/ jueves 14 de marzo de 2019

¿Por qué defienden armas que no tienen o no usan?

A lo largo de los años, con frecuencia se les ha señalado a los más temidos tiranos que han gobernado naciones en diferentes puntos del orbe, como poseedores de grandes y destructivas armas, independientemente de que éstas sean químicas, bacteriológicas o nucleares, es algo relativamente común que se señale que hay que combatirles o cercarlos para acabar con el peligro que representan.

Un caso que invariablemente se recuerda sobre posesión de este tipo de armas, es el de Saddam Hussein, el ya muerto ex dictador de Irak, entre 1979 y 2003. Él, efectivamente tuvo armas químicas de destrucción masiva, mismas que utilizó tanto en la guerra contra Irán, como para atacar a los chiítas que se le oponían dentro de su propio territorio.

El uso de tales armas, fue el pretexto que utilizó a principios de la década pasada el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para impulsar una invasión multinacional a territorio iraquí, supuestamente en su lucha contra el terrorismo. Para ese entonces, Hussein, ya estaba notablemente mermado en su poder y liderazgo, después de más de diez años de bloqueo económico por haber invadido Kuwait a principios de los 90’s. Entre otras cosas, ya no tenía ni asomo de armas destrucción masiva, algo que bien podía negar e incluso probar, pero no lo hizo, lo que llevó a muchos a preguntarse ¿por qué?

La razón es relativamente sencilla: al no tener ya el poder que alguna vez tuvo, ni en lo político, ni en lo económico, por tener un bloqueo a sus exportaciones de petróleo, lo único que hacía que siguiera siendo temido al interior de su país y principalmente entre sus opositores, era el que pensaran que seguía siendo poderoso en cuanto a la posesión de armas de destrucción masiva. Por tanto, no negaba que las poseyera, aunque eso lo llevara a una nueva guerra contra Estados Unidos, ante lo que tenía la esperanza de que una vez más lo dejaran en el poder, como había pasado en 1991.

Finalmente, las cosas no se dieron así, las tropas de EU entraron hasta Bagdad y tomaron el poder, tras lo que debió huir, siendo posteriormente atrapado para ser juzgado y posteriormente hacerlo morir en la horca.

FB: YolandaDeLaTorreV

@Yoladelatorre

A lo largo de los años, con frecuencia se les ha señalado a los más temidos tiranos que han gobernado naciones en diferentes puntos del orbe, como poseedores de grandes y destructivas armas, independientemente de que éstas sean químicas, bacteriológicas o nucleares, es algo relativamente común que se señale que hay que combatirles o cercarlos para acabar con el peligro que representan.

Un caso que invariablemente se recuerda sobre posesión de este tipo de armas, es el de Saddam Hussein, el ya muerto ex dictador de Irak, entre 1979 y 2003. Él, efectivamente tuvo armas químicas de destrucción masiva, mismas que utilizó tanto en la guerra contra Irán, como para atacar a los chiítas que se le oponían dentro de su propio territorio.

El uso de tales armas, fue el pretexto que utilizó a principios de la década pasada el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para impulsar una invasión multinacional a territorio iraquí, supuestamente en su lucha contra el terrorismo. Para ese entonces, Hussein, ya estaba notablemente mermado en su poder y liderazgo, después de más de diez años de bloqueo económico por haber invadido Kuwait a principios de los 90’s. Entre otras cosas, ya no tenía ni asomo de armas destrucción masiva, algo que bien podía negar e incluso probar, pero no lo hizo, lo que llevó a muchos a preguntarse ¿por qué?

La razón es relativamente sencilla: al no tener ya el poder que alguna vez tuvo, ni en lo político, ni en lo económico, por tener un bloqueo a sus exportaciones de petróleo, lo único que hacía que siguiera siendo temido al interior de su país y principalmente entre sus opositores, era el que pensaran que seguía siendo poderoso en cuanto a la posesión de armas de destrucción masiva. Por tanto, no negaba que las poseyera, aunque eso lo llevara a una nueva guerra contra Estados Unidos, ante lo que tenía la esperanza de que una vez más lo dejaran en el poder, como había pasado en 1991.

Finalmente, las cosas no se dieron así, las tropas de EU entraron hasta Bagdad y tomaron el poder, tras lo que debió huir, siendo posteriormente atrapado para ser juzgado y posteriormente hacerlo morir en la horca.

FB: YolandaDeLaTorreV

@Yoladelatorre