/ miércoles 12 de agosto de 2020

Pleno reconocimiento a las personas trans

Por: Jaime Morales


La lucha por los derechos humanos de las personas LGBTTTI en la Ciudad de México aún no termina. Aunque grandes pasos han sido dados, gracias al esfuerzo de la ciudadanía organizada en colaboración con autoridades que han asumido su responsabilidad con la libertad y la justicia, un gran camino queda por recorrerse. Uno de estos grandes pasos pudo verse hace unos días con la prohibición de los ECOSIG (esfuerzos para corregir la orientación sexual e Identidad de Género).

Está claro que todavía hace falta trabajar por el pleno ejercicio del derecho a la salud para las personas LGBTTTI, por una educación incluyente, por la protección del derecho a la seguridad personal y por subsanar muchas otras brechas que la discriminación por orientación sexual e identidad de género ha creado. Hoy, sin embargo, tenemos una certeza: que la Ciudad de México cuenta con un gobierno comprometido con el respeto y la protección a las personas de la diversidad sexual y de género.

Este compromiso no sólo se da por la responsabilidad que el Estado tiene hacia los DDHH de todas y todos, sino también por convicción. El gobierno encabezado por la Dra. Claudia Sheinbaum, así como las y los integrantes de su equipo, se basa en el respeto a la dignidad humana, a la igualdad de todas las personas en el acceso a condiciones de vida dignas, y en el valor que tenemos todas y todos por el simple hecho de ser parte de este planeta. Hacia allá estamos caminando, hacia una Ciudad de derechos donde todas las voces son escuchadas y donde los procesos de cada institución y las funciones de cada legisladora o servidora pública son respetadas y llevadas a cabo para el beneficio de la gente.

Muchos pasos quedan por darse en términos del reconocimiento de la identidad de las personas trans, con su respectiva reivindicación de los derechos que han quedado relegados. En el tiempo que lleva esta administración, a pesar de las dificultades formadas por el pasado y de los retos del presente, hemos podido identificar cuales son las grandes carencias que se solaparon y las vulneraciones que se venían repitiendo de manera sistemática. Muchas de ellas habían sido documentadas y otras permanecían en lo invisible. Afortunadamente, para este gobierno la voz es de todas y de todos. Gracias a ello, los problemas pueden visibilizarse y es imperante trabajar en su solución.

La deuda que el Estado ha creado para con las personas trans es enorme. Sus vulneraciones se dan en múltiples sentidos: en lo económico, en lo laboral, en las escuelas, en las calles, en la patologización, y en la negativa de reconocer sus identidades. A pesar de todo, en nuestra Ciudad ha habido avances durante los últimos veinte años, gracias al trabajo de la ciudadanía articulada. Fue así que en 2008 se logró reformar el Código Civil del entonces Distrito Federal para reconocer la identidad jurídica de las personas trans. Aunque éste fue un paso enorme, seguía apelando a la patologización y sometiendo a las personas a un juicio innecesario. Se avanzaba, pero se seguía limitando la libertad del individuo de reconocer su propia identidad de género. También en 2008 se dio otro paso, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que el acta de nacimiento expedida por juicio a las personas trans no tenía por qué hacer mención del nombre y género asignados de nacimiento, dado que esta medida era discriminatoria.

Los avances continuaron, en 2011, la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación del Distrito Federal prohibió la discriminación motivada por identidad, expresión y roles de género. Luego, en 2012, se consiguió aprobar una variedad de ordenamientos que daban pie al Programa de la “Clínica Trans”, que buscaba garantizar el acceso a los servicios médicos. En 2015 se consiguió un nuevo parteaguas, se desjudicializó el procedimiento para reconocer la identidad de género, convirtiéndolo en un procedimiento civil.

La Dra. Claudia Sheinbaum llegó a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México con el compromiso, hecho desde su campaña, de construir una Clínica Especializada en la Atención de las Personas Trans. Ésta permitirá implementar protocolos que salvaguardaran el derecho a la salud de la población trans y facilitar su acceso a servicios médicos. Este compromiso está tan vivo como cuando se hizo y la construcción de esta clínica está en sus trabajos preparativos, siempre con la participación de especialistas y, por supuesto, de la sociedad civil organizada.

Uno de los temas pendientes es el reconocimiento de la identidad de las personas trans menores de edad. Al respecto, es necesario reiterar que nuestro compromiso con los derechos humanos es total. Que esta Ciudad no puede aceptar un solo retroceso y que los derechos no están sujetos a la opinión de terceros. El camino es siempre el de la progresividad. Este gobierno seguirá trabajando por su más alto cumplimiento. Y así lo ha hecho cada vez que el tema ha estado en sus manos. Así lo seguirá haciendo en el cumplimiento de todas sus responsabilidades.

En el panorama actual, es necesario notar que el siguiente paso debe darlo el Poder Legislativo. El Congreso de la Ciudad de México tiene la atribución legal de llevar a cabo las reformas necesarias para proteger la dignidad de la población trans. Eso no significa que nuestras acciones, desde el Gobierno de la Ciudad, se pausen. Por el contrario, siguen tan vivas como siempre, buscando la inclusión y el respeto de las personas LGBTTTI; sin embargo, es imperante respetar las atribuciones de cada entidad, sin que ello merme nuestro apoyo a la progresividad del cumplimiento de los DDHH.

El trabajo del Congreso ha sido impecable y por ello no cabe más que esperar que los esfuerzos por reivindicar los derechos de las personas trans rindan frutos dentro del Poder Legislativo. La reciente prohibición de las ECOSIG es una muestra de este compromiso con los derechos de las personas LGBTTTI y de la población en general. El Congreso reconoció con este paso que las llamadas terapias de conversión atentan contra el libre desarrollo de la personalidad y contra la identidad.

Antes de que la iniciativa llegara al Congreso, el Gobierno se encontraba realizando múltiples mesas de diálogo con especialistas, activistas y colectivos para buscar las mejores maneras de impulsar los derechos de las personas trans. De la misma forma se realizaron conversatorios con padres y madres de personas menores de edad trans, buscando apoyarlas en el reconocimiento de las identidades de sus hijas e hijos. Sin embargo, una vez que la iniciativa está en manos del Legislativo, es necesario posponer las mesas con autoridades para que este proceso no obstaculice el trabajo del Congreso. La forma es el fondo y si lo que queremos es la reivindicación de los DDHH, esto debe hacerse por las rutas propias de una democracia, con respeto pleno a las instituciones.

Se pospuso una estrategia en concreto, pero no todas las demás acciones que la Subsecretaría de Derechos Humanos de la SIBISO desarrolla para proteger los DDHH de las personas LGBTTTI. Seguiremos haciendo cuanto esté en nuestras manos e instando al Congreso a actuar siempre en defensa de la dignidad humana y del reconocimiento de la identidad de las personas trans, tal y como lo hizo con las sanciones aprobadas para los ECOSIG.

Lo dijo la Jefa de Gobierno en el Día del Orgullo LGBTTTI: Vamos a seguir avanzando en el reconocimiento del estatus civil de las personas trans y, en general, del reconocimiento de que las familias son diversas y deben ser respetadas en todas las disposiciones y normas del registro civil.





Subsecretario de Derechos Humanos de la CDMX



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Por: Jaime Morales


La lucha por los derechos humanos de las personas LGBTTTI en la Ciudad de México aún no termina. Aunque grandes pasos han sido dados, gracias al esfuerzo de la ciudadanía organizada en colaboración con autoridades que han asumido su responsabilidad con la libertad y la justicia, un gran camino queda por recorrerse. Uno de estos grandes pasos pudo verse hace unos días con la prohibición de los ECOSIG (esfuerzos para corregir la orientación sexual e Identidad de Género).

Está claro que todavía hace falta trabajar por el pleno ejercicio del derecho a la salud para las personas LGBTTTI, por una educación incluyente, por la protección del derecho a la seguridad personal y por subsanar muchas otras brechas que la discriminación por orientación sexual e identidad de género ha creado. Hoy, sin embargo, tenemos una certeza: que la Ciudad de México cuenta con un gobierno comprometido con el respeto y la protección a las personas de la diversidad sexual y de género.

Este compromiso no sólo se da por la responsabilidad que el Estado tiene hacia los DDHH de todas y todos, sino también por convicción. El gobierno encabezado por la Dra. Claudia Sheinbaum, así como las y los integrantes de su equipo, se basa en el respeto a la dignidad humana, a la igualdad de todas las personas en el acceso a condiciones de vida dignas, y en el valor que tenemos todas y todos por el simple hecho de ser parte de este planeta. Hacia allá estamos caminando, hacia una Ciudad de derechos donde todas las voces son escuchadas y donde los procesos de cada institución y las funciones de cada legisladora o servidora pública son respetadas y llevadas a cabo para el beneficio de la gente.

Muchos pasos quedan por darse en términos del reconocimiento de la identidad de las personas trans, con su respectiva reivindicación de los derechos que han quedado relegados. En el tiempo que lleva esta administración, a pesar de las dificultades formadas por el pasado y de los retos del presente, hemos podido identificar cuales son las grandes carencias que se solaparon y las vulneraciones que se venían repitiendo de manera sistemática. Muchas de ellas habían sido documentadas y otras permanecían en lo invisible. Afortunadamente, para este gobierno la voz es de todas y de todos. Gracias a ello, los problemas pueden visibilizarse y es imperante trabajar en su solución.

La deuda que el Estado ha creado para con las personas trans es enorme. Sus vulneraciones se dan en múltiples sentidos: en lo económico, en lo laboral, en las escuelas, en las calles, en la patologización, y en la negativa de reconocer sus identidades. A pesar de todo, en nuestra Ciudad ha habido avances durante los últimos veinte años, gracias al trabajo de la ciudadanía articulada. Fue así que en 2008 se logró reformar el Código Civil del entonces Distrito Federal para reconocer la identidad jurídica de las personas trans. Aunque éste fue un paso enorme, seguía apelando a la patologización y sometiendo a las personas a un juicio innecesario. Se avanzaba, pero se seguía limitando la libertad del individuo de reconocer su propia identidad de género. También en 2008 se dio otro paso, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que el acta de nacimiento expedida por juicio a las personas trans no tenía por qué hacer mención del nombre y género asignados de nacimiento, dado que esta medida era discriminatoria.

Los avances continuaron, en 2011, la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación del Distrito Federal prohibió la discriminación motivada por identidad, expresión y roles de género. Luego, en 2012, se consiguió aprobar una variedad de ordenamientos que daban pie al Programa de la “Clínica Trans”, que buscaba garantizar el acceso a los servicios médicos. En 2015 se consiguió un nuevo parteaguas, se desjudicializó el procedimiento para reconocer la identidad de género, convirtiéndolo en un procedimiento civil.

La Dra. Claudia Sheinbaum llegó a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México con el compromiso, hecho desde su campaña, de construir una Clínica Especializada en la Atención de las Personas Trans. Ésta permitirá implementar protocolos que salvaguardaran el derecho a la salud de la población trans y facilitar su acceso a servicios médicos. Este compromiso está tan vivo como cuando se hizo y la construcción de esta clínica está en sus trabajos preparativos, siempre con la participación de especialistas y, por supuesto, de la sociedad civil organizada.

Uno de los temas pendientes es el reconocimiento de la identidad de las personas trans menores de edad. Al respecto, es necesario reiterar que nuestro compromiso con los derechos humanos es total. Que esta Ciudad no puede aceptar un solo retroceso y que los derechos no están sujetos a la opinión de terceros. El camino es siempre el de la progresividad. Este gobierno seguirá trabajando por su más alto cumplimiento. Y así lo ha hecho cada vez que el tema ha estado en sus manos. Así lo seguirá haciendo en el cumplimiento de todas sus responsabilidades.

En el panorama actual, es necesario notar que el siguiente paso debe darlo el Poder Legislativo. El Congreso de la Ciudad de México tiene la atribución legal de llevar a cabo las reformas necesarias para proteger la dignidad de la población trans. Eso no significa que nuestras acciones, desde el Gobierno de la Ciudad, se pausen. Por el contrario, siguen tan vivas como siempre, buscando la inclusión y el respeto de las personas LGBTTTI; sin embargo, es imperante respetar las atribuciones de cada entidad, sin que ello merme nuestro apoyo a la progresividad del cumplimiento de los DDHH.

El trabajo del Congreso ha sido impecable y por ello no cabe más que esperar que los esfuerzos por reivindicar los derechos de las personas trans rindan frutos dentro del Poder Legislativo. La reciente prohibición de las ECOSIG es una muestra de este compromiso con los derechos de las personas LGBTTTI y de la población en general. El Congreso reconoció con este paso que las llamadas terapias de conversión atentan contra el libre desarrollo de la personalidad y contra la identidad.

Antes de que la iniciativa llegara al Congreso, el Gobierno se encontraba realizando múltiples mesas de diálogo con especialistas, activistas y colectivos para buscar las mejores maneras de impulsar los derechos de las personas trans. De la misma forma se realizaron conversatorios con padres y madres de personas menores de edad trans, buscando apoyarlas en el reconocimiento de las identidades de sus hijas e hijos. Sin embargo, una vez que la iniciativa está en manos del Legislativo, es necesario posponer las mesas con autoridades para que este proceso no obstaculice el trabajo del Congreso. La forma es el fondo y si lo que queremos es la reivindicación de los DDHH, esto debe hacerse por las rutas propias de una democracia, con respeto pleno a las instituciones.

Se pospuso una estrategia en concreto, pero no todas las demás acciones que la Subsecretaría de Derechos Humanos de la SIBISO desarrolla para proteger los DDHH de las personas LGBTTTI. Seguiremos haciendo cuanto esté en nuestras manos e instando al Congreso a actuar siempre en defensa de la dignidad humana y del reconocimiento de la identidad de las personas trans, tal y como lo hizo con las sanciones aprobadas para los ECOSIG.

Lo dijo la Jefa de Gobierno en el Día del Orgullo LGBTTTI: Vamos a seguir avanzando en el reconocimiento del estatus civil de las personas trans y, en general, del reconocimiento de que las familias son diversas y deben ser respetadas en todas las disposiciones y normas del registro civil.





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