/ sábado 2 de marzo de 2019

PRI: 90 años  ¿que festeja?

Con la peor debacle electoral a cuestas, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) conmemorará este lunes su 90 aniversario, para luego poner en marcha el proceso de la renovación de su dirigencia nacional, con la que habrá de enfrentar el reto no sólo de recuperar a las bases, sino también lograr su supervivencia como instituto político en las elecciones intermedias del 2021, frente a la creciente y arrolladora fuerza de Morena.

En los comicios del 1 de julio del año pasado, el PRI lo perdió casi todo: la Presidencia de la República, la mayoría en el Congreso de la Unión, dos de los 14 estados que gobernaba (Jalisco y Yucatán), un centenar de municipios y la mayoría en los Congresos estatales.

Ni cuando perdió por primera vez la Presidencia con Francisco Labastida Ochoa, en el 2000, ni después en 2006 con Roberto Madrazo, había experimentado una severa crisis como la que ahora enfrenta, a pesar de que con el tabasqueño cayó a la tercera fuerza política del país. Sus bancadas se redujeron, en ese entonces, de 222 a 106 en la Cámara de Diputados, y de 57 a 33 en el Senado.

Para el 2012, el tricolor retomó fuerza con la figura de Enrique Peña Nieto, quien con su carisma más que con su talento, se había logrado posicionar de amplia forma en las preferencias electorales, que a la postre llevaron al partido a recuperar la Presidencia de la República y su hegemonía en el Congreso federal.

En la elección pasada los resultados no fueron malos, sino desastrosos, atribuidos, en parte, al arribo de la tecnocracia a la dirigencia del partido, que propició el alejamiento de las bases y un candidato presidencial externo, José Antonio Meade,quien registró la votación más baja en la historia del PRI: 9.2 millones de votos (16.4 por ciento), y por si fuera poco en la Cámara de Diputados apenas lograron 45 curules y en la de Senadores 15 escaños, y prácticamente fue borrado en congresos estatales.

Las voces al interior del partido claman un cambio, una renovación que inicie con la elección del nuevo presidente del CEN, y de cerrar ya el paso a los llamados “dinos” a esos que ya son Gobernadores o ya fueron Gobernadores, Secretarios de estado tienen que e impulsar a personajes con sangre nueva y fresca,para que el proceso sea creíble ya que si no sería una farsa más y además de evitar que el partido vuelva a ser secuestrado por una élite con poca identidad partidista, como la que impuso al ahora diputado Enrique Ochoa, Aurelio Niño, luis Videgaray y Enrique Peña Nieto. Hay les va un dato quien puede ser excelente presidente es el exsenador Enrique Burgos García, Héctor Yuñez Landa o Ernesto Gandara.

www.hectormunoz.com.mx

Twitter @hector munoz

Instagram jhectormunoz

Facebook Héctor Muñoz


Con la peor debacle electoral a cuestas, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) conmemorará este lunes su 90 aniversario, para luego poner en marcha el proceso de la renovación de su dirigencia nacional, con la que habrá de enfrentar el reto no sólo de recuperar a las bases, sino también lograr su supervivencia como instituto político en las elecciones intermedias del 2021, frente a la creciente y arrolladora fuerza de Morena.

En los comicios del 1 de julio del año pasado, el PRI lo perdió casi todo: la Presidencia de la República, la mayoría en el Congreso de la Unión, dos de los 14 estados que gobernaba (Jalisco y Yucatán), un centenar de municipios y la mayoría en los Congresos estatales.

Ni cuando perdió por primera vez la Presidencia con Francisco Labastida Ochoa, en el 2000, ni después en 2006 con Roberto Madrazo, había experimentado una severa crisis como la que ahora enfrenta, a pesar de que con el tabasqueño cayó a la tercera fuerza política del país. Sus bancadas se redujeron, en ese entonces, de 222 a 106 en la Cámara de Diputados, y de 57 a 33 en el Senado.

Para el 2012, el tricolor retomó fuerza con la figura de Enrique Peña Nieto, quien con su carisma más que con su talento, se había logrado posicionar de amplia forma en las preferencias electorales, que a la postre llevaron al partido a recuperar la Presidencia de la República y su hegemonía en el Congreso federal.

En la elección pasada los resultados no fueron malos, sino desastrosos, atribuidos, en parte, al arribo de la tecnocracia a la dirigencia del partido, que propició el alejamiento de las bases y un candidato presidencial externo, José Antonio Meade,quien registró la votación más baja en la historia del PRI: 9.2 millones de votos (16.4 por ciento), y por si fuera poco en la Cámara de Diputados apenas lograron 45 curules y en la de Senadores 15 escaños, y prácticamente fue borrado en congresos estatales.

Las voces al interior del partido claman un cambio, una renovación que inicie con la elección del nuevo presidente del CEN, y de cerrar ya el paso a los llamados “dinos” a esos que ya son Gobernadores o ya fueron Gobernadores, Secretarios de estado tienen que e impulsar a personajes con sangre nueva y fresca,para que el proceso sea creíble ya que si no sería una farsa más y además de evitar que el partido vuelva a ser secuestrado por una élite con poca identidad partidista, como la que impuso al ahora diputado Enrique Ochoa, Aurelio Niño, luis Videgaray y Enrique Peña Nieto. Hay les va un dato quien puede ser excelente presidente es el exsenador Enrique Burgos García, Héctor Yuñez Landa o Ernesto Gandara.

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