La pandemia por Covid 19 anuncia el cierre de una época. En estos momentos, se pregona un cambio, un nuevo tipo de arreglo social. Una parte de la transformación dependerá de nuestras acciones individuales, la acción colectiva, así como la conducta de las entidades federativas y la federación. En efecto, estamos viendo, con más claridad nuestro México. Nuestros miedos, alegrías, prioridades, emociones, calmas y furias. Este fenómeno nos está llevando a un reposicionamiento social.
La tensión en lo económico, político y el riesgo de vivir o morir nos hace comportarnos distinto. Se develan algunas conductas que son de destacar: la valentía del personal de salud, la solidaridad de varios mexicanos y mexicanas, pero también tenemos personas que atacan al equipo médico, un youtuber que en busca de likes arriesga la salud de otras personas, y un experimentado informador que sale a desinformar en un noticiero por televisión abierta. En igualdad de circunstancias está cambiando el arreglo político. La jefa de gobierno de la CDMX y los gobernadores de las entidades tienen un papel protagónico en esta catástrofe, el órgano constitucional que debería guiarnos en la pandemia (Consejo de Salubridad General) quedó relevado por el subsecretario López-Gatell Ramírez, la debilidad de las instituciones cada día se hace más patente, algunos miembros de Morena entran en contradicción con el Presidente, y las acciones comunitarias son mas frecuentes e importantes. Parece que se vive un nuevo tipo de federalismo y de acción colectiva para bien o para mal. El punto es que las cosas se están moviendo.
Joaquín Sabina nos recomendaba: “que el fin del mundo te pille bailando”. El Dylan español nos dijo una de esas mil mentiras que valen la pena, tal y cómo él diría. Al parecer estas tragedias nos generan demasiados movimientos. No hay oportunidad para bailar. Lo que tenemos es la oportunidad de cuidarnos y cuidar a los otros. De esperar la catástrofe económica y de seguridad pública que se viene. Las voces autorizadas dicen que la calamidad será la peor, en materia económica, desde hace 90 años. Es previsible un gran aumento en las actividades delictivas. Todavía nos falta cruzar por allí.
Esperemos que la jefa de gobierno de la CDMX y los gobernadores sean activos en la nueva crisis de seguridad pública, que la acción colectiva y comunitaria siga su curso, que se sustituya el discurso de división por uno de unidad. Que las conductas como las del youtuber o las del informador nos hagan pensar dos veces que tanto vale Facebook, Youtube o un like. Necesitaremos muchas acciones para atravesar la crisis de salud, después la económica y la de seguridad pública. Ojalá suceda como en otras tragedias que ha vivido el país, en donde la solidaridad ha rebasado la mezquindad y, en donde, son más las buenas acciones que las acciones imprudentes o viles. El cambio viene y esperemos que nos coloque en un mejor lugar como comunidad política.
Doctor en Derecho
@jangulonobara