/ lunes 18 de septiembre de 2017

Otra barbaridad en Edomex

Estamos tan contristados con las pérdidas humanas, ecológicas y culturales de Oaxaca, Chiapas, Veracruz, BCS y otras e incluso por la debacle de los 3326 cargos de elección en “las urnas” del 2018, que parecería que el asunto de Bosques de Pamejé es pecatta minuta como dicen ustedes, pero no es así. En Bosques de Pamejé se juega, no sólo la biodiversidad que con tanta pasión defienden gigantes como Sarukhán el magnífico de Atizapán en la CONABIO o Julia Carabias la perseverante en Chiapas, sino la confiabilidad en las instituciones y en la propia sociedad para actuar con sensatez ambiental.

Los habitantes de Valle de Bravo están bravos porque no ven que las instituciones estén defendiendo el ambiente y la sostenibilidad, la biodiversidad, la cultura y el patrimonio forestal de los mexiquenses, sino que una vez más se sienten afrentados por el lucroteísmo antiambiental y al grito de “primero la lana y luego la gana”  se lanzan sobre 740 mil metros de bosque en esos ecosistemas que cumplen con servicios ambientales que merecerían, no un homenaje porque no son personas, sino un “arbolaje” colectivo por sus beneficios en oxigenar y convocar las lluvias o las humedades y dar hospitalidad a millones de seres desde aves hasta liebres o abejas y mariposas, además de hongos deliciosos y microorganismos que honran el ciclo de la vida.

Fue con premeditación, alevosía, ventaja y traición ambiental, que modificaron el Plan Parcial a modo para que luego les embone el cápsico de que se ufanara el mexiquense más recordado. Por eso los habitantes se han arriesgado a dirigir una carta a las “autoridades” señalando que  “Como colonos de Valle de Bravo reconocemos el gran valor ambiental de esta zona, al estar inmersa en un área natural protegida y disfrutamos la gran riqueza histórica, natural y cultural del sitio, por lo cual no sólo nos preocupa el proyecto como tal, sino la posibilidad de que se siente un grave precedente en materia de la gestión sostenible del territorio municipal que lleve a otros a alterar o violar los ordenamientos territoriales vigentes y de desarrollo urbano, con el fin de continuar el boom inmobiliario que se está presentando desde la apertura del Ramal a Valle de Bravo.” Y allí es donde apareció el peine pediculoso: la plusvalía que enloquece a los especuladores de toda ralea que pululan viscosos y repugnantes en el Edomex.

Ya me imagino los entripados que ha de hacer Rafael Pacchiano, que todavía sufre el cargo de Secretario de Medio Ambiente federal y sigo sufre pues no ha de ser nada grato que año con año te vayan disminuyendo el presupuesto cuando ves que a los partidos, legisladores y ministros les aumentan la coima mientras al área ambiental lo raquitizan e inmovilizan por falta de dinero. Ahora está peor, pues tiene en medio ambiente del estado al que hasta hace unos días era director nacional de Conafor, que tenía que defender los bosques y selvas. Jajajajajá, hace unos días estuvimos en Palenque clamando con la famosísima arqueóloga Fanny López Jiménez, la que descubrió la tumba y templo de la “Reina Roja” mujer del Rey Pacal, porque los científicos informaron la cantidad de hectáreas de la selva que han devastado en estos cinco años. ¡Qué rabia! Hemos perdido las 2/3 de ese patrimonio biológico en Chiapas. No, no “hemos perdido”, nos lo han robado por esos afanes desarrollistas y lucroteístas.

Ojalá que en Bosques de Pajemé los mexiquenses buenos como Pichardo ayuden a defender este relicto. Vamos también a ver cómo se las gasta el flamante gobernador.

rojedamestre@yahoo.com

Estamos tan contristados con las pérdidas humanas, ecológicas y culturales de Oaxaca, Chiapas, Veracruz, BCS y otras e incluso por la debacle de los 3326 cargos de elección en “las urnas” del 2018, que parecería que el asunto de Bosques de Pamejé es pecatta minuta como dicen ustedes, pero no es así. En Bosques de Pamejé se juega, no sólo la biodiversidad que con tanta pasión defienden gigantes como Sarukhán el magnífico de Atizapán en la CONABIO o Julia Carabias la perseverante en Chiapas, sino la confiabilidad en las instituciones y en la propia sociedad para actuar con sensatez ambiental.

Los habitantes de Valle de Bravo están bravos porque no ven que las instituciones estén defendiendo el ambiente y la sostenibilidad, la biodiversidad, la cultura y el patrimonio forestal de los mexiquenses, sino que una vez más se sienten afrentados por el lucroteísmo antiambiental y al grito de “primero la lana y luego la gana”  se lanzan sobre 740 mil metros de bosque en esos ecosistemas que cumplen con servicios ambientales que merecerían, no un homenaje porque no son personas, sino un “arbolaje” colectivo por sus beneficios en oxigenar y convocar las lluvias o las humedades y dar hospitalidad a millones de seres desde aves hasta liebres o abejas y mariposas, además de hongos deliciosos y microorganismos que honran el ciclo de la vida.

Fue con premeditación, alevosía, ventaja y traición ambiental, que modificaron el Plan Parcial a modo para que luego les embone el cápsico de que se ufanara el mexiquense más recordado. Por eso los habitantes se han arriesgado a dirigir una carta a las “autoridades” señalando que  “Como colonos de Valle de Bravo reconocemos el gran valor ambiental de esta zona, al estar inmersa en un área natural protegida y disfrutamos la gran riqueza histórica, natural y cultural del sitio, por lo cual no sólo nos preocupa el proyecto como tal, sino la posibilidad de que se siente un grave precedente en materia de la gestión sostenible del territorio municipal que lleve a otros a alterar o violar los ordenamientos territoriales vigentes y de desarrollo urbano, con el fin de continuar el boom inmobiliario que se está presentando desde la apertura del Ramal a Valle de Bravo.” Y allí es donde apareció el peine pediculoso: la plusvalía que enloquece a los especuladores de toda ralea que pululan viscosos y repugnantes en el Edomex.

Ya me imagino los entripados que ha de hacer Rafael Pacchiano, que todavía sufre el cargo de Secretario de Medio Ambiente federal y sigo sufre pues no ha de ser nada grato que año con año te vayan disminuyendo el presupuesto cuando ves que a los partidos, legisladores y ministros les aumentan la coima mientras al área ambiental lo raquitizan e inmovilizan por falta de dinero. Ahora está peor, pues tiene en medio ambiente del estado al que hasta hace unos días era director nacional de Conafor, que tenía que defender los bosques y selvas. Jajajajajá, hace unos días estuvimos en Palenque clamando con la famosísima arqueóloga Fanny López Jiménez, la que descubrió la tumba y templo de la “Reina Roja” mujer del Rey Pacal, porque los científicos informaron la cantidad de hectáreas de la selva que han devastado en estos cinco años. ¡Qué rabia! Hemos perdido las 2/3 de ese patrimonio biológico en Chiapas. No, no “hemos perdido”, nos lo han robado por esos afanes desarrollistas y lucroteístas.

Ojalá que en Bosques de Pajemé los mexiquenses buenos como Pichardo ayuden a defender este relicto. Vamos también a ver cómo se las gasta el flamante gobernador.

rojedamestre@yahoo.com

ÚLTIMASCOLUMNAS
miércoles 03 de enero de 2018

Impresionante tecnológico

Ramón Ojeda

lunes 25 de diciembre de 2017

Mancerazo antiambiental

Ramón Ojeda

lunes 18 de diciembre de 2017

El pregabinete passiflorino

Ramón Ojeda

lunes 11 de diciembre de 2017

La caída de Mancera

Ramón Ojeda

lunes 04 de diciembre de 2017

El Factor Videgaray

Ramón Ojeda

lunes 27 de noviembre de 2017

Que no quede huella

Ramón Ojeda

lunes 20 de noviembre de 2017

Se ensució la sucesión

Ramón Ojeda

lunes 06 de noviembre de 2017

Sicarios pecadores

Ramón Ojeda

Cargar Más