/ lunes 6 de septiembre de 2021

Presupuesto sin rumbo

Este miércoles 8 de septiembre se presenta el Paquete Económico 2022 en la Cámara de Diputados. Como cada año habrá jaloneo para lograr asignar presupuesto a programas sociales, proyectos de inversión, pensiones, pago de la deuda y recursos a estados y municipios entre cientos de necesidades adicionales. El año pasado se aprobó un presupuesto inmune ante las necesidades de la pandemia, ahora todo parece indicar que el presupuesto perdió el rumbo.

El presupuesto de este año no destinó recursos adicionales para atenuar los efectos ocasionados por la pandemia en el sector salud o responder a las nuevas necesidades educativas derivadas de 53 semanas sin clases presenciales. Actualmente, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) a grandes rasgos está distribuido de la siguiente forma: recursos a estados y municipios 27%, pago de pensiones 27%, Pemex, CFE, IMSS e ISSSTE 23%, Gobierno federal 14% y pago de deuda 9%.

Aunque el presidente dijo que el presupuesto se aprueba en Palacio Nacional, en otras ocasiones se ha quejado de que no puede manejar el PEF a su antojo. Gran parte de los recursos ya están comprometidos y son obligaciones que no se pueden incumplir. Entonces, si el “espacio fiscal” que existe es poco, siempre habrá que priorizar las necesidades.

En el presupuesto de este año se volvió a apostar por los proyectos emblemáticos de esta administración. Los recursos a la Refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, el Aeropuerto de Santa Lucía y el Tren México – Toluca tuvieron en conjunto un incremento de 93% respecto a 2020. Por el contrario, los programas sociales únicamente tuvieron un incremento de 1.3%. A pesar de la crisis sanitaria, el gasto a la función de salud del IMSS y el ISSSTE se recortó en 1.5% y 1.8% respectivamente. Los recursos a la protección de derechos humanos y de combate a la corrupción también disminuyeron. Esas son las verdaderas prioridades del gobierno.

En días recientes el nuevo Secretario de Hacienda señaló que el PEF 2022 reflejaría recursos para programas sociales, proyectos emblemáticos y apoyos al sector energético, particularmente a Pemex. Además, se ha reiterado que no habrá más impuestos y no se contratará deuda pública, cuestiones que no son del todo ciertas. Siempre hay actualización de tarifas, tasas y reglas para el pago de impuestos, así como contratación de algún tipo de deuda pública. Pero eso no es lo más preocupante del Paquete Económico 2022.

Después de desaprovechar la oportunidad de realizar una reforma fiscal, lo único que queda es reasignar los recursos disponibles. El PEF 2022 tendría que enfocarse en tres aspectos clave: 1) la recuperación económica: falta un largo camino para recuperar la senda de crecimiento que se tenía desde el año 2010; 2) impulsar la inversión redituable: la inversión pública adecuadamente focalizada impulsa el desempeño económico, estimula la inversión del sector privado y aumenta la competitividad y; 3) enfrentar la pobreza de forma focalizada: de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza extrema en México aumentó en 2.1 millones de personas entre 2018 y 2020.

En este caso los adjetivos sí importan. De nada sirve que se destinen más recursos públicos a los mismos programas sociales si quedó demostrado que no llegan a los más pobres y llegan a menos personas. Es un desperdicio destinar miles de millones de pesos a proyectos de inversión que no sean sostenibles o sean más costosos que los beneficios a la población. Poco ayuda rescatar cada año a Pemex cuando no hay reforma de fondo ni apoyos a otros sectores como el turismo o la manufactura.

Pronto veremos cuáles son del dicho al presupuesto las verdaderas prioridades de nuestros gobernantes. Por lo pronto, al menos en discurso, el Paquete Económico 2022 perdió el rumbo.


Coordinador de Gobierno y finanzas del IMCO. Las opiniones expresadas en esta columna son personales y no reflejan la postura institucional.

@ManuGuadarrama

Este miércoles 8 de septiembre se presenta el Paquete Económico 2022 en la Cámara de Diputados. Como cada año habrá jaloneo para lograr asignar presupuesto a programas sociales, proyectos de inversión, pensiones, pago de la deuda y recursos a estados y municipios entre cientos de necesidades adicionales. El año pasado se aprobó un presupuesto inmune ante las necesidades de la pandemia, ahora todo parece indicar que el presupuesto perdió el rumbo.

El presupuesto de este año no destinó recursos adicionales para atenuar los efectos ocasionados por la pandemia en el sector salud o responder a las nuevas necesidades educativas derivadas de 53 semanas sin clases presenciales. Actualmente, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) a grandes rasgos está distribuido de la siguiente forma: recursos a estados y municipios 27%, pago de pensiones 27%, Pemex, CFE, IMSS e ISSSTE 23%, Gobierno federal 14% y pago de deuda 9%.

Aunque el presidente dijo que el presupuesto se aprueba en Palacio Nacional, en otras ocasiones se ha quejado de que no puede manejar el PEF a su antojo. Gran parte de los recursos ya están comprometidos y son obligaciones que no se pueden incumplir. Entonces, si el “espacio fiscal” que existe es poco, siempre habrá que priorizar las necesidades.

En el presupuesto de este año se volvió a apostar por los proyectos emblemáticos de esta administración. Los recursos a la Refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, el Aeropuerto de Santa Lucía y el Tren México – Toluca tuvieron en conjunto un incremento de 93% respecto a 2020. Por el contrario, los programas sociales únicamente tuvieron un incremento de 1.3%. A pesar de la crisis sanitaria, el gasto a la función de salud del IMSS y el ISSSTE se recortó en 1.5% y 1.8% respectivamente. Los recursos a la protección de derechos humanos y de combate a la corrupción también disminuyeron. Esas son las verdaderas prioridades del gobierno.

En días recientes el nuevo Secretario de Hacienda señaló que el PEF 2022 reflejaría recursos para programas sociales, proyectos emblemáticos y apoyos al sector energético, particularmente a Pemex. Además, se ha reiterado que no habrá más impuestos y no se contratará deuda pública, cuestiones que no son del todo ciertas. Siempre hay actualización de tarifas, tasas y reglas para el pago de impuestos, así como contratación de algún tipo de deuda pública. Pero eso no es lo más preocupante del Paquete Económico 2022.

Después de desaprovechar la oportunidad de realizar una reforma fiscal, lo único que queda es reasignar los recursos disponibles. El PEF 2022 tendría que enfocarse en tres aspectos clave: 1) la recuperación económica: falta un largo camino para recuperar la senda de crecimiento que se tenía desde el año 2010; 2) impulsar la inversión redituable: la inversión pública adecuadamente focalizada impulsa el desempeño económico, estimula la inversión del sector privado y aumenta la competitividad y; 3) enfrentar la pobreza de forma focalizada: de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza extrema en México aumentó en 2.1 millones de personas entre 2018 y 2020.

En este caso los adjetivos sí importan. De nada sirve que se destinen más recursos públicos a los mismos programas sociales si quedó demostrado que no llegan a los más pobres y llegan a menos personas. Es un desperdicio destinar miles de millones de pesos a proyectos de inversión que no sean sostenibles o sean más costosos que los beneficios a la población. Poco ayuda rescatar cada año a Pemex cuando no hay reforma de fondo ni apoyos a otros sectores como el turismo o la manufactura.

Pronto veremos cuáles son del dicho al presupuesto las verdaderas prioridades de nuestros gobernantes. Por lo pronto, al menos en discurso, el Paquete Económico 2022 perdió el rumbo.


Coordinador de Gobierno y finanzas del IMCO. Las opiniones expresadas en esta columna son personales y no reflejan la postura institucional.

@ManuGuadarrama