/ martes 13 de agosto de 2019

¿Pedagogía para qué ciudadanía?

Por: Marcela Aguilar

En los últimos meses, la discusión acerca del papel que debe desempeñar la sociedad civil en la democracia, ha estado presente en los medios de comunicación de manera polémica. Los discursos y narrativas en torno al tema se han centrado en la discusión de ideas como: ¿sociedad civil “fifí?, ¿sociedad civil: el espacio público de la deliberación social?, ¿sociedad civil igual a membretes?, ¿sociedad civil debe recibir recursos públicos?, por mencionar algunas ideas.

Si bien, el actor más relevante que ha cuestionado y puesto en duda el desempeño de la sociedad civil en los asuntos públicos –a partir de sus discursos y narrativas— es el presidente de la República, la configuración del alcance que pueda tener la sociedad civil organizada en la toma de decisiones de política pública y en la defensa colectiva de derechos, no debe depender de si ésta coincide o no con la visión del gobierno, sino de las acciones e incidencia que logre en la consolidación de la democracia en nuestro país. Sin embargo, también es una realidad que la reputación de las organizaciones de la sociedad civil se construye –en alguna medida— a partir del discurso dominante que logre imponerse y permear en la conciencia de todas y todos los ciudadanos.

No obstante, la ciudadanía mexicana se ha caracterizado por su indiferencia en la política, en la democracia y, en general, en los asuntos públicos. Según datos del último informe del Latinobarómetro, sólo el 38% de la población apoya a la democracia, 1 de cada 2 mexicanos opina que la democracia tiene grandes problemas y sólo el 18% de los mexicanos está satisfecho con la democracia. El problema y/o riesgo que esto implica radica en la construcción de una equivocada percepción del papel que desempeña la sociedad civil en la democracia. En otras palabras, cualquier actor o grupo con discurso sencillo, pero bien construido y con un poco de suerte tiene grandes posibilidades de gestar cambios políticos, persuadir actores y, por tanto, moldear la toma de decisiones que afectarán a todos los mexicanos.

Conscientes de ese riesgo y de la responsabilidad que implica construir ciudadanía comprometida con mejorar las condiciones de vida de las y los mexicanos a partir del uso de las leyes e instituciones que ya existen en nuestro país, uno de los ejes de acción de Nosotrxs es el de la formación. La formación para Nosotrxs consiste en la construcción de significados compartidos a partir de la concientización de actuar aquí y ahora en contra de la vulneración sistemática de derechos.

Sin duda, dicha construcción constituye un gran reto para Nosotrxs y para la sociedad civil en general ante la indiferencia de un gran porcentaje de la ciudadanía por participar en los asuntos públicos. Por tanto, en Nosotrxs consideramos que para hacer frente a la vulneración de derechos debemos empezar por difundir y hacer conciencia de la importancia de dar forma y contenido a la participación de la ciudadanía, es decir, la formación para Nosotrxs consiste en construir e incidir en la realidad del país a partir de la suma de las necesidades propias, la exigencia colectiva de los derechos que ya son nuestros y no como resultado de la adopción de un discurso dominante de Estado. Estamos a favor de la construcción de la realidad a partir de la narrativa resultado de la cohesión de la ciudadanía y no de la apropiación del discurso del gobierno en turno.

Para ello, en el último año, Nosotrxs ha formado aproximadamente 180 líderes de exigencia colectiva de derechos a través del Programa de Liderazgo e Innovación para la Democracia (LID), el cual tiene como objetivo capacitar a ciudadanos y activistas comprometidos con sus comunidades para organizar colectivos de exigencia de derechos en todo el país. El resultado: una red de líderes y activistas que hacen frente a la vulneración de derechos, a la corrupción y a la desigualdad, aproximadamente 30 proyectos de exigencia de derechos funcionando en colectivos ciudadanos en distintas partes del país, así como la puesta en marcha de la replicabilidad del Programa LID en 7 regiones que abarcan todas las entidades del país, con el cual esperamos formar 240 líderes más en los próximos meses.

El Programa LID para Nosotrxs ya es ejemplo y motivación para seguir actuando políticamente más allá de medios y plataformas electorales, pues las ideas importan, los medios e instrumentos importan, pero lo que más importa es el proceso mediante el cual se construye ese cambio político que todas y todos queremos ver en la vida democrática de nuestro país.



@NosotrxsMX

Por: Marcela Aguilar

En los últimos meses, la discusión acerca del papel que debe desempeñar la sociedad civil en la democracia, ha estado presente en los medios de comunicación de manera polémica. Los discursos y narrativas en torno al tema se han centrado en la discusión de ideas como: ¿sociedad civil “fifí?, ¿sociedad civil: el espacio público de la deliberación social?, ¿sociedad civil igual a membretes?, ¿sociedad civil debe recibir recursos públicos?, por mencionar algunas ideas.

Si bien, el actor más relevante que ha cuestionado y puesto en duda el desempeño de la sociedad civil en los asuntos públicos –a partir de sus discursos y narrativas— es el presidente de la República, la configuración del alcance que pueda tener la sociedad civil organizada en la toma de decisiones de política pública y en la defensa colectiva de derechos, no debe depender de si ésta coincide o no con la visión del gobierno, sino de las acciones e incidencia que logre en la consolidación de la democracia en nuestro país. Sin embargo, también es una realidad que la reputación de las organizaciones de la sociedad civil se construye –en alguna medida— a partir del discurso dominante que logre imponerse y permear en la conciencia de todas y todos los ciudadanos.

No obstante, la ciudadanía mexicana se ha caracterizado por su indiferencia en la política, en la democracia y, en general, en los asuntos públicos. Según datos del último informe del Latinobarómetro, sólo el 38% de la población apoya a la democracia, 1 de cada 2 mexicanos opina que la democracia tiene grandes problemas y sólo el 18% de los mexicanos está satisfecho con la democracia. El problema y/o riesgo que esto implica radica en la construcción de una equivocada percepción del papel que desempeña la sociedad civil en la democracia. En otras palabras, cualquier actor o grupo con discurso sencillo, pero bien construido y con un poco de suerte tiene grandes posibilidades de gestar cambios políticos, persuadir actores y, por tanto, moldear la toma de decisiones que afectarán a todos los mexicanos.

Conscientes de ese riesgo y de la responsabilidad que implica construir ciudadanía comprometida con mejorar las condiciones de vida de las y los mexicanos a partir del uso de las leyes e instituciones que ya existen en nuestro país, uno de los ejes de acción de Nosotrxs es el de la formación. La formación para Nosotrxs consiste en la construcción de significados compartidos a partir de la concientización de actuar aquí y ahora en contra de la vulneración sistemática de derechos.

Sin duda, dicha construcción constituye un gran reto para Nosotrxs y para la sociedad civil en general ante la indiferencia de un gran porcentaje de la ciudadanía por participar en los asuntos públicos. Por tanto, en Nosotrxs consideramos que para hacer frente a la vulneración de derechos debemos empezar por difundir y hacer conciencia de la importancia de dar forma y contenido a la participación de la ciudadanía, es decir, la formación para Nosotrxs consiste en construir e incidir en la realidad del país a partir de la suma de las necesidades propias, la exigencia colectiva de los derechos que ya son nuestros y no como resultado de la adopción de un discurso dominante de Estado. Estamos a favor de la construcción de la realidad a partir de la narrativa resultado de la cohesión de la ciudadanía y no de la apropiación del discurso del gobierno en turno.

Para ello, en el último año, Nosotrxs ha formado aproximadamente 180 líderes de exigencia colectiva de derechos a través del Programa de Liderazgo e Innovación para la Democracia (LID), el cual tiene como objetivo capacitar a ciudadanos y activistas comprometidos con sus comunidades para organizar colectivos de exigencia de derechos en todo el país. El resultado: una red de líderes y activistas que hacen frente a la vulneración de derechos, a la corrupción y a la desigualdad, aproximadamente 30 proyectos de exigencia de derechos funcionando en colectivos ciudadanos en distintas partes del país, así como la puesta en marcha de la replicabilidad del Programa LID en 7 regiones que abarcan todas las entidades del país, con el cual esperamos formar 240 líderes más en los próximos meses.

El Programa LID para Nosotrxs ya es ejemplo y motivación para seguir actuando políticamente más allá de medios y plataformas electorales, pues las ideas importan, los medios e instrumentos importan, pero lo que más importa es el proceso mediante el cual se construye ese cambio político que todas y todos queremos ver en la vida democrática de nuestro país.



@NosotrxsMX