/ viernes 8 de noviembre de 2019

OTT: se dio un paso, falta otro

OTT: se dio un paso, falta otro

Mientras que la radio y la televisión mexicanas tienen reglas para promover la producción de contenidos audiovisuales nacionales, los servicios de internet bajo demanda, conocidos como OTT o VOD (como Roku, Hulu, Netflix o Amazón Video), no están obligados a transmitir contenidos que reflejen la cultura y situación de México, como ocurre en otros países. Cabe mencionar que recientemente ya se dio un primer paso al incorporarlos al ámbito fiscal, pero falta aún para tener un piso parejo.

Esta situación viene a colación por el reciente informe de Netflix que refiere que los mexicanos prefieren series extranjeras. Según esta plataforma, en nuestro país se disfrutan las series y películas internacionales hasta 60 por ciento más que en 2018.

De acuerdo con el Instituto Federal de Telecomunicaciones —en un estudio reciente denominado Pronósticos de los Servicios de Telecomunicaciones— se observa que los servicios OTT están avanzando y van detrás de la televisión abierta y restringida nacionales.

Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, los servicios OTT “ofrecen aplicaciones y contenido en internet, los operadores de telecomunicaciones pueden enfrentarse a una disminución de su base de usuarios.

"Por ejemplo, en Europa, es probable que el número cada vez mayor de servicios de video OTT afecte negativamente a los servicios de televisión restringida de los operadores”.

En la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR) se considera como “producción nacional” al contenido o programación generada por persona física o moral con financiamiento mayoritario de origen mexicano, incluso se da impulso a la llamada “producción nacional independiente”.

Estas reglas tienen un contenido de fomento cultural y, además, tienen un componente económico, ya que se generan inversiones y empleos en México.

Por algo en Europa se ha exigido legalmente que los servicios OTT ofrezcan un contenido nacional mínimo, que es un gran pendiente de reforma en la LFTR, que se quedó en el tintero en este periodo ordinario de sesiones y no debe dejarse en el olvido.

Más allá de si se trata de programas audiovisuales más atractivos, lo cierto es que además de que haya un equilibrio regulatorio, el gobierno y el Legislativo deben dar más impulso a la producción nacional, y establecer obligaciones de contenido nacional a las OTT como en Europa, para fortalecer la cultura nacional, impulsar el desarrollo económico y emparejar el campo regulatorio entre las diversas plataformas existentes, para poder competir en igualdad.

No es sobreregular, ni una medida proteccionista, es equidad.

INTERFERENCIAS

Llama la atención que el Premio Nacional de la Juventud se otorgó a los jóvenes de Radio Tsinaka que refieren operar en la frecuencia 104.9 en Cuetzalan, Puebla, sin embargo, al revisar el listado de concesiones del órgano regulador no se encuentra la misma.

Tal vez haga falta actualizar los registros de la autoridad, para que no exista la duda si es una estación legal, lo que no desmerece el esfuerzo y reconocimiento de los ganadores.

OTT: se dio un paso, falta otro

Mientras que la radio y la televisión mexicanas tienen reglas para promover la producción de contenidos audiovisuales nacionales, los servicios de internet bajo demanda, conocidos como OTT o VOD (como Roku, Hulu, Netflix o Amazón Video), no están obligados a transmitir contenidos que reflejen la cultura y situación de México, como ocurre en otros países. Cabe mencionar que recientemente ya se dio un primer paso al incorporarlos al ámbito fiscal, pero falta aún para tener un piso parejo.

Esta situación viene a colación por el reciente informe de Netflix que refiere que los mexicanos prefieren series extranjeras. Según esta plataforma, en nuestro país se disfrutan las series y películas internacionales hasta 60 por ciento más que en 2018.

De acuerdo con el Instituto Federal de Telecomunicaciones —en un estudio reciente denominado Pronósticos de los Servicios de Telecomunicaciones— se observa que los servicios OTT están avanzando y van detrás de la televisión abierta y restringida nacionales.

Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, los servicios OTT “ofrecen aplicaciones y contenido en internet, los operadores de telecomunicaciones pueden enfrentarse a una disminución de su base de usuarios.

"Por ejemplo, en Europa, es probable que el número cada vez mayor de servicios de video OTT afecte negativamente a los servicios de televisión restringida de los operadores”.

En la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR) se considera como “producción nacional” al contenido o programación generada por persona física o moral con financiamiento mayoritario de origen mexicano, incluso se da impulso a la llamada “producción nacional independiente”.

Estas reglas tienen un contenido de fomento cultural y, además, tienen un componente económico, ya que se generan inversiones y empleos en México.

Por algo en Europa se ha exigido legalmente que los servicios OTT ofrezcan un contenido nacional mínimo, que es un gran pendiente de reforma en la LFTR, que se quedó en el tintero en este periodo ordinario de sesiones y no debe dejarse en el olvido.

Más allá de si se trata de programas audiovisuales más atractivos, lo cierto es que además de que haya un equilibrio regulatorio, el gobierno y el Legislativo deben dar más impulso a la producción nacional, y establecer obligaciones de contenido nacional a las OTT como en Europa, para fortalecer la cultura nacional, impulsar el desarrollo económico y emparejar el campo regulatorio entre las diversas plataformas existentes, para poder competir en igualdad.

No es sobreregular, ni una medida proteccionista, es equidad.

INTERFERENCIAS

Llama la atención que el Premio Nacional de la Juventud se otorgó a los jóvenes de Radio Tsinaka que refieren operar en la frecuencia 104.9 en Cuetzalan, Puebla, sin embargo, al revisar el listado de concesiones del órgano regulador no se encuentra la misma.

Tal vez haga falta actualizar los registros de la autoridad, para que no exista la duda si es una estación legal, lo que no desmerece el esfuerzo y reconocimiento de los ganadores.