/ miércoles 11 de abril de 2018

Positivo y negativo de encuestas

Pensemos en algún tipo de infraestructura capaz de ocupar primeras planas en prensa o titulares en noticiarios de radio y televisión. Ejemplo de ello puede ser un puente, mismo que puede generar un importante impacto mediático por su construcción, aunque lamentablemente también puede hacerlo por su destrucción.

¿Cuál es el punto?, que si lo que se busca es simplemente destacar en medios e impactar a la sociedad, hay dos vías para ello principalmente, una es construir, lo que implica creatividad, trabajo, buena administración y otras cualidades, mientras que la otra vía es destruir, para lo que no se necesita, ni trabajar, ni tener creatividad, ni otras cuestiones similares, simplemente el deseo de destacar por la vía más fácil, sin tomar el largo camino del tiempo y esfuerzo que implica edificar.

Ahora que vivimos uno de los procesos electorales que habrán de generar un mayor impacto en la historia de México, tanto por el cargo de Presidente de la República, como por las nueve gubernaturas que habrán de renovarse, además de las cámaras de Diputados y Senadores que integran el Congreso de la Unión, es el momento de hacer un alto personal para ver a fondo las propuestas que nos son presentadas y determinar cuáles de ellas se dan en positivo y cuáles en negativo, ya que nuestra decisión puede impulsar a nuestro país a que se desarrolle más o bien a que tenga una involución que genere un rezago a nivel global, del que nos pudiera costar décadas de esfuerzo salir.

En estos días vemos tanto propuestas absurdas que llegan al extremo de ofrecer regalar un dinero que México no tiene, es decir que no son viables; por otra parte están quienes al no tener nada bueno que ofrecer, critican lo que ya está hecho, generando dividendos para nuestro país, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NACIM), cuyo potencial es el de generar hasta 450 mil empleos directos e indirectos, además de atraer importantes inversiones extranjeras y agilizar los traslados desde y hacia la capital de todos los mexicanos.

La sola construcción de la nueva terminal aérea, es un gran proyecto que como tal implica dificultades, por lo que debió ser planeado a más de diez años y contemplando diferentes etapas de funcionamiento, para lo que se requirieron los servicios de uno de los arquitectos más destacados en la materia a nivel mundial, Norman Foster. El aeropuerto fue contemplado en su proyecto inicial bajo la premisa de que México no se puede, ni debe, reinventar cada seis años, por lo que debería ser una obra transexenal.

Todo esto ahora se ha llegado a poner en duda, dado que uno de los candidatos presidenciales ha encontrado más fácil proponer cancelaciones, que nuevos proyectos, encontrando igual de redituable dar vuelta al pasado, que impulsar a México a un mejor porvenir.

Es por ello que en José Antonio Meade, podemos vislumbrar la mejor opción para encabezar el destino de México en la próxima administración presidencial, para lo que basta ver su experiencia de más de 20 años en el servicio público, caracterizada por una aportación permanente al desarrollo de nuestro país, impulsando proyectos que entre otras cosas han llevado a que tengamos el crecimiento más constante en América Latina en los años recientes, una de las razones por las que la inversión foránea ha crecido a niveles históricos en territorio mexicano.

Senadora del PRI

correo: yolandadelatorre@senado.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre

Pensemos en algún tipo de infraestructura capaz de ocupar primeras planas en prensa o titulares en noticiarios de radio y televisión. Ejemplo de ello puede ser un puente, mismo que puede generar un importante impacto mediático por su construcción, aunque lamentablemente también puede hacerlo por su destrucción.

¿Cuál es el punto?, que si lo que se busca es simplemente destacar en medios e impactar a la sociedad, hay dos vías para ello principalmente, una es construir, lo que implica creatividad, trabajo, buena administración y otras cualidades, mientras que la otra vía es destruir, para lo que no se necesita, ni trabajar, ni tener creatividad, ni otras cuestiones similares, simplemente el deseo de destacar por la vía más fácil, sin tomar el largo camino del tiempo y esfuerzo que implica edificar.

Ahora que vivimos uno de los procesos electorales que habrán de generar un mayor impacto en la historia de México, tanto por el cargo de Presidente de la República, como por las nueve gubernaturas que habrán de renovarse, además de las cámaras de Diputados y Senadores que integran el Congreso de la Unión, es el momento de hacer un alto personal para ver a fondo las propuestas que nos son presentadas y determinar cuáles de ellas se dan en positivo y cuáles en negativo, ya que nuestra decisión puede impulsar a nuestro país a que se desarrolle más o bien a que tenga una involución que genere un rezago a nivel global, del que nos pudiera costar décadas de esfuerzo salir.

En estos días vemos tanto propuestas absurdas que llegan al extremo de ofrecer regalar un dinero que México no tiene, es decir que no son viables; por otra parte están quienes al no tener nada bueno que ofrecer, critican lo que ya está hecho, generando dividendos para nuestro país, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NACIM), cuyo potencial es el de generar hasta 450 mil empleos directos e indirectos, además de atraer importantes inversiones extranjeras y agilizar los traslados desde y hacia la capital de todos los mexicanos.

La sola construcción de la nueva terminal aérea, es un gran proyecto que como tal implica dificultades, por lo que debió ser planeado a más de diez años y contemplando diferentes etapas de funcionamiento, para lo que se requirieron los servicios de uno de los arquitectos más destacados en la materia a nivel mundial, Norman Foster. El aeropuerto fue contemplado en su proyecto inicial bajo la premisa de que México no se puede, ni debe, reinventar cada seis años, por lo que debería ser una obra transexenal.

Todo esto ahora se ha llegado a poner en duda, dado que uno de los candidatos presidenciales ha encontrado más fácil proponer cancelaciones, que nuevos proyectos, encontrando igual de redituable dar vuelta al pasado, que impulsar a México a un mejor porvenir.

Es por ello que en José Antonio Meade, podemos vislumbrar la mejor opción para encabezar el destino de México en la próxima administración presidencial, para lo que basta ver su experiencia de más de 20 años en el servicio público, caracterizada por una aportación permanente al desarrollo de nuestro país, impulsando proyectos que entre otras cosas han llevado a que tengamos el crecimiento más constante en América Latina en los años recientes, una de las razones por las que la inversión foránea ha crecido a niveles históricos en territorio mexicano.

Senadora del PRI

correo: yolandadelatorre@senado.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre