/ lunes 10 de enero de 2022

Por los huérfanos

La humanidad se perfila al tercer año de la pandemia más mortífera e impredecible de la historia. Millones de personas tuvieron que replantear drásticamente su vida en medio de una crisis económica, un sistema de salud al borde del colapso y la parálisis social. La letalidad del virus se esparce particularmente en la franja de la vulnerabilidad, ejemplo, los miles de niños y adolescentes que se han quedado en el desamparo al perder al padre y a la madre. Lamentablemente, no existe un padrón donde se conozcan fehacientemente las cifras de la orfandad. Al quedar invisibilizados por la falta de estadísticas sobre quiénes son, dónde se encuentran y en qué situación están, se ven afectados en sus derechos humanos y el Estado falla en la protección del interés superior de la niñez.

Ante la trágica realidad, presenté una iniciativa a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión. Propongo adicionar una fracción al artículo 32 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para que la Secretaría de Bienestar levante un registro de los menores de edad que han perdido a uno o ambos padres para que posteriormente puedan acceder a programas sociales, programas de inclusión social, así como protección de los derechos de la niñez en coordinación con las dependencias de la Administración Pública Federal y los diferentes niveles de gobierno.

El estudio ´La Orfandad ocasionada por la pandemia´ publicado por el Instituto Belisario Domínguez, destaca que las niñas y los niños de México han sido de los más afectados. El reporte resalta información de la Unicef indicando que cuatro millones a nivel mundial se han quedado sin uno o ambos progenitores. Nuestro país tiene mayor número de huérfanos con al menos 131 mil 325 menores de edad de los 6 países analizados de América, sin embargo, en septiembre de 2021, Édgar Vielma Orozco, funcionario del Inegi, destacó que en nuestro país han perdido la vida más de 250 mil personas por el coronavirus, de las cuales, el 42% eran jefes de familia, en este sentido, se estima que unos 996 mil menores de edad están en situación de orfandad. Las consecuencias son la deserción escolar, el incremento del trabajo infantil y en los casos más graves, ha llevado a menores de edad a vivir en condición de calle.

El 2022 ofrece la oportunidad para iniciar nuevos proyectos y dar solución a retos, por lo que es urgente implementar programas y acciones que beneficien y salvaguarden a la niñez mexicana. La pandemia no ha terminado y con la llegada de nuevas variantes y olas, la salud, la economía y el bienestar de los mexicanos se sigue deteriorando. La inacción también es letal.

La humanidad se perfila al tercer año de la pandemia más mortífera e impredecible de la historia. Millones de personas tuvieron que replantear drásticamente su vida en medio de una crisis económica, un sistema de salud al borde del colapso y la parálisis social. La letalidad del virus se esparce particularmente en la franja de la vulnerabilidad, ejemplo, los miles de niños y adolescentes que se han quedado en el desamparo al perder al padre y a la madre. Lamentablemente, no existe un padrón donde se conozcan fehacientemente las cifras de la orfandad. Al quedar invisibilizados por la falta de estadísticas sobre quiénes son, dónde se encuentran y en qué situación están, se ven afectados en sus derechos humanos y el Estado falla en la protección del interés superior de la niñez.

Ante la trágica realidad, presenté una iniciativa a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión. Propongo adicionar una fracción al artículo 32 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para que la Secretaría de Bienestar levante un registro de los menores de edad que han perdido a uno o ambos padres para que posteriormente puedan acceder a programas sociales, programas de inclusión social, así como protección de los derechos de la niñez en coordinación con las dependencias de la Administración Pública Federal y los diferentes niveles de gobierno.

El estudio ´La Orfandad ocasionada por la pandemia´ publicado por el Instituto Belisario Domínguez, destaca que las niñas y los niños de México han sido de los más afectados. El reporte resalta información de la Unicef indicando que cuatro millones a nivel mundial se han quedado sin uno o ambos progenitores. Nuestro país tiene mayor número de huérfanos con al menos 131 mil 325 menores de edad de los 6 países analizados de América, sin embargo, en septiembre de 2021, Édgar Vielma Orozco, funcionario del Inegi, destacó que en nuestro país han perdido la vida más de 250 mil personas por el coronavirus, de las cuales, el 42% eran jefes de familia, en este sentido, se estima que unos 996 mil menores de edad están en situación de orfandad. Las consecuencias son la deserción escolar, el incremento del trabajo infantil y en los casos más graves, ha llevado a menores de edad a vivir en condición de calle.

El 2022 ofrece la oportunidad para iniciar nuevos proyectos y dar solución a retos, por lo que es urgente implementar programas y acciones que beneficien y salvaguarden a la niñez mexicana. La pandemia no ha terminado y con la llegada de nuevas variantes y olas, la salud, la economía y el bienestar de los mexicanos se sigue deteriorando. La inacción también es letal.