/ sábado 30 de diciembre de 2017

Para decidir el año nuevo

1.- Si hacía falta un nuevo rasero de la ruindad, el mundo lo ha encontrado magnificado en el daño que ha causado el gobernante más soberbio y repugnante que ha pasado por el Potomac, y el cargo es la fractura social que con su petulancia, su megalomanía y su irreflexión ha infligido a la sociedad de su país, con la siembra de odio, racismo y xenofobia que desparrama. Hacia fuera ha creado un clima de hostilidad y confrontación que no se conocían desde el fin de la Segunda Guerra. Los otros días, no obstante, su Congreso le ha descontado toda la factura de indignidad, le ha votado su más codiciada reforma fiscal, y con ella lo ha relecto para un segundo periodo. Si de poco servían las condenas y las contriciones, ahora carecen del menor sentido.

2.- La crisis de España por la situación en Cataluña, que todo sentido común anticipaba que sería solventada, y en que toda previsión racional preveía que la normalidad retomara su cauce, ha mostrado, con la elección en esa provincia, que el curso normal, el verdadero interés de los catalanes y su idea de vida en común son distintos a los que el resto del mundo consideraba dables, y que la voluntad de los catalanes es erguirse en una entidad aislada, sin ningún cálculo del riesgo que corren. Han votado por una camarilla de prófugos y presidiarios, y han confirmado con su proverbial perfidia lo que creen que es el destino manifiesto de su raza.

3.- En Inglaterra aún no se asimila el error que cometió un primer ministro cegado por el poder y la popularidad, y que llevó a los ingleses a votar un referéndum a favor de la salida del antiguo imperio de la Unión Europea. Apenas les han pasado un avance de la elevada cuenta en dinero, les ha corrido de nuevo el miedo y el reconcomio. Falta por restar la caída de los grandes números de su economía, de su aparato productivo, del impacto en sus flujos migratorios, que ya buscan maneras de revertir la irresponsable decisión.

4.- Venezuela sigue subyugada bajo la bota de un sátrapa al que no ven la hora ni la manera de sacar del poder, y no lo sacarán por la vía democrática por la que lo instalaron. Ya abolió el congreso; derogó los partidos políticos; tiene a su amado pueblo en la hambruna, y  prolongará su dictadura por los siglos. Argentina se zafa con brutales sacrificios de una anarquía democrática que a poco lleva ese vergel de país a la ruina. Polonia se enfila a un abismo de ultraderecha que puede costarle más caro que el yugo soviético que la oprimió por décadas. Rusia come aparte, porque su venerado líder sigue operando como a través de los siglos ha querido un pueblo que hace honor a su condición de eslavitud.

5.- Todo lo anterior sucede en enero de 2018; podría estar pasando en 1850; los líderes han sido en todos los casos elegidos democráticamente, y el rasgo común en todos es de un populismo conservador, no importa la geometría. Sirve el parámetro para medir cómo comienza México esta etapa de su vida y respondernos si al inicio de un año electoral que no debería tener nada de atípico ni de temible y sí todo de una transición de gobierno con toda la normalidad que nos hemos dado, queremos optar por un régimen despótico populista arcaico de derecha confesional disfrazado de novedoso, o votamos por lo que coincide con nuestra idiosincrasia y se ajusta a nuestros anhelos.

6.- Igual que en los casos citados, en México decide el voto, y sin duda queremos que así siga siendo para no tener que lamentarlo y que, pensando en nuestros hijos, henchidos de la emoción y orgullosos de preservar el país maravilloso que tenemos prestado, siempre nos podamos desear ¡FELIZ AÑO NUEVO!

 

camilo@kawage.com

1.- Si hacía falta un nuevo rasero de la ruindad, el mundo lo ha encontrado magnificado en el daño que ha causado el gobernante más soberbio y repugnante que ha pasado por el Potomac, y el cargo es la fractura social que con su petulancia, su megalomanía y su irreflexión ha infligido a la sociedad de su país, con la siembra de odio, racismo y xenofobia que desparrama. Hacia fuera ha creado un clima de hostilidad y confrontación que no se conocían desde el fin de la Segunda Guerra. Los otros días, no obstante, su Congreso le ha descontado toda la factura de indignidad, le ha votado su más codiciada reforma fiscal, y con ella lo ha relecto para un segundo periodo. Si de poco servían las condenas y las contriciones, ahora carecen del menor sentido.

2.- La crisis de España por la situación en Cataluña, que todo sentido común anticipaba que sería solventada, y en que toda previsión racional preveía que la normalidad retomara su cauce, ha mostrado, con la elección en esa provincia, que el curso normal, el verdadero interés de los catalanes y su idea de vida en común son distintos a los que el resto del mundo consideraba dables, y que la voluntad de los catalanes es erguirse en una entidad aislada, sin ningún cálculo del riesgo que corren. Han votado por una camarilla de prófugos y presidiarios, y han confirmado con su proverbial perfidia lo que creen que es el destino manifiesto de su raza.

3.- En Inglaterra aún no se asimila el error que cometió un primer ministro cegado por el poder y la popularidad, y que llevó a los ingleses a votar un referéndum a favor de la salida del antiguo imperio de la Unión Europea. Apenas les han pasado un avance de la elevada cuenta en dinero, les ha corrido de nuevo el miedo y el reconcomio. Falta por restar la caída de los grandes números de su economía, de su aparato productivo, del impacto en sus flujos migratorios, que ya buscan maneras de revertir la irresponsable decisión.

4.- Venezuela sigue subyugada bajo la bota de un sátrapa al que no ven la hora ni la manera de sacar del poder, y no lo sacarán por la vía democrática por la que lo instalaron. Ya abolió el congreso; derogó los partidos políticos; tiene a su amado pueblo en la hambruna, y  prolongará su dictadura por los siglos. Argentina se zafa con brutales sacrificios de una anarquía democrática que a poco lleva ese vergel de país a la ruina. Polonia se enfila a un abismo de ultraderecha que puede costarle más caro que el yugo soviético que la oprimió por décadas. Rusia come aparte, porque su venerado líder sigue operando como a través de los siglos ha querido un pueblo que hace honor a su condición de eslavitud.

5.- Todo lo anterior sucede en enero de 2018; podría estar pasando en 1850; los líderes han sido en todos los casos elegidos democráticamente, y el rasgo común en todos es de un populismo conservador, no importa la geometría. Sirve el parámetro para medir cómo comienza México esta etapa de su vida y respondernos si al inicio de un año electoral que no debería tener nada de atípico ni de temible y sí todo de una transición de gobierno con toda la normalidad que nos hemos dado, queremos optar por un régimen despótico populista arcaico de derecha confesional disfrazado de novedoso, o votamos por lo que coincide con nuestra idiosincrasia y se ajusta a nuestros anhelos.

6.- Igual que en los casos citados, en México decide el voto, y sin duda queremos que así siga siendo para no tener que lamentarlo y que, pensando en nuestros hijos, henchidos de la emoción y orgullosos de preservar el país maravilloso que tenemos prestado, siempre nos podamos desear ¡FELIZ AÑO NUEVO!

 

camilo@kawage.com

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