/ miércoles 13 de noviembre de 2019

Pemex: amor perdido

El que Pemex se haya quedado incomunicado y su información esté secuestrada, incluso se habla de que tiene hasta el viernes para pagar en criptomonedas si quiere recuperar sus datos, tiene que ver con su política de no pago y castigo a proveedores.

No es un ciberataque directo a Pemex, de Octavio Romero Oropeza, es un virus que encontró una falla de seguridad y le pegó, directo, a su sistema financiero y de contabilidad, según cuentan.

Esta es la historia: Hay un contrato entre Pemex y Tecnologías de Información América S.A. de C.V. que incluye a Operbes; Servicios Operbes -donde Televisa sería socio- Asesorías Integrales TI, y Soluciones Integrales Saynet. Ganaron el 28 de junio de 2018 el contrato 4800030734 con un monto mínimo adjudicado de 693.6 millones de pesos para proteger la informática. Pero llegó la 4T y quisieron cortar este pago en al menos 40 por ciento, a lo que se negaron las empresas contratadas.

Entonces TI América, de Luis Manuel Ortiz Farelas, un proveedor dejado desde Enrique Peña Nieto, lo dio por terminado, avisó y se fue, pero dejaron vulnerables los sistemas y el equipo de Pemex ha sido incapaz de enfrentar el secuestro de sus datos.

Ojo, Pemex es una de las entidades que más ciberataques recibe: 600 mil por mes, contra 200 mil del SAT, y en esta crisis muchos trabajan con sus laptops y sus BAM, pero su red sigue infectada.

Si bien investigan, no pueden hacer gran cosa y ya hay consecuencias, por ejemplo, en el Valle de México hay problemas para atender a 100 por ciento la demanda de Premium, no se están haciendo operaciones para cubrir el mercado en invierno en gasolina y Gas LP y no se sabe a ciencia cierta, al menos al cierre de edición, si han resuelto el problema, aunque muchos están trabajando desde sus casas.

A este problema de corto plazo se le suman varios más, como son los costos que se están incrementando en la refinería de Dos Bocas, no necesariamente en los fierros, sino en los temas que la rodean y que no necesariamente caen en Pemex, sino en la Secretaría de Energía, de Rocío Nahle.

Por ejemplo, la inundación de los caminos, el manejo de las telecomunicaciones en la zona o la electrificación no se han resuelto, y la maquinaria está parada en muchas ocasiones.

No hay mantenimiento en 60 por ciento de las áreas prioritarias de la empresa y eso significa problemas en el mediano plazo. El ataque informático devolvió a Pemex a la época del papel y el lápiz, a la firma de los documentos con pluma negra.

BUZOS

1. Se abrió el sistema de facturación en Pemex y varios pudieron colocar facturas para usarlas como factoraje, en otros casos se empezó a pagar a las compañías que han acompañado al nuevo director, pero no se tienen ni 30 mil millones de pesos en la mesa. Falta mucho para pagar, unos cinco mil millones de dólares. Sólo a algunos, los más urgentes dicen, les pagaron.

2. La meta de producción de 1.8 millones de barriles diarios no se alcanzará este año y los pronósticos es que en 2020 sea menor aún, calculan un promedio de 1.5 a 1.6 millones de barriles diarios.

El que Pemex se haya quedado incomunicado y su información esté secuestrada, incluso se habla de que tiene hasta el viernes para pagar en criptomonedas si quiere recuperar sus datos, tiene que ver con su política de no pago y castigo a proveedores.

No es un ciberataque directo a Pemex, de Octavio Romero Oropeza, es un virus que encontró una falla de seguridad y le pegó, directo, a su sistema financiero y de contabilidad, según cuentan.

Esta es la historia: Hay un contrato entre Pemex y Tecnologías de Información América S.A. de C.V. que incluye a Operbes; Servicios Operbes -donde Televisa sería socio- Asesorías Integrales TI, y Soluciones Integrales Saynet. Ganaron el 28 de junio de 2018 el contrato 4800030734 con un monto mínimo adjudicado de 693.6 millones de pesos para proteger la informática. Pero llegó la 4T y quisieron cortar este pago en al menos 40 por ciento, a lo que se negaron las empresas contratadas.

Entonces TI América, de Luis Manuel Ortiz Farelas, un proveedor dejado desde Enrique Peña Nieto, lo dio por terminado, avisó y se fue, pero dejaron vulnerables los sistemas y el equipo de Pemex ha sido incapaz de enfrentar el secuestro de sus datos.

Ojo, Pemex es una de las entidades que más ciberataques recibe: 600 mil por mes, contra 200 mil del SAT, y en esta crisis muchos trabajan con sus laptops y sus BAM, pero su red sigue infectada.

Si bien investigan, no pueden hacer gran cosa y ya hay consecuencias, por ejemplo, en el Valle de México hay problemas para atender a 100 por ciento la demanda de Premium, no se están haciendo operaciones para cubrir el mercado en invierno en gasolina y Gas LP y no se sabe a ciencia cierta, al menos al cierre de edición, si han resuelto el problema, aunque muchos están trabajando desde sus casas.

A este problema de corto plazo se le suman varios más, como son los costos que se están incrementando en la refinería de Dos Bocas, no necesariamente en los fierros, sino en los temas que la rodean y que no necesariamente caen en Pemex, sino en la Secretaría de Energía, de Rocío Nahle.

Por ejemplo, la inundación de los caminos, el manejo de las telecomunicaciones en la zona o la electrificación no se han resuelto, y la maquinaria está parada en muchas ocasiones.

No hay mantenimiento en 60 por ciento de las áreas prioritarias de la empresa y eso significa problemas en el mediano plazo. El ataque informático devolvió a Pemex a la época del papel y el lápiz, a la firma de los documentos con pluma negra.

BUZOS

1. Se abrió el sistema de facturación en Pemex y varios pudieron colocar facturas para usarlas como factoraje, en otros casos se empezó a pagar a las compañías que han acompañado al nuevo director, pero no se tienen ni 30 mil millones de pesos en la mesa. Falta mucho para pagar, unos cinco mil millones de dólares. Sólo a algunos, los más urgentes dicen, les pagaron.

2. La meta de producción de 1.8 millones de barriles diarios no se alcanzará este año y los pronósticos es que en 2020 sea menor aún, calculan un promedio de 1.5 a 1.6 millones de barriles diarios.