/ martes 13 de julio de 2021

Para lxs invisibles:

Por: Luis Tirado Morales

De pequeño, le tenía miedo a la idea del “limbo”… el tener que vagar sole en un tipo de membrana entre lo que es y lo que era. Estar en ese espacio palpable en donde simplemente nunca nadie existe ni existió. La idea de ser borrade de la memoria histórica; de pasar sin haber hecho ruido, ni mella; sin nombre ni cuerpo que lo llenara. Claro que me aterrorizaba… pero para mi suerte, ese limbo no ha sido más que otra historia de terror mal contada; porque yo vengo caminando desde el limbo y les aseguro que no es en absoluto como nos lo han relatado. No, no, de donde yo vengo, los espacios están llenos de ojos brillantes y curiosos; de risas que repiquetean en las azoteas y se quedan endulzando el aire; de sueños y mapas hacia futuros posibles y felices. Vengo de un limbo colorido y lleno de vida; uno que infancias y adolescencias trans habitamos; y que hemos hecho nuestro. Es el limbo del futuro, un limbo rebosante de esperanza, y principalmente, es un limbo extraño a la soledad. En realidad “limbo”, la palabra, significa borde. Un borde que no es ajeno a lxs que marchamos hoy. Estar al borde del Estado y de la ciudadanía; fuera de las leyes, de la representación y de los libros de historia. Nos han contado cuentos sobre el limbo que nos muestran impotentes y desdibujades por la niebla; cuentos que mi yo niño se creyó hasta que, a fuerza de amparo y litigios, irguió su nombre y lo encontró en las bocas de otrxs invicibles. Es momento de dejar en claro que nuestro limbo no existe fuera del mundo, tampoco del congreso: nuestro limbo los delinea. Nuestro limbo es el presente con el que la legalidad tanto batalla por mantenerse al corriente. Traemos el borde al pie de sus ventanales, no para saciar el hambre de morbo, ni tampoco para conseguir lástima. Traemos con nosotres el borde para que se asomen al presente y le sostengan la mirada. Las Infancias y adolescencias trans existimos, resistimos y merecemos derechos. Merecemos un nombre. Merecemos una educación libre de violencia. Merecemos el acceso a la salud. Merecemos ser representades. Porque nosotres somos el presente.

Por: Luis Tirado Morales

De pequeño, le tenía miedo a la idea del “limbo”… el tener que vagar sole en un tipo de membrana entre lo que es y lo que era. Estar en ese espacio palpable en donde simplemente nunca nadie existe ni existió. La idea de ser borrade de la memoria histórica; de pasar sin haber hecho ruido, ni mella; sin nombre ni cuerpo que lo llenara. Claro que me aterrorizaba… pero para mi suerte, ese limbo no ha sido más que otra historia de terror mal contada; porque yo vengo caminando desde el limbo y les aseguro que no es en absoluto como nos lo han relatado. No, no, de donde yo vengo, los espacios están llenos de ojos brillantes y curiosos; de risas que repiquetean en las azoteas y se quedan endulzando el aire; de sueños y mapas hacia futuros posibles y felices. Vengo de un limbo colorido y lleno de vida; uno que infancias y adolescencias trans habitamos; y que hemos hecho nuestro. Es el limbo del futuro, un limbo rebosante de esperanza, y principalmente, es un limbo extraño a la soledad. En realidad “limbo”, la palabra, significa borde. Un borde que no es ajeno a lxs que marchamos hoy. Estar al borde del Estado y de la ciudadanía; fuera de las leyes, de la representación y de los libros de historia. Nos han contado cuentos sobre el limbo que nos muestran impotentes y desdibujades por la niebla; cuentos que mi yo niño se creyó hasta que, a fuerza de amparo y litigios, irguió su nombre y lo encontró en las bocas de otrxs invicibles. Es momento de dejar en claro que nuestro limbo no existe fuera del mundo, tampoco del congreso: nuestro limbo los delinea. Nuestro limbo es el presente con el que la legalidad tanto batalla por mantenerse al corriente. Traemos el borde al pie de sus ventanales, no para saciar el hambre de morbo, ni tampoco para conseguir lástima. Traemos con nosotres el borde para que se asomen al presente y le sostengan la mirada. Las Infancias y adolescencias trans existimos, resistimos y merecemos derechos. Merecemos un nombre. Merecemos una educación libre de violencia. Merecemos el acceso a la salud. Merecemos ser representades. Porque nosotres somos el presente.