/ jueves 1 de octubre de 2020

Porqué EU no trata a México como socio

Por: Horacio Saavedra

Un embajador mexicano en Washington decía que sólo los resultados cuentan y sólo el éxito se respeta. Ese es el dilema con Estados Unidos, uno tiene ganar su reconocimiento, no es una cortesía.

El llamamiento de José Juan de Olloqui sigue presente, para que los mexicanos sean considerados por EU como socios se tienen que portar como tales. De nada sirve ser una de las 20 economías más importantes del mundo y tener tratados en todos los continentes si los líderes mexicanos no saben comunicarlo en inglés todos los días.

Una vieja queja mexicana es que otros países no nos ven como iguales, empezando por EU. En el año 2000 encontré entre los 15 mil libros de biblioteca personal de Olloqui una prueba de lo contrario. “Jose Juan: Meet you at lunch. Henry”. Se trataba de una nota escrita por la mano de Henry Kissinger en los años 70 donde mostraba su entusiasmo de comer con el mexicano. Ambos sabían historia universal, geopolítica y eran grandes lectores en inglés. Olloqui tenía la capacidad de convencer a Kissinger, sin complejos, de que México era una potencia media. El trato además de igualitario era afectuoso.

¿Qué pasa ahora? ¿Por qué nos quedamos a medio camino? ¿Por qué EU no reconoce a México como socio? El TLCAN cumplió un cuarto de siglo, convertido hoy en T-MEC, pero nos conformamos con la integración comercial. Las mercancías cruzan diario la frontera, pero la región no ha permitido que las personas circulen libremente. Aumentó el muro fronterizo y la comunidad méxico-americana -pese a su tamaño- no es de las más respetadas. 6 millones de indocumentados viven con la angustia de ser deportados, trabajan día y noche en EU. Pero hacen poco por hablar inglés profesional a diferencia de otros hispanos.

El tema a reflexionar es que estamos cerca de EU físicamente, pero nuestra mente está lejos. Eso aplica a todos los niveles, gobierno, empresarios y también a la comunidad. Por ejemplo, Barack Obama nunca había visitado México antes de ser presidente. ¿Quién tuvo la culpa? ¿Él, por no venir antes o los mexicanos por no acercarse desde que era una joven promesa en Chicago? Como lo mencioné en el artículo “Afroestadounidenses, vecinos más distantes” poco involucramos a los líderes afroamericanos y a sus empresarios. Otra prueba es que el turismo afroamericano prefiere ir al Caribe que a destinos mexicanos. Nos conformamos con invitar a texanos y californianos y si hablan español, mejor.

EU es un amigo celoso que demanda presencia total, México tiene que entenderlo. Las alianzas entre países, como los matrimonios, exigen cercanía diurna y nocturna. El presidente francés Emmanuel Macron ha visitado 16 veces Alemania y se ha encontrado con Angela Merkel más de una treintena de veces. Sería inocente pensar que los mexicanos nos vamos a acercar a EU si sólo les llamamos en navidad.


Otro elemento que los estadounidenses respetan en un país es la tecnología propia. Es confuso para ellos notar que mexicanos y la riqueza de sus empresas aparecen en la lista de la revista Forbes sin producir grandes avances tecnológicos. México ha sido el primer exportador mundial de teléfonos celulares y pantallas planas, mas no hay ningún celular de marca mexicana o una televisión nacional que figure. Lo más dramático aparece en la industria automotriz, donde los mexicanos llevan más de medio siglo produciendo autos y no hay siquiera un vehículo mexicano competitivo a nivel local. Corea sí se ha ganado ese respeto en los ojos de EU y con él, sus ventas de automóviles, electrónicos y tecnología coreana.

La educación sigue siendo un igualador entre personas y no es la excepción con los estadounidenses. Por esa razón la preparatoria en línea gratuita que ofrece la UNAM en EU ha sido tan bien recibida. La formación de habilidades es una autopista común para el futuro de ambas naciones. El estudio y contacto con otras culturas ayuda también a eliminar complejos y ser competitivos. Los informáticos indios triunfan en Reino Unido y así lo podrían hacer los mexicanos en EU. Inglés y computación avanzados son ahora credenciales más importantes que una licenciatura o ingeniería promedio.

Hablar inglés también significa respetar las reglas como lo hacen en EU Ninguna nación es perfecta y los estadounidenses no esperan que los mexicanos lo sean. Ahí, la comunidad mexicana en EU ha dado grandes pasos, respetan las instrucciones en el trabajo, las reglas de tránsito, organizan la basura y pagan impuestos. Han cambiado su imagen ante la policía, hasta el punto que policías de EU los han defendido con independencia de su estatus migratorio. Ése ha sido un buen ejercicio de los inmigrantes mexicanos, estudiar las reglas y seguirlas, usarlas y protegerse con ellas. La clave para ganarse a EU es aprender su juego.

El coloso del Norte tratará a México como socio en la medida en que los mexicanos se ganen ese respeto con éxito y resultados. Y esa fórmula aplica para todo el mundo, no sólo para América del Norte.

Asociado COMEXI



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Por: Horacio Saavedra

Un embajador mexicano en Washington decía que sólo los resultados cuentan y sólo el éxito se respeta. Ese es el dilema con Estados Unidos, uno tiene ganar su reconocimiento, no es una cortesía.

El llamamiento de José Juan de Olloqui sigue presente, para que los mexicanos sean considerados por EU como socios se tienen que portar como tales. De nada sirve ser una de las 20 economías más importantes del mundo y tener tratados en todos los continentes si los líderes mexicanos no saben comunicarlo en inglés todos los días.

Una vieja queja mexicana es que otros países no nos ven como iguales, empezando por EU. En el año 2000 encontré entre los 15 mil libros de biblioteca personal de Olloqui una prueba de lo contrario. “Jose Juan: Meet you at lunch. Henry”. Se trataba de una nota escrita por la mano de Henry Kissinger en los años 70 donde mostraba su entusiasmo de comer con el mexicano. Ambos sabían historia universal, geopolítica y eran grandes lectores en inglés. Olloqui tenía la capacidad de convencer a Kissinger, sin complejos, de que México era una potencia media. El trato además de igualitario era afectuoso.

¿Qué pasa ahora? ¿Por qué nos quedamos a medio camino? ¿Por qué EU no reconoce a México como socio? El TLCAN cumplió un cuarto de siglo, convertido hoy en T-MEC, pero nos conformamos con la integración comercial. Las mercancías cruzan diario la frontera, pero la región no ha permitido que las personas circulen libremente. Aumentó el muro fronterizo y la comunidad méxico-americana -pese a su tamaño- no es de las más respetadas. 6 millones de indocumentados viven con la angustia de ser deportados, trabajan día y noche en EU. Pero hacen poco por hablar inglés profesional a diferencia de otros hispanos.

El tema a reflexionar es que estamos cerca de EU físicamente, pero nuestra mente está lejos. Eso aplica a todos los niveles, gobierno, empresarios y también a la comunidad. Por ejemplo, Barack Obama nunca había visitado México antes de ser presidente. ¿Quién tuvo la culpa? ¿Él, por no venir antes o los mexicanos por no acercarse desde que era una joven promesa en Chicago? Como lo mencioné en el artículo “Afroestadounidenses, vecinos más distantes” poco involucramos a los líderes afroamericanos y a sus empresarios. Otra prueba es que el turismo afroamericano prefiere ir al Caribe que a destinos mexicanos. Nos conformamos con invitar a texanos y californianos y si hablan español, mejor.

EU es un amigo celoso que demanda presencia total, México tiene que entenderlo. Las alianzas entre países, como los matrimonios, exigen cercanía diurna y nocturna. El presidente francés Emmanuel Macron ha visitado 16 veces Alemania y se ha encontrado con Angela Merkel más de una treintena de veces. Sería inocente pensar que los mexicanos nos vamos a acercar a EU si sólo les llamamos en navidad.


Otro elemento que los estadounidenses respetan en un país es la tecnología propia. Es confuso para ellos notar que mexicanos y la riqueza de sus empresas aparecen en la lista de la revista Forbes sin producir grandes avances tecnológicos. México ha sido el primer exportador mundial de teléfonos celulares y pantallas planas, mas no hay ningún celular de marca mexicana o una televisión nacional que figure. Lo más dramático aparece en la industria automotriz, donde los mexicanos llevan más de medio siglo produciendo autos y no hay siquiera un vehículo mexicano competitivo a nivel local. Corea sí se ha ganado ese respeto en los ojos de EU y con él, sus ventas de automóviles, electrónicos y tecnología coreana.

La educación sigue siendo un igualador entre personas y no es la excepción con los estadounidenses. Por esa razón la preparatoria en línea gratuita que ofrece la UNAM en EU ha sido tan bien recibida. La formación de habilidades es una autopista común para el futuro de ambas naciones. El estudio y contacto con otras culturas ayuda también a eliminar complejos y ser competitivos. Los informáticos indios triunfan en Reino Unido y así lo podrían hacer los mexicanos en EU. Inglés y computación avanzados son ahora credenciales más importantes que una licenciatura o ingeniería promedio.

Hablar inglés también significa respetar las reglas como lo hacen en EU Ninguna nación es perfecta y los estadounidenses no esperan que los mexicanos lo sean. Ahí, la comunidad mexicana en EU ha dado grandes pasos, respetan las instrucciones en el trabajo, las reglas de tránsito, organizan la basura y pagan impuestos. Han cambiado su imagen ante la policía, hasta el punto que policías de EU los han defendido con independencia de su estatus migratorio. Ése ha sido un buen ejercicio de los inmigrantes mexicanos, estudiar las reglas y seguirlas, usarlas y protegerse con ellas. La clave para ganarse a EU es aprender su juego.

El coloso del Norte tratará a México como socio en la medida en que los mexicanos se ganen ese respeto con éxito y resultados. Y esa fórmula aplica para todo el mundo, no sólo para América del Norte.

Asociado COMEXI



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