, y que juntos lograremos muchas cosas”

- Trabajador UberEats

Hoy en día la noción de trabajo individual deja de tener sentido cuando la crisis se agudiza y los males son comunes. Una condición de desventaja compartida, sin duda, va creando asociaciones cada vez más fuertes.

En un contexto de crisis económica, que ha justificado la precarización laboral, encontramos que existen empleos en condiciones no reguladas, pues el “futuro” se adelantó cuando esta crisis sanitaria nos orilló a vivir desde lo digital.

Nada se hubiera podido lograr, por ejemplo, sin los empleos que permitieron el abastecimiento de alimentos durante el confinamiento y, tal vez, fue el encierro el que volvió poco visible la vulneración de derechos que comenzaron a padecer las mujeres y hombres que laboran como repartidores para plataformas digitales.

Este sector se ha encontrado en la necesidad de organizarse para lograr mejores condiciones de vida y trabajo. Una de las redes más representativas es la de #NiUnRepartidorMenos, la cual fundamenta su trabajo a partir de temas centrales como: la denuncia de inseguridad y robos, así como de las muertes por accidentes viales; el acompañamiento y la solidaridad para aquellos trabajadores que sufren accidentes; la asesoría en temas legales; el activismo político y las movilizaciones; la exigencia de mejores condiciones en la infraestructura vial de la ciudad, y la búsqueda de transparencia en el sistema de trabajo que tienen las aplicaciones. Todos estos, temas recurrentes en redes sociales y grupos de WhatsApp que, como herramientas de trabajo, también los ayudan a mantenerse conectados.

Este trabajo organizado sólo puede entenderse cuando observamos el intercambio de recursos y el sentido de solidaridad que explica como este y otros colectivos de repartidores se entienden a sí mismos como uno solo, como una comunidad ética -en términos de Zygmunt Bauman- que va creando un sentimiento de seguridad donde se obtienen beneficios por el simple hecho de pertenecer.

Estas redes son ejemplo también del derecho que existe a la libertad de asociación y negociación colectiva -en términos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)-, derechos inherentes al diálogo social y a la participación efectiva de los interlocutores en la política económica y social para lograr mejores condiciones laborales. Un derecho que actualmente se construye a nivel nacional e internacional como una tendencia de colectivos que van haciendo visible una nueva tendencia de participación ciudadana.

Según la Encuesta de Condiciones Laborales de Repartidores de Apps (ENLABREP), instrumento exploratorio inédito levantado entre mayo y julio del 2020 a nivel nacional en México por el Instituto de Estudios sobre Desigualdad (INDESIG), se estima que en México existen 50 mil repartidores. Será importante seguir observando la transformación de estas agrupaciones, que trabajarán de diversas maneras para adaptarse y poder seguir cumpliendo objetivos conjuntos, así como para dignificar la libertad de elegir un trabajo que otorgue flexibilidad sin que se confunda la independencia con la indefensión.

Coordinadora de la causa Trabajo Digno en Nosotrxs

Twitter: @NosotrxsMX

Facebook: @NosotrxsMX