/ viernes 27 de mayo de 2022

Otra vez las armas en las escuelas 

Nuevamente vivimos una tragedia con armas en escuelas. El pasado martes, la educación mundial se volvió a vestir de luto, ya que se dio una nueva masacre en una escuela de Estados Unidos, con un saldo de 21 personas muertas, entre ellos 19 niños y 2 profesoras. Este triste hecho sigue una dolorosa cadena de hechos similares, que se volvieron relevantes desde la masacre en la secundaria de Columbine y que se ha venido repitiendo en los tiroteos del Virginia Tech, la primaria Sandy Hook, la secundaria Stoneman Douglas, e incluso en México con la tragedia del suicidio-homicidio ocurrido en Torreón en 2020.

En la relación violencia-armas-escuela, la escuela es la víctima, ya que es un centro de formación, de desarrollo y de plenitud que se ve envenenado por la presencia de las armas. La única relación que explica tantos tiroteos se debe a una sola variable determinante que es el acceso a las armas. La prueba de esto es que, entre más flexible es el modelo para la adquisición de armas, existe mayor violencia en las escuelas; en particular en Texas, uno de los estados donde es más fácil conseguirlas. El hecho no es aislado, ya que tan solo en 2022, en Estados Unidos se han registrado 212 tiroteos masivos, con un saldo de 243 muertos y 922 heridos.

En México, tenemos un marco más restrictivo que se limitó aún más con la iniciativa que presenté cuando tuve la oportunidad de servir como Senador de la República, que tenía el objetivo de restringir el acceso ilegal de armas. Pero en nuestro país, aun con leyes mas severas, nos contamina lo licencioso del sistema estadounidense; las armas que provienen de Estados Unidos detonan crimen, violencia y, con especial atención, en las escuelas.

En la Ciudad de México, la Jefa de Gobierno entiende este dilema, por lo que en un gran esfuerzo impulsó el programa “Sí al desarme, Sí a la paz”, el cual tiene el objetivo de fomentar la cultura de paz, a través del intercambio de armas por recursos económicos. En los módulos instalados también se incentiva a los niños y niñas a cambiar juguetes bélicos, como pistolas de juguete y espadas, por un juguete educativo. Y los resultados hablan por sí solos: en la Ciudad han disminuido las lesiones por armas de fuego en 61.7% y los homicidios en 63% en los últimos años, lo que la convierte en una de las capitales más seguras del mundo.

El tema de fondo es el acceso a las armas y que estas armas ingresen a las escuelas; desafortunadamente, las maestras y maestros de la Ciudad seguimos teniendo limitaciones para garantizar la seguridad de las niñas y los niños, como es el activismo contra la revisión de útiles escolares, que es la única herramienta que tenemos. En Estados Unidos tienen a la Asociación Nacional de Rifle que promueve las armas, y aquí tenemos a los diletantes que nos obstaculizan para realizar nuestro trabajo, garantizar y salvaguardar a nuestros estudiantes. XXXTwitter: @LuisH_Fernandez



Nuevamente vivimos una tragedia con armas en escuelas. El pasado martes, la educación mundial se volvió a vestir de luto, ya que se dio una nueva masacre en una escuela de Estados Unidos, con un saldo de 21 personas muertas, entre ellos 19 niños y 2 profesoras. Este triste hecho sigue una dolorosa cadena de hechos similares, que se volvieron relevantes desde la masacre en la secundaria de Columbine y que se ha venido repitiendo en los tiroteos del Virginia Tech, la primaria Sandy Hook, la secundaria Stoneman Douglas, e incluso en México con la tragedia del suicidio-homicidio ocurrido en Torreón en 2020.

En la relación violencia-armas-escuela, la escuela es la víctima, ya que es un centro de formación, de desarrollo y de plenitud que se ve envenenado por la presencia de las armas. La única relación que explica tantos tiroteos se debe a una sola variable determinante que es el acceso a las armas. La prueba de esto es que, entre más flexible es el modelo para la adquisición de armas, existe mayor violencia en las escuelas; en particular en Texas, uno de los estados donde es más fácil conseguirlas. El hecho no es aislado, ya que tan solo en 2022, en Estados Unidos se han registrado 212 tiroteos masivos, con un saldo de 243 muertos y 922 heridos.

En México, tenemos un marco más restrictivo que se limitó aún más con la iniciativa que presenté cuando tuve la oportunidad de servir como Senador de la República, que tenía el objetivo de restringir el acceso ilegal de armas. Pero en nuestro país, aun con leyes mas severas, nos contamina lo licencioso del sistema estadounidense; las armas que provienen de Estados Unidos detonan crimen, violencia y, con especial atención, en las escuelas.

En la Ciudad de México, la Jefa de Gobierno entiende este dilema, por lo que en un gran esfuerzo impulsó el programa “Sí al desarme, Sí a la paz”, el cual tiene el objetivo de fomentar la cultura de paz, a través del intercambio de armas por recursos económicos. En los módulos instalados también se incentiva a los niños y niñas a cambiar juguetes bélicos, como pistolas de juguete y espadas, por un juguete educativo. Y los resultados hablan por sí solos: en la Ciudad han disminuido las lesiones por armas de fuego en 61.7% y los homicidios en 63% en los últimos años, lo que la convierte en una de las capitales más seguras del mundo.

El tema de fondo es el acceso a las armas y que estas armas ingresen a las escuelas; desafortunadamente, las maestras y maestros de la Ciudad seguimos teniendo limitaciones para garantizar la seguridad de las niñas y los niños, como es el activismo contra la revisión de útiles escolares, que es la única herramienta que tenemos. En Estados Unidos tienen a la Asociación Nacional de Rifle que promueve las armas, y aquí tenemos a los diletantes que nos obstaculizan para realizar nuestro trabajo, garantizar y salvaguardar a nuestros estudiantes. XXXTwitter: @LuisH_Fernandez