/ viernes 18 de octubre de 2019

Pesquería de medusa en México: un caso de éxito de la ciencia mexicana

Por: Juana López Martínez y Javier Álvarez Tello (Cibnor)

Cuando se habla de mariscos, imaginas un platillo elaborado a base de algún delicioso pescado en caldo o frito cubierto de tu salsa favorita, o algún cóctel conteniendo camarones, caracoles y ostiones con limón y picante. Jamás pensarías estar comiendo una viscosa medusa. Pues, prepárate.

La medusa bola de cañón (Stomolophus spp) es un animal marino de la rama de los cnidarios, pariente de los corales y las anémonas. Es como una pelota pequeña, de consistencia gelatinosa que nada activamente cerca de la superficie del mar y se alimenta de huevos y crías de otros organismos. Es un importante recurso pesquero para México que emergió a principios de este siglo, gracias a que tiene una alta demanda en los países asiáticos para la elaboración de costosos platillos a los que (adivina) se les atribuyen propiedades afrodisiacas y medicinales, ya que es rico en colágeno.

Foto: Especial

Su pesca se realiza con una red tipo cuchara muy económica y a bordo de una embarcación menor (lancha) de fibra de vidrio de siete a diez metros de longitud, con un motor fuera de borda de 100 caballos y una tripulación de tres a cuatro pescadores. El ejercicio que mejor representa el esfuerzo de la pesca de medusa es el levantamiento de pesas sin tregua durante una o dos horas bajo los rayos del sol, ¡nada fácil!

No obstante lo artesanal de esta labor, las cifras de pesca de medusa son considerables: sólo en 2019 se capturaron alrededor de 50,000 toneladas y participaron más de 800 lanchas, por lo que México ya es uno de los principales productores de medusa a nivel mundial. Además, el aprovechamiento de este recurso se tradujo en 6,000 empleos y casi 613 millones de pesos de derrama económica para pescadores, trabajadores, comerciantes, transportistas y, por supuesto, para el gobierno vía pago de impuestos.

Foto: Especial

Pero, ¿cómo pasaron las medusas de ser especies casi desconocidas a convertirse en principales recursos pesqueros en volumen y valor? La respuesta se encuentra en la ciencia y su colaboración con el sector productivo y las autoridades pesqueras.

Aunque esta especie ya era conocida en México desde hace décadas, no se sabía de la existencia de un mercado de consumo para ella; durante mucho tiempo fueron ignoradas por los pescadores y apenas mencionadas en publicaciones científicas.

Fue a principios de este siglo que se tuvo conocimiento de su demanda en países asiáticos; así, se abrió un campo de oportunidad para la comercialización y dio inicio su aprovechamiento en la modalidad de pesca de fomento; estos permisos tienen la enorme ventaja que facultan la venta de los organismos colectados al amparo de investigación científica, promoviendo la colaboración entre productores pesqueros e investigadores. Este círculo virtuoso arrojaría resultados muy positivos en corto tiempo.

Foto: Especial

Como resultado de la investigación de campo, se detectó un alto potencial de este recurso en los estados costeros colindantes con el Golfo de California, principalmente Sonora, donde hasta el día de hoy se extrae casi la totalidad de las capturas de este recurso. Paralelamente al desarrollo de la pesquería de la medusa y su intrusión en mercados asiáticos, se evaluaron sus aspectos biológicos fundamentales para plantear medidas administrativas de manejo pesquero que aseguraran su aprovechamiento sustentable.

Ciclo de vida, dinámica poblacional, biología reproductiva, fisiología, dieta, papel funcional y genética, entre otras líneas de investigación, fueron desarrollándose como producto de la coordinación y colaboración de instituciones de investigación científica mexicana, lideradas por el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.C., Centro de excelencia CONACYT, a través de sus múltiples laboratorios de alta especialidad como Pesquerías, Histología, Fisiología, Ictiología y Manejo Costero, en colaboración con el sector productivo pesquero del Estado de Sonora e instituciones como la Universidad de Sonora, la UNAM, y el INAPESCA.

Como producto de este esfuerzo, se generó la información que ayudó a plantear medidas de manejo sustentable y elaborar las fichas técnicas del recurso medusa bola de cañón en la Carta Nacional Pesquera y en la Carta Nacional Acuícola que permitieron la pesca comercial en 2011.

Foto: Especial

Además, todo ese esfuerzo permitió la publicación de artículos científicos en revistas internacionales de prestigio en colaboración con instituciones como la Universidad de British Columbia, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero de Argentina, la Chinese Academy of Sciences, entre otras. Se contribuyó a la formación de recursos humanos de licenciatura, maestría y doctorado, situando a México a la vanguardia en la investigación de esta especie. Este es un claro caso de éxito de la aplicación de la ciencia en beneficio de la sociedad.

Existen aún aspectos necesarios de conocer, como los crecientes afloramientos de este tipo de organismos en mares mexicanos, su potencial impacto en el ecosistema como especie que se verá beneficiada con el calentamiento del mar, así como evaluar la extracción de compuestos activos, su cultivo, etcétera, los cuales permitirán en el largo plazo aprovechar el potencial que tiene el recurso, ante un futuro incierto por los cambios ambientales que actualmente estamos viendo.

Autores

La doctora en Ciencias Marinas Juana López Martínez es investigadora titular en el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. (Cibnor) Unidad Guaymas y miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel III. Contacto: jlopez04@cibnor.mx. El M. en C. en manejo de la zona costera Javier Álvarez Tello es técnico por honorarios del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste. Contacto: eltello@gmail.com.

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Por: Juana López Martínez y Javier Álvarez Tello (Cibnor)

Cuando se habla de mariscos, imaginas un platillo elaborado a base de algún delicioso pescado en caldo o frito cubierto de tu salsa favorita, o algún cóctel conteniendo camarones, caracoles y ostiones con limón y picante. Jamás pensarías estar comiendo una viscosa medusa. Pues, prepárate.

La medusa bola de cañón (Stomolophus spp) es un animal marino de la rama de los cnidarios, pariente de los corales y las anémonas. Es como una pelota pequeña, de consistencia gelatinosa que nada activamente cerca de la superficie del mar y se alimenta de huevos y crías de otros organismos. Es un importante recurso pesquero para México que emergió a principios de este siglo, gracias a que tiene una alta demanda en los países asiáticos para la elaboración de costosos platillos a los que (adivina) se les atribuyen propiedades afrodisiacas y medicinales, ya que es rico en colágeno.

Foto: Especial

Su pesca se realiza con una red tipo cuchara muy económica y a bordo de una embarcación menor (lancha) de fibra de vidrio de siete a diez metros de longitud, con un motor fuera de borda de 100 caballos y una tripulación de tres a cuatro pescadores. El ejercicio que mejor representa el esfuerzo de la pesca de medusa es el levantamiento de pesas sin tregua durante una o dos horas bajo los rayos del sol, ¡nada fácil!

No obstante lo artesanal de esta labor, las cifras de pesca de medusa son considerables: sólo en 2019 se capturaron alrededor de 50,000 toneladas y participaron más de 800 lanchas, por lo que México ya es uno de los principales productores de medusa a nivel mundial. Además, el aprovechamiento de este recurso se tradujo en 6,000 empleos y casi 613 millones de pesos de derrama económica para pescadores, trabajadores, comerciantes, transportistas y, por supuesto, para el gobierno vía pago de impuestos.

Foto: Especial

Pero, ¿cómo pasaron las medusas de ser especies casi desconocidas a convertirse en principales recursos pesqueros en volumen y valor? La respuesta se encuentra en la ciencia y su colaboración con el sector productivo y las autoridades pesqueras.

Aunque esta especie ya era conocida en México desde hace décadas, no se sabía de la existencia de un mercado de consumo para ella; durante mucho tiempo fueron ignoradas por los pescadores y apenas mencionadas en publicaciones científicas.

Fue a principios de este siglo que se tuvo conocimiento de su demanda en países asiáticos; así, se abrió un campo de oportunidad para la comercialización y dio inicio su aprovechamiento en la modalidad de pesca de fomento; estos permisos tienen la enorme ventaja que facultan la venta de los organismos colectados al amparo de investigación científica, promoviendo la colaboración entre productores pesqueros e investigadores. Este círculo virtuoso arrojaría resultados muy positivos en corto tiempo.

Foto: Especial

Como resultado de la investigación de campo, se detectó un alto potencial de este recurso en los estados costeros colindantes con el Golfo de California, principalmente Sonora, donde hasta el día de hoy se extrae casi la totalidad de las capturas de este recurso. Paralelamente al desarrollo de la pesquería de la medusa y su intrusión en mercados asiáticos, se evaluaron sus aspectos biológicos fundamentales para plantear medidas administrativas de manejo pesquero que aseguraran su aprovechamiento sustentable.

Ciclo de vida, dinámica poblacional, biología reproductiva, fisiología, dieta, papel funcional y genética, entre otras líneas de investigación, fueron desarrollándose como producto de la coordinación y colaboración de instituciones de investigación científica mexicana, lideradas por el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.C., Centro de excelencia CONACYT, a través de sus múltiples laboratorios de alta especialidad como Pesquerías, Histología, Fisiología, Ictiología y Manejo Costero, en colaboración con el sector productivo pesquero del Estado de Sonora e instituciones como la Universidad de Sonora, la UNAM, y el INAPESCA.

Como producto de este esfuerzo, se generó la información que ayudó a plantear medidas de manejo sustentable y elaborar las fichas técnicas del recurso medusa bola de cañón en la Carta Nacional Pesquera y en la Carta Nacional Acuícola que permitieron la pesca comercial en 2011.

Foto: Especial

Además, todo ese esfuerzo permitió la publicación de artículos científicos en revistas internacionales de prestigio en colaboración con instituciones como la Universidad de British Columbia, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero de Argentina, la Chinese Academy of Sciences, entre otras. Se contribuyó a la formación de recursos humanos de licenciatura, maestría y doctorado, situando a México a la vanguardia en la investigación de esta especie. Este es un claro caso de éxito de la aplicación de la ciencia en beneficio de la sociedad.

Existen aún aspectos necesarios de conocer, como los crecientes afloramientos de este tipo de organismos en mares mexicanos, su potencial impacto en el ecosistema como especie que se verá beneficiada con el calentamiento del mar, así como evaluar la extracción de compuestos activos, su cultivo, etcétera, los cuales permitirán en el largo plazo aprovechar el potencial que tiene el recurso, ante un futuro incierto por los cambios ambientales que actualmente estamos viendo.

Autores

La doctora en Ciencias Marinas Juana López Martínez es investigadora titular en el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. (Cibnor) Unidad Guaymas y miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel III. Contacto: jlopez04@cibnor.mx. El M. en C. en manejo de la zona costera Javier Álvarez Tello es técnico por honorarios del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste. Contacto: eltello@gmail.com.

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