A inicios de semana, los habitantes del pueblo de San Gregorio, en Xochimilco, recibieron a la joven empresaria Paris Hilton –quien visitó México para presentar una nueva temporada de su línea de zapatos-, para que recorriera un albergue y manifestara su apoyo mediante la donación de ropa y cobijas a los damnificados por los sismos de septiembre; a su paso, Paris se tomó fotografías, atendía y escuchaba a los presentes en torno a lo ocurrido el pasado 19 de septiembre. Al final de su visita, Hilton destacó su negativa a “quedarse con los brazos cruzados” por lo que quiso poner su grado grano de ayuda en su visita.
“Quiero decir hola a todos, muchas gracias. Siento que este es mi segundo hogar, he venido aquí (a México) toda mi vida; amo a su gente, creo que todos son hermosos, tienen grandes corazones, son bellos por dentro y por fuera, son muy genuinos e increíbles... Siento mucho lo que pasaron en ese horrible 19 de septiembre, día del terremoto. Mi corazón está con todos ustedes y quiero que sepan que pienso en ustedes, los amo y por eso vine hoy a apoyarlos”, señaló, al tiempo que se comprometió a reconstruir siete viviendas y agregó que no descarta regresar a México para ayudar a más hogares.
Pese a la fama y el “snobismo” que la figura de igualmente actriz y modelo pueda motivar, sabemos que de familia y por su propia cuenta Paris Hilton tiene la sensibilidad para realizar actos de caridad desde pequeña: “es algo que mi familia siempre me enseñó desde una edad temprana; siempre ha sido parte de mi vida pero nunca lo había hecho público, era más bien algo que hacía para mí y para la causa que estaba haciendo”, dado que, a nivel personal se considera una persona que ha sido bendecida de muchas formas, por lo que retribuir y dar de vuelta le resulta esencial puesto que está involucrada en la realidad que la rodea y conoce las necesidades de la gente.
“A todos los damnificados quiero decir que Dios los ama, yo los amo, sean fuertes”, instó la joven, quien comprometiéndose a que, cada vez que visite territorio mexicano, hará un espacio en su agenda para ayudar a los habitantes del país; “yo sé qué hay gente que está sufriendo y pasando momentos duros, entonces cada vez que regrese voy a hacer algo para retribuir”.
Por su parte, igualmente a principios de la semana durante su presentación en la feria del libro en Juchitán, Oaxaca, la escritora Elena Poniatowska describió a las mujeres del municipio como “bien panzonas, inmensas” por consecuencia del consumo de cerveza.
La escritora, admirada en esa región de Oaxaca, que además de llamarla “hija predilecta”, le ha obsequiado sus trajes, faltó a la admiración y respeto que ahí le han profesado y hecho manifiesta: al referir sus anécdotas infantiles, sus inicios en el periodismo y hablar de sus libros, señaló que escribió sobre Tina Modotti, una fotógrafa italiana que vino con el fotógrafo Edward Weston a Oaxaca. “Fue la antecesora de Graciela Itrubide, la primera en retratar a las juchitecas, y eran todas bien delgaditas”, agregando que en la actualidad las mujeres de Juchitán no se comparan a las retratadas por Modotti: “Ahora las juchitecas que yo he visto, por la cerveza están bien panzonas, inmensas –o, y mensas?...”
Ante la trascendencia de sus dichos, días después, Poniatowska publicó en su Facebook una carta en la que aclara sus comentarios sobre las mujeres de Juchitán, Oaxaca; señala que nunca fue su intención ofender a las juchitecas, que la expresión la realizó como una constatación humorística.
Al criticar que sea más noticia la gordura de las mujeres que la situación que se vive en Oaxaca por los sismos del pasado mes de septiembre, agregó su parecer respecto a que “mi comentario solo sirve de distractor inflado de mala fe…”
En su escrito, reiteró su amor por Oaxaca, el cual está reflejado en la obra “Juchitán de las mujeres” con fotografía de una de sus amigas, Graciela Iturbide a quien en su visita fue entrevistar a Graciela Iturbide y rendir un homenaje.
Respecto a la fotografía de Tina Modotti, agregó que refleja mujeres “muy delgadas” dentro sus huipiles en el mercado de Juchitán, quienes bebían pulque, porque aún no estaba, como tal, la industria cervecera en esa época: Las mujeres de la región hicieron un “trueque” de pulque por cerveza, reiterando que el comentario lo hizo sin el ánimo de ofender, que habló de manera festiva y hasta se dirigió con dos pequeñas en primera fila de su evento como “delgaditas”, en referencia a cómo eran las mujeres en Juchitán.
Lo cierto es que presenciamos dos eventos encabezados por mujeres muy diferentes en todos aspectos, pero en los hechos hemos de reconocer que la socialité Paris Hilton dio una buena muestra de solidaridad y sensibilidad, en tanto que Elena Poniatowska se equivocó…
Cierto es que tuvo la “humildad” de reconocer su error –a su decir, “inflado de mala fe”-, y ofrecer disculpas, pero de que manifestó discriminación y racismo, así fue. Por su parte, ni apoyo ni solidaridad… Sin duda, eventos de contraste.
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