Así fue titulado el muy importante documento, que define las nuevas líneas de acción de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), para sustituir la anterior Declaración de Lisboa de 2010. Creada el 4 de abril de 1949, con la principal finalidad de contener y frenar el proceso de expansión geográfica y militar de la Unión Soviética, luego de la disolución de esta en 1991, entró en un período de búsqueda para la articulación de una agenda que le diera sentido. La guerra de Yugoslavia (1991-2001) y luego la guerra de Afganistán (2001-2021), le aportaron cierto impulso, pero sin un motivo tan relevante como el que se generó de inmediato, luego de inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, desde el pasado 24 de febrero.
Uno de los efectos no calculados por la dinámica del atroz conflicto, ha sido en efecto, la obtención de un argumento sustancial para la OTA (que por cierto no tiene nada que ver con una mal llamada nueva “Guerra Fría”), para retomar al menos en lo que corresponde a potenciales antagonismos que pudieran afectar la estabilidad de los 30 integrantes actuales. La aceptación del ingreso de Suecia y Finlandia, es un sustancial cambio de la Geopolítica mundial. Pues por ejemplo, la frontera terrestre de Rusia con países integrantes de la OTAN, pasa de 1, 260 kilómetros a 2, 335, luego del futuro ingreso de Finlandia, es decir, poco menos del doble (2, 520). Un cambio de fondo, respecto de los equilibrios del poder en los intereses que confluyen en el Mar Báltico.
En el nuevo Concepto Estratégico, se aluden forma explícita dos países como potenciales antagonismos. Rusia, en primer lugar, alcanza la denominación de “amenaza significativa y directa”, es decir, que luego de la invasión a Ucrania es para el posicionamiento de la OTAN, un actor diplomático y sobre todo militar, que debe ser contenido y advertido de cualquier agresión a los países integrantes de la Alianza. Por su parte, China, es calificada como un “desafío sistemático”. De inmediato, el gobierno de ese país manifestó su inconformidad y protesta.
Para aderezar y alentar las tensiones, fueron invitados a la Cumbre de Madrid, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, con el explícito mensaje de disuadir la expansión de China en el Pacífico sur. Sobre todo ante las crecientes disputas por la soberanía de algunas islas y la asignación de las aguas pertenecientes a las Zonas Económicas Exclusivas. La articulación de una política marítima y naval, por parte de los países aliados de la OTAN y otros afines, en cuanto a compartir la misma agenda de peligros y antagonismos, anuncia, sino es que ya está en marcha, una creciente tensión en esa parte del mundo.
El documento señala también una agenda, a la cual nuestro país y gobierno deben poner mucha atención. En los párrafos 12 y 13, se hacen mención de los actores no estatales, de las guerras híbridas y por primera vez en la historia de la OTAN, de una especie de agenda social. Estos temas los trataremos en la siguiente entrega.
@JOPso
