/ domingo 4 de marzo de 2018

Peña Nieto en el juicio de la historia

A 89 años del acontecimiento que cimbró a México:

Fundación del PNR-PRM-PRI.



En 271 días concluye el mandato del Presidente Enrique Peña Nieto al frente de la administración pública federal. Y a reserva del hombre o la mujer que la ciudadanía elija como su sucesor, el Primer Mandatario ya tiene un lugar en la historia contemporánea de México, pero, ¿cuál será ese lugar?

Para bien o para mal, el juicio de la historia es implacable, pues pone a cada quien en su lugar. A los improvisados los deja en el olvido, mientras que a los desleales y oportunistas los postra en el ostracismo y a los hombres y mujeres de bien y auténticos líderes políticos les reserva un lugar en la memoria colectiva.

Durante su campaña electoral, el entonces candidato pregonó la necesidad de transformar a México, de moverlo y de llevarlo a un nuevo estadio de desarrollo y crecimiento. Y tras un proceso electoral disputado, los votos le dieron la oportunidad de cristalizar esas palabras en hechos.

Una de sus primeras acciones fue concretar un gran acuerdo multipartidista que, a pesar de que hoy es defenestrado, representó una evolución en la madurez democrática de México y le permitió avanzar en diversas áreas que otrora eran consideradas intocables.

Con el concurso de visiones distintas e ideologías diversas, el gobierno peñanietista se mostraba abierto no sólo a escuchar al contrario, sino también de incluir sus propuestas en las políticas de gobierno, lo cual se tradujo en reformas de hondo calado que en su origen llevaron impregnada la garantía de que su continuidad era una realidad, pues no eran producto de la visión de un hombre, sino de los diversos partidos políticos.

En ese sentido, un primer postulado histórico es que Enrique Peña Nieto tuvo la capacidad de escuchar e incluir, de dialogar y consensuar sus políticas de gobierno.

De tal forma, a lo largo de mil 919 días de trabajo el Presidente Enrique Peña Nieto ha seguido la hoja de ruta esbozada desde su campaña y confirmada en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.

El tiempo dirá si el Primer Mandatario erró el camino, pero un primer atisbo de esa conclusión se encuentra en datos concretos y verificables sobre el récord en la creación de empleos, inversión privada y extranjera, trabajadores afiliados al IMSS, viviendas construidas, ingresos por turismo, desarrollo de infraestructura, construcción del mayor aeropuerto de Latinoamérica, comercio agroindustrial, diversificación de mercados, desarrollo de la industria automotriz, transformación del sistema educativo, renegociación del TLCAN, modernización del sistema energético nacional y negativa rotunda a ceder a las pretensiones de Donald Trump, son sólo algunos de los méritos que le serán reconocidos al Presidente Enrique Peña Nieto y que hoy, mientras las naciones más poderosas se encuentran en crisis y tambaleando, permiten a México crecer y tener prospectivas positivas.

El juicio de la historia es implacable, y esa es la justicia más acabada.


camachovargas@prodigy.net.mx

@jlcamachov

A 89 años del acontecimiento que cimbró a México:

Fundación del PNR-PRM-PRI.



En 271 días concluye el mandato del Presidente Enrique Peña Nieto al frente de la administración pública federal. Y a reserva del hombre o la mujer que la ciudadanía elija como su sucesor, el Primer Mandatario ya tiene un lugar en la historia contemporánea de México, pero, ¿cuál será ese lugar?

Para bien o para mal, el juicio de la historia es implacable, pues pone a cada quien en su lugar. A los improvisados los deja en el olvido, mientras que a los desleales y oportunistas los postra en el ostracismo y a los hombres y mujeres de bien y auténticos líderes políticos les reserva un lugar en la memoria colectiva.

Durante su campaña electoral, el entonces candidato pregonó la necesidad de transformar a México, de moverlo y de llevarlo a un nuevo estadio de desarrollo y crecimiento. Y tras un proceso electoral disputado, los votos le dieron la oportunidad de cristalizar esas palabras en hechos.

Una de sus primeras acciones fue concretar un gran acuerdo multipartidista que, a pesar de que hoy es defenestrado, representó una evolución en la madurez democrática de México y le permitió avanzar en diversas áreas que otrora eran consideradas intocables.

Con el concurso de visiones distintas e ideologías diversas, el gobierno peñanietista se mostraba abierto no sólo a escuchar al contrario, sino también de incluir sus propuestas en las políticas de gobierno, lo cual se tradujo en reformas de hondo calado que en su origen llevaron impregnada la garantía de que su continuidad era una realidad, pues no eran producto de la visión de un hombre, sino de los diversos partidos políticos.

En ese sentido, un primer postulado histórico es que Enrique Peña Nieto tuvo la capacidad de escuchar e incluir, de dialogar y consensuar sus políticas de gobierno.

De tal forma, a lo largo de mil 919 días de trabajo el Presidente Enrique Peña Nieto ha seguido la hoja de ruta esbozada desde su campaña y confirmada en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.

El tiempo dirá si el Primer Mandatario erró el camino, pero un primer atisbo de esa conclusión se encuentra en datos concretos y verificables sobre el récord en la creación de empleos, inversión privada y extranjera, trabajadores afiliados al IMSS, viviendas construidas, ingresos por turismo, desarrollo de infraestructura, construcción del mayor aeropuerto de Latinoamérica, comercio agroindustrial, diversificación de mercados, desarrollo de la industria automotriz, transformación del sistema educativo, renegociación del TLCAN, modernización del sistema energético nacional y negativa rotunda a ceder a las pretensiones de Donald Trump, son sólo algunos de los méritos que le serán reconocidos al Presidente Enrique Peña Nieto y que hoy, mientras las naciones más poderosas se encuentran en crisis y tambaleando, permiten a México crecer y tener prospectivas positivas.

El juicio de la historia es implacable, y esa es la justicia más acabada.


camachovargas@prodigy.net.mx

@jlcamachov

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