Por Estela Casados
Desde hace varios días circulan rumores, comentarios y declaraciones sobre la posible tercera Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres del estado de Veracruz por Desaparición. Pese a que el tema captura la atención de los medios de comunicación y la opinión pública desde hace cinco años, poco, por no decir nada, sabe la población sobre la solicitud que el 15 de mayo de 2019 interpusieron cuatro organizaciones de la sociedad civil. Entre ellas sobresale el Colectivo Feminista Cihuatlahtolli, oriundo de Orizaba.
La solicitud por desaparición de niñas, adolescentes y mujeres en el estado de Veracruz se sumaría a las dos Alertas previas implementadas en la entidad, una por violencia feminicida y otra por agravio comparado. Declaradas en 2016 y 2017, respectivamente, pusieron en la mira nacional a Veracruz. Solo el Estado de México cuenta con el mismo número de mecanismos de esta naturaleza, implementados también por el gobierno federal.
La solicitud hecha por Cihuatlahtolli ha tenido una estrella errática, que ha permitido el lucimiento de la burocratización de la perspectiva de género. Y no es una percepción particular. Los hechos señalan fechas, ires y venires que en absoluto tienen que ver con la escalada de desapariciones de mujeres en Veracruz.
Por diferentes vericuetos legales y la interpretación de instancias federales sobre lo que implica una Alerta, la solicitud fue recibida en 2019 y aceptada hasta el 8 de junio de 2021. Dos años perdidos. Mientras la autoridad deshojaba la margarita, 2021 destacó como el año en que Veracruz triplicó el número de desapariciones de mujeres. Eso no fue todo: hasta el 31 de enero de 2022 se pudo integrar el Grupo de Trabajo que evaluaría la solicitud y hasta el 18 de octubre de 2023 quedó listo el “Informe del Grupo de Trabajo conformado para atender la Solicitud de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres, por Desaparición de Niñas, Adolescentes y Mujeres en el estado de Veracruz”.
Han pasado tres meses y los rumores, comentarios y declaraciones sobre la tercera Alerta continúan. ¿No le han hecho llegar el Informe al gobierno veracruzano? ¿O no ha habido respuesta de la autoridad local? ¿Hay temor a que se evidencie la misma falta de capacidad que mostraron los gobiernos del PRI, PAN y PRD, los cuales recibieron las dos primeras Alertas y fueron incapaces de siquiera atender medianamente la emergencia?
Parece que la tercera Alerta está siendo vencida por la burocracia, el desdén y la misoginia.
*Coordinadora del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres. Universidad Veracruzana