/ viernes 10 de noviembre de 2017

Pitonisas, adivinos, bolas de cristal y trascendidos

El proceso sucesorio para elegir el ejecutivo federal que gobernará nuestro país del 2018 al 2024, está resultando inédito en muchos sentidos. En principio por que las reglas no escritas del viejo sistema político ya no operan. Aunque a decir algunos vivimos en décadas pasadas y algunas prácticas torales como la del “tapado” sigue más viva que nunca. El caso es que continuamos adentrándonos en el mes de noviembre y aun no conocemos quienes serán los contendientes, excepto el del adelantado que tiene tres sexenios en campaña.

La percepción generalizada es que el partido en el poder y el gran elector, están en espera de conocer quién será el abanderado del Frente Opositor, para tomar la decisión y a su vez, los frentistas desean conocer quién será el candidato priista, para destapar su juego.

A unos preocupa que las encuestas sigan encabezadas por AMLO, sin reparar en que tal cosa sucede porque no hay en realidad contra quien medirlo, aunque desde luego ya circulan encuestas patitas que dicen lo que sus patrocinadores desean y la historia de la manipulación de las encuestas y sondeos vuelve a repetirse.

Ante la incertidumbre política que corre el riesgo de volverse económica en un contexto internacional complicado, observamos una gran cantidad de especulaciones, presagiosy, supuestos trascendidos que corren con velocidad inaudita por las redes, se refleja en las columnas políticas y se vuelven verdades incontrovertibles en los desayunaderos políticos “por qué viene de fuentes confiables” y así todos los días, las bolas de cristal anuncian según el voluntarismo de los implicados quien es el bueno.

En ocasiones de manera divertida, pensamos que debemos reciclar un “oráculo de Delfos” a la mexicana para que los interesados en la cosa pública acudan en peregrinación a consultar a las pitonisas y que les sea revelado por los dioses, el nombre del ungido. Y desde luego los columnistas políticos estarían en primera fila para que sus especulaciones tuvieran ese toque mágico, casi divino.

Al parejo de estas especulaciones, dado que el candidato debe ser Cardenal, esto es, ser miembro del gabinete, se hace todo tipo de juegos para ocupar las vacantes que deberán generarse, por que varios de los mencionados con posibilidades de ser los candidatos, los ubican como coordinares de campaña, presidentes del Prim y así, al infinito.

Lo que es un hecho incontrovertible es que en unos días deberá nombrarse un nuevo Gobernador de Banco de México, y es altamente posible que sea un integrante del gabinete. Esa variable incidirá en el ajedrez sucesorio y el movimiento de piezas que se está ejecutando desde Los Pinos.

Las parábolas aquellas de quien se mueve no sale en la foto o el que no se mueveno sale en el video, no están funcionando, vivimos nuevos tiempos y resulta imposible aplicarles reglas viejas. Habrá que esperar las “palabras mayores” en un lado y en el otro, la decisión disolverá o fragua- ra el Frente. Poco han de vivir quienes no vean el desenlace.

El proceso sucesorio para elegir el ejecutivo federal que gobernará nuestro país del 2018 al 2024, está resultando inédito en muchos sentidos. En principio por que las reglas no escritas del viejo sistema político ya no operan. Aunque a decir algunos vivimos en décadas pasadas y algunas prácticas torales como la del “tapado” sigue más viva que nunca. El caso es que continuamos adentrándonos en el mes de noviembre y aun no conocemos quienes serán los contendientes, excepto el del adelantado que tiene tres sexenios en campaña.

La percepción generalizada es que el partido en el poder y el gran elector, están en espera de conocer quién será el abanderado del Frente Opositor, para tomar la decisión y a su vez, los frentistas desean conocer quién será el candidato priista, para destapar su juego.

A unos preocupa que las encuestas sigan encabezadas por AMLO, sin reparar en que tal cosa sucede porque no hay en realidad contra quien medirlo, aunque desde luego ya circulan encuestas patitas que dicen lo que sus patrocinadores desean y la historia de la manipulación de las encuestas y sondeos vuelve a repetirse.

Ante la incertidumbre política que corre el riesgo de volverse económica en un contexto internacional complicado, observamos una gran cantidad de especulaciones, presagiosy, supuestos trascendidos que corren con velocidad inaudita por las redes, se refleja en las columnas políticas y se vuelven verdades incontrovertibles en los desayunaderos políticos “por qué viene de fuentes confiables” y así todos los días, las bolas de cristal anuncian según el voluntarismo de los implicados quien es el bueno.

En ocasiones de manera divertida, pensamos que debemos reciclar un “oráculo de Delfos” a la mexicana para que los interesados en la cosa pública acudan en peregrinación a consultar a las pitonisas y que les sea revelado por los dioses, el nombre del ungido. Y desde luego los columnistas políticos estarían en primera fila para que sus especulaciones tuvieran ese toque mágico, casi divino.

Al parejo de estas especulaciones, dado que el candidato debe ser Cardenal, esto es, ser miembro del gabinete, se hace todo tipo de juegos para ocupar las vacantes que deberán generarse, por que varios de los mencionados con posibilidades de ser los candidatos, los ubican como coordinares de campaña, presidentes del Prim y así, al infinito.

Lo que es un hecho incontrovertible es que en unos días deberá nombrarse un nuevo Gobernador de Banco de México, y es altamente posible que sea un integrante del gabinete. Esa variable incidirá en el ajedrez sucesorio y el movimiento de piezas que se está ejecutando desde Los Pinos.

Las parábolas aquellas de quien se mueve no sale en la foto o el que no se mueveno sale en el video, no están funcionando, vivimos nuevos tiempos y resulta imposible aplicarles reglas viejas. Habrá que esperar las “palabras mayores” en un lado y en el otro, la decisión disolverá o fragua- ra el Frente. Poco han de vivir quienes no vean el desenlace.