Por Pacto por la Primera Infancia | @Pacto1aInfancia
En los últimos años, nuestro país ha presentado un lamentable incremento de la población en Primera Infancia en condición de pobreza, pasando de 52.5 a 54.3 por ciento; y la condición de pobreza extrema se incrementó de 9.9 a 11.8 por ciento, de acuerdo con los datos de medición de pobreza 2018 - 2020 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En México, pertenecer a la Primera Infancia te hace más vulnerable a vivir en condición de pobreza y pobreza extrema. Es momento de tomar acción urgente para tratar de revertir esta situación; por ello, en el marco del análisis, discusión y aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2022 por parte de la nueva legislatura de la Cámara de Diputados, se llevó a cabo por segunda ocasión la Semana Nacional de Inversión en Primera Infancia, del 27 al 30 de septiembre del año en curso.
La Segunda Semana Nacional de Inversión en Primera Infancia, realizada por el Pacto por la Primera Infancia, tuvo como objetivo promover la discusión pública en torno a la importancia estratégica de la inversión en la niñez temprana en nuestro país, así como resaltar la obligación del Estado mexicano en materia de primera infancia y su vinculación con la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI).
Otras instituciones co-convocantes fueron: Secretaría Ejecutiva del SIPINNA Federal, Conferencia Nacional de Municipios de México (CONAMM), Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial y el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
En el panel inaugural, los especialistas señalaron la necesidad y conveniencia de que el Estado mexicano invierta en las y los niños más pequeños. Además de la vulnerabilidad inherente a este periodo de la vida, también hay factores que los ponen en un mayor riesgo, como presentar alguna discapacidad, pertenecer a comunidades indígenas o ser parte de familias en situación de pobreza o pobreza extrema, por lo que su atención requiere un enfoque integral y presupone recursos estatales.
De acuerdo con Norbert Schady, economista en jefe para el Desarrollo Humano del Banco Mundial, existen múltiples evidencias que señalan que la inversión que se realice en las niñas y niños menores de seis años, incide efectivamente hasta 20 años después. “Un dólar invertido en programas de alta calidad para la Primera Infancia retribuye en el tiempo entre tres y cuatro dólares”.\u0009
Alfredo González, encargado de la Agenda 2030 en México, destacó la importancia de pensar en un diseño adecuado de un Sistema de Protección Social Nacional de Cuidados, y trabajar en conjunto la ausencia de provisión de bienes y servicios.
Por su parte, Nashieli Ramírez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, afirmó que la inversión en Primera Infancia no es optativa, y explicó que existen obligaciones del Estado mexicano en este sentido, mismas que derivan de tratados internacionales, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de las leyes nacionales.
Este encuentro abre la oportunidad a un espacio plural de reflexión y debate de ideas en torno a un tema que no solo debe preocuparnos, sino ocuparnos y tomar acción urgente para atender los enormes retos ahora identificados; retos programáticos y presupuestales que enfrentan las niñas y niños menores de seis años para alcanzar su desarrollo pleno e integral, pero también la identificación de alternativas factibles para incrementar progresivamente la inversión pública en Primera Infancia y con ello revertir las condiciones de vulneración y desventaja que históricamente ha padecido la niñez temprana en México. Es urgente que actuemos ahora.
