/ sábado 12 de diciembre de 2020

Para congraciarse con el género femenino…

AMLO suelta cinco dedazos y designa a las mismas tantas mujeres en cargos destacados. Sabe del rechazo a su misoginia y a la forma en que ha ignorado y agredido al género que supone el porcentaje más alto de la población. Con vistas al 2021 intenta congraciarse, aunque habrá que ver si las interfectas resultan eficaces, o son simples floreros.

A ojo de buen cubero, se observa que sigue por la vía del empecinamiento de no tomar en cuenta aptitudes esenciales para lograr un buen desempeño. Lo ha dicho –y lo practica- hasta el agotamiento. Se elige a personas “honradas” y esa cualidad vale un 70 por ciento; los conocimientos, solo 30.

Su consigna lo tiene rodeado de un gabinete de enanos, provoca una seria parálisis en la administración pública y dificulta el desarrollo. Y de lo que tienen que ser “honrados”, pues en una última encuesta el 67 por ciento considera que su gobierno es corrupto, percepción que surge de una realidad inocultable. Eso sí: ninguno le hace sombra y todos obedecen sus órdenes sin objeción alguna. Por algo estamos como estamos.

Con las nominaciones surgieron las dudas. Una sola cumple con los requisitos. Ana Laura López Bautista es la naval que coordinará los Puertos y la Marina Mercante. De larga trayectoria, amplia experiencia y con la currícula que demanda la encomienda.

En la Secretaría de Economía despachará su ex coordinadora de campaña, Tatiana Clouthier. Sustituye a Graciela Márquez, a la que manda al INEGI. Clouthier es licenciada en letras inglesas, sin la mínima experiencia en la administración pública, pero hasta donde se le ha visto, “maga de la grilla”. Hay quien piensa que tendrá un mejor acercamiento al empresariado –al que se patea con singular alegría-, aunque poco puede esperarse. Todo se maneja de acuerdo a las directrices de Palacio y queda claro el repudio que se tiene contra la iniciativa privada.

Graciela Márquez se dijo muy satisfecha de la “labor que realizó”, cuando cierran sus puertas un millón de micro y medianas empresas, por falta de apoyos en la pandemia, además de las quejas constantes en su contra, por parte de los “rapaces ambiciosos” adversarios del tabasqueño.

Con su llegada al INEGI se podría perder la independencia de este Instituto que, mediante sus estadísticas, refleja la verdad de la realidad y al que AMLO traía en la mira. Lo que funciona, para afuera.

Desastroso el nombramiento de Elvira Concheiro como Tesorera de la Federación. La ¡socióloga! se enfrenta a uno de los puestos más técnicos, de la administración. De ideología radical –puede o no gustar, sin ser condicionante-, su falta de conocimientos de la materia, pudiera poner en un brete a la esencial institución.

A Galia Borja Gómez, ahora ex tesorera, la remite como subgobernadora del Banco de México, sitial para el que había personalidades mucho más sólidas y especializadas en asunto tan delicado.

Recibir un nombramiento, para el que no se está capacitado, es una forma de corrupción. Recibirlo solo porque eres mujer, una vergüenza. Si la lucha es por la igualdad de género, para obtener un puesto hay que contender con absoluta equidad.

La demanda femenina es que a iguales capacidades, igual salario, iguales condiciones. La batalla es por estar al mismo nivel, no por debajo –como hasta ahora-, pero tampoco por encima, en igualdad de circunstancias.

Nombramientos de contentillo, gabinete de lacayos y lacayas.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq


AMLO suelta cinco dedazos y designa a las mismas tantas mujeres en cargos destacados. Sabe del rechazo a su misoginia y a la forma en que ha ignorado y agredido al género que supone el porcentaje más alto de la población. Con vistas al 2021 intenta congraciarse, aunque habrá que ver si las interfectas resultan eficaces, o son simples floreros.

A ojo de buen cubero, se observa que sigue por la vía del empecinamiento de no tomar en cuenta aptitudes esenciales para lograr un buen desempeño. Lo ha dicho –y lo practica- hasta el agotamiento. Se elige a personas “honradas” y esa cualidad vale un 70 por ciento; los conocimientos, solo 30.

Su consigna lo tiene rodeado de un gabinete de enanos, provoca una seria parálisis en la administración pública y dificulta el desarrollo. Y de lo que tienen que ser “honrados”, pues en una última encuesta el 67 por ciento considera que su gobierno es corrupto, percepción que surge de una realidad inocultable. Eso sí: ninguno le hace sombra y todos obedecen sus órdenes sin objeción alguna. Por algo estamos como estamos.

Con las nominaciones surgieron las dudas. Una sola cumple con los requisitos. Ana Laura López Bautista es la naval que coordinará los Puertos y la Marina Mercante. De larga trayectoria, amplia experiencia y con la currícula que demanda la encomienda.

En la Secretaría de Economía despachará su ex coordinadora de campaña, Tatiana Clouthier. Sustituye a Graciela Márquez, a la que manda al INEGI. Clouthier es licenciada en letras inglesas, sin la mínima experiencia en la administración pública, pero hasta donde se le ha visto, “maga de la grilla”. Hay quien piensa que tendrá un mejor acercamiento al empresariado –al que se patea con singular alegría-, aunque poco puede esperarse. Todo se maneja de acuerdo a las directrices de Palacio y queda claro el repudio que se tiene contra la iniciativa privada.

Graciela Márquez se dijo muy satisfecha de la “labor que realizó”, cuando cierran sus puertas un millón de micro y medianas empresas, por falta de apoyos en la pandemia, además de las quejas constantes en su contra, por parte de los “rapaces ambiciosos” adversarios del tabasqueño.

Con su llegada al INEGI se podría perder la independencia de este Instituto que, mediante sus estadísticas, refleja la verdad de la realidad y al que AMLO traía en la mira. Lo que funciona, para afuera.

Desastroso el nombramiento de Elvira Concheiro como Tesorera de la Federación. La ¡socióloga! se enfrenta a uno de los puestos más técnicos, de la administración. De ideología radical –puede o no gustar, sin ser condicionante-, su falta de conocimientos de la materia, pudiera poner en un brete a la esencial institución.

A Galia Borja Gómez, ahora ex tesorera, la remite como subgobernadora del Banco de México, sitial para el que había personalidades mucho más sólidas y especializadas en asunto tan delicado.

Recibir un nombramiento, para el que no se está capacitado, es una forma de corrupción. Recibirlo solo porque eres mujer, una vergüenza. Si la lucha es por la igualdad de género, para obtener un puesto hay que contender con absoluta equidad.

La demanda femenina es que a iguales capacidades, igual salario, iguales condiciones. La batalla es por estar al mismo nivel, no por debajo –como hasta ahora-, pero tampoco por encima, en igualdad de circunstancias.

Nombramientos de contentillo, gabinete de lacayos y lacayas.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq