/ viernes 24 de septiembre de 2021

Por el bien de todos, primero la patria

Patria, es la tierra a la cual se siente ligada una persona por motivos emotivos, culturales, históricos o jurídicos, bien por haber nacido en ella, bien por haberla adoptado como suya por elección personal. De allí que el vínculo con la patria pueda ser de orden afectivo o de sangre, pues es el lugar al que también pertenece la nuestra forma de ser.

Nacer en un territorio determinado además de hacernos de allí, hace que ese lugar tenga un sentido de propiedad colectivo, le llamamos nuestra tierra, nuestra agua.

El dolor que compartimos cuando se agravia a ese lugar en particular, es tambíen de sensación común, cuando se construyen movimientos sociales y populares, el sentido de identidad nos une, la patria nos une y la pluralidad nos nutre. Nuestras diferencias como mexicanos de región a región nos hace más fuertes y ricos culturalmente.

Un proyecto transformador como el que se vive en nuestra nación suma valores primordiales: la ética en el servicio público, la separación del poder político del económico, la soberanía de los sectores estratégicos del país como catalizadores del desarrollo.

Las transformaciones políticas y sociales surgen de tensiones populares que condicionan la voluntad institucional. La Cuarta Transformación que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador apoya su base en la movilización social obradorista, la cual se canalizó en más de 30 millones de votos en la elección de 2018.

Las demandas de los movimientos transformadores no caben en una sola visión. La defensa del medio ambiente, la lucha por los derechos humanos, de las mujeres, la resistencia de los pueblos originarios, la lucha contra la pobreza y la desigualdad, entre otros, requieren de pluralidad. La fuerzas progresistas que apoyamos al proyecto del presidente deben tener en cuenta esto, unidos somos más, los sectarismos se convierten en canibalismo.

Así como los triunfos fueron coincidentes con los méritos y la historia de perfiles adecuados, sean también congruentes los encargos con lo que el electorado busca que es el discurso emotivo, franco y principalmente de frescura innovadora de los emitentes, la gente merece nuevas figuras que garanticen la inclusión popular no solo cupular.

Dos operaciones aritmeticas se deben hacer en el movimiento obradorista, sumar y multiplicar, las bases locales que han sido factor de exitosos triunfos electorales deben ser tomados en cuenta fuera de la agenda política electoral. El movimiento social requiere de una gran alianza patriotica por la Cuarta Transformación.

Nadie gana dividiendo y restando, la politiquería debe excluirse de los movimientos sociales, tenemos que fomentar la política de alto nivel, donde la base sea lo más importante de la piramide patriotica. Por el bien de todos primero la patria

Patria, es la tierra a la cual se siente ligada una persona por motivos emotivos, culturales, históricos o jurídicos, bien por haber nacido en ella, bien por haberla adoptado como suya por elección personal. De allí que el vínculo con la patria pueda ser de orden afectivo o de sangre, pues es el lugar al que también pertenece la nuestra forma de ser.

Nacer en un territorio determinado además de hacernos de allí, hace que ese lugar tenga un sentido de propiedad colectivo, le llamamos nuestra tierra, nuestra agua.

El dolor que compartimos cuando se agravia a ese lugar en particular, es tambíen de sensación común, cuando se construyen movimientos sociales y populares, el sentido de identidad nos une, la patria nos une y la pluralidad nos nutre. Nuestras diferencias como mexicanos de región a región nos hace más fuertes y ricos culturalmente.

Un proyecto transformador como el que se vive en nuestra nación suma valores primordiales: la ética en el servicio público, la separación del poder político del económico, la soberanía de los sectores estratégicos del país como catalizadores del desarrollo.

Las transformaciones políticas y sociales surgen de tensiones populares que condicionan la voluntad institucional. La Cuarta Transformación que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador apoya su base en la movilización social obradorista, la cual se canalizó en más de 30 millones de votos en la elección de 2018.

Las demandas de los movimientos transformadores no caben en una sola visión. La defensa del medio ambiente, la lucha por los derechos humanos, de las mujeres, la resistencia de los pueblos originarios, la lucha contra la pobreza y la desigualdad, entre otros, requieren de pluralidad. La fuerzas progresistas que apoyamos al proyecto del presidente deben tener en cuenta esto, unidos somos más, los sectarismos se convierten en canibalismo.

Así como los triunfos fueron coincidentes con los méritos y la historia de perfiles adecuados, sean también congruentes los encargos con lo que el electorado busca que es el discurso emotivo, franco y principalmente de frescura innovadora de los emitentes, la gente merece nuevas figuras que garanticen la inclusión popular no solo cupular.

Dos operaciones aritmeticas se deben hacer en el movimiento obradorista, sumar y multiplicar, las bases locales que han sido factor de exitosos triunfos electorales deben ser tomados en cuenta fuera de la agenda política electoral. El movimiento social requiere de una gran alianza patriotica por la Cuarta Transformación.

Nadie gana dividiendo y restando, la politiquería debe excluirse de los movimientos sociales, tenemos que fomentar la política de alto nivel, donde la base sea lo más importante de la piramide patriotica. Por el bien de todos primero la patria