/ lunes 18 de julio de 2022

Participación plural, clave de la Planeación

Sin darnos cuenta, aplicamos diariamente procesos para organizar nuestras actividades y distribuir el tiempo entre trabajo, descanso, familia y otras cosas; a lo que llamamos Planeación.

Me han comentado algunos ciudadanos durante recorridos vecinales, su preocupación por la convocatoria para el Plan General de Desarrollo y el Programa General de Ordenamiento Territorial como documentos de planeación de la CDMX a 20 años. Las principales dudas son los tiempos, cumplimiento de plazos, formas de participar, autoridades responsables, incluso cual será el documento base.

Ante esta incertidumbre ciudadana que obliga a la reflexión, -en este nuevo intento por cumplir 4 años después con los procesos de Planeación- parece que la autoridad y el Instituto simplemente dejaron pasar el tiempo y no han entendido la importancia de esta responsabilidad, a pesar de haber ampliado la fecha para que esos documentos entraran en vigor.

Recuerdo que en los debates de las Leyes en materia de Planeación se cuidó respetar la autonomía del Instituto de Planeación, pero también se establecieron etapas y mecanismos de participación de todos los sectores, para que el proceso no fuera empírico o “de prueba y error”, porque las decisiones no impactan una sola administración, sino el desarrollo de nuestra capital a 20 años.

Cuando analizamos las convocatorias y el mismo evento, entendemos la preocupación de la ciudadanía, pues no se siguen las reglas que la Constitución y la Ley señalan, por ejemplo con los documentos base, o la consulta al mismo tiempo de dos documentos que tienen importancia por sí solos; si a eso suman la intromisión de la Jefatura de Gobierno, ven riesgo en la participación social en TODAS las etapas del proceso, y ven aún más lejano que se respete la autonomía e independencia del Instituto de Planeación.

Hace unas semanas compartía mi reflexión respecto de la garantía de los derechos que hemos conquistado en la CDMX; uno de ellos es la participación ciudadana, a la que ya estamos acostumbrados, como en las elecciones, aprobación de COPACOS, presupuestos participativos, entre otros. Sin embargo el mecanismo de participación en las diversas etapas de Planeación de la Ciudad, requiere analizar con detalle cada propuesta y cada tema.

Aquí se hace presente nuevamente la preocupación, pues insisto, cada documento debe analizarse por separado y en tiempos distintos, pues uno dará origen al otro según la Ley; el primero habla del desarrollo económico, social, territorial, ambiental y en general, de metas para una mejor ciudad; mientras que el segundo aborda en particular aspectos de construcción de ciudad y el uso adecuado del suelo.

Desde el principio se consideró que TODAS las participaciones deberán tomarse en cuenta para el Plan General y para el Programa; sin embargo, a la ciudadanía le preocupa que no sean consideradas sus opiniones por no tener un nivel de conocimiento o experiencia al respecto, o bien porque no tengan algún fundamento jurídico en su participación.

Es preocupante que la ciudadanía tenga la percepción que su opinión puede no ser considerada, pues frenará la participación plural, dejando fuera voces, ideas e inquietudes, sin alcanzar el objetivo del proceso de la consulta.

La Ley señala que la convocatoria debe tener amplia difusión, para que en TODOS los sectores exista la posibilidad y el interés de participar; incluidas las dependencias y otras autoridades como las alcaldías podrán opinar.

Por eso, a pesar de las evidentes inconsistencias y la falta de legalidad de la convocatoria, debemos ejercer nuestro derecho y obligación ciudadana; y en esta reflexión, les invito a utilizar estos espacios democráticos de pluralidad de ideas, pues el resultado final va a marcar el rumbo de nuestra ciudad a 20 años.

Sin darnos cuenta, aplicamos diariamente procesos para organizar nuestras actividades y distribuir el tiempo entre trabajo, descanso, familia y otras cosas; a lo que llamamos Planeación.

Me han comentado algunos ciudadanos durante recorridos vecinales, su preocupación por la convocatoria para el Plan General de Desarrollo y el Programa General de Ordenamiento Territorial como documentos de planeación de la CDMX a 20 años. Las principales dudas son los tiempos, cumplimiento de plazos, formas de participar, autoridades responsables, incluso cual será el documento base.

Ante esta incertidumbre ciudadana que obliga a la reflexión, -en este nuevo intento por cumplir 4 años después con los procesos de Planeación- parece que la autoridad y el Instituto simplemente dejaron pasar el tiempo y no han entendido la importancia de esta responsabilidad, a pesar de haber ampliado la fecha para que esos documentos entraran en vigor.

Recuerdo que en los debates de las Leyes en materia de Planeación se cuidó respetar la autonomía del Instituto de Planeación, pero también se establecieron etapas y mecanismos de participación de todos los sectores, para que el proceso no fuera empírico o “de prueba y error”, porque las decisiones no impactan una sola administración, sino el desarrollo de nuestra capital a 20 años.

Cuando analizamos las convocatorias y el mismo evento, entendemos la preocupación de la ciudadanía, pues no se siguen las reglas que la Constitución y la Ley señalan, por ejemplo con los documentos base, o la consulta al mismo tiempo de dos documentos que tienen importancia por sí solos; si a eso suman la intromisión de la Jefatura de Gobierno, ven riesgo en la participación social en TODAS las etapas del proceso, y ven aún más lejano que se respete la autonomía e independencia del Instituto de Planeación.

Hace unas semanas compartía mi reflexión respecto de la garantía de los derechos que hemos conquistado en la CDMX; uno de ellos es la participación ciudadana, a la que ya estamos acostumbrados, como en las elecciones, aprobación de COPACOS, presupuestos participativos, entre otros. Sin embargo el mecanismo de participación en las diversas etapas de Planeación de la Ciudad, requiere analizar con detalle cada propuesta y cada tema.

Aquí se hace presente nuevamente la preocupación, pues insisto, cada documento debe analizarse por separado y en tiempos distintos, pues uno dará origen al otro según la Ley; el primero habla del desarrollo económico, social, territorial, ambiental y en general, de metas para una mejor ciudad; mientras que el segundo aborda en particular aspectos de construcción de ciudad y el uso adecuado del suelo.

Desde el principio se consideró que TODAS las participaciones deberán tomarse en cuenta para el Plan General y para el Programa; sin embargo, a la ciudadanía le preocupa que no sean consideradas sus opiniones por no tener un nivel de conocimiento o experiencia al respecto, o bien porque no tengan algún fundamento jurídico en su participación.

Es preocupante que la ciudadanía tenga la percepción que su opinión puede no ser considerada, pues frenará la participación plural, dejando fuera voces, ideas e inquietudes, sin alcanzar el objetivo del proceso de la consulta.

La Ley señala que la convocatoria debe tener amplia difusión, para que en TODOS los sectores exista la posibilidad y el interés de participar; incluidas las dependencias y otras autoridades como las alcaldías podrán opinar.

Por eso, a pesar de las evidentes inconsistencias y la falta de legalidad de la convocatoria, debemos ejercer nuestro derecho y obligación ciudadana; y en esta reflexión, les invito a utilizar estos espacios democráticos de pluralidad de ideas, pues el resultado final va a marcar el rumbo de nuestra ciudad a 20 años.