/ domingo 7 de julio de 2019

Primero…los otros

Uno de los elementos más importantes para los analistas económicos, políticos y sociales en el mundo, es la geopolítica, ya que es a partir de esta que podemos tener indicios de las posibilidades de desarrollo de los países. Incluso, desde hace cientos de años, el aspecto geopolítico era determinante para avanzar y formar alianzas o acuerdos entre las naciones. El comercio, la colonización e incluso las guerras, cuentan con este componente como factor determinante del futuro de los eventos históricos.

En el caso de México vivimos una dualidad propiamente dicha por los expertos en materia de relaciones internacionales y comerciales. Lo curioso es que esa dualidad se da respecto a una misma relación: la que llevamos con los Estados Unidos de América. Y es que si bien es cierto que el ser vecinos genera una amplitud de ventajas de intercambio comercial, el aspecto social, entendido como la migración, tiene aspectos sumamente complejos y de confrontación.

Nada menos, en las últimas semanas tuvimos noticia de una serie de tensiones que obligaban a nuestro país a contener el flujo migratorio procedente de Centroamérica sobretodo, de lo contrario, nuestro vecino del norte impondría una serie de aranceles que lastimaría severamente ambas economías; ello a pesar de que el Presidente Trump asegurara que esa medida sólo afectaría a nuestro país y no al suyo.

En un acto de entreguismo absoluto y de desconocimiento en materia de relaciones exteriores, ofrecimos lo imposible y nos convertimos en el muro que tanto quería Trump. De entre muchos otros disparates (de los cuales aún no nos enteramos plenamente), se convino que México utilizara la recién creada Guardia Nacional (creada supuestamente para abatir los altos índices de inseguridad) para evitar que migrantes centroamericanos llegaran a la frontera norte con EUA.

Ya con la implementación de estos actos lastimosos de Derechos Humanos, se desplegaron efectivos para evitar el paso, lo cual tampoco ha sido insuficiente, ya que el flujo prevalece.

En gobiernos anteriores, atentos a la realidad del enorme flujo migratorio, se fijaron programas de apoyo temporal de migrantes pero apuntando a que regresen a sus países de origen con dignidad. Se les ha dado empleo temporal, atención médica, atención educativa a los menores y creación de albergues temporales.

Hoy la política, por increíble que parezca, es otra. En momentos de contracción económica en nuestro país ocasionada por la administración actual y a tan sólo unos días de que el IMSS informara que la generación del empleo formal cayó en mayo en un 88 por ciento, se anunció que se crearían 40 mil empleos…pero para migrantes.

El desdén del gobierno actual para sus connacionales es supino y cínico. Hoy, cuando más se necesita de un gobierno firme que genere oportunidades, prefiere quedar bien con el gobierno estadounidense en detrimento de las y los mexicanos. Apenas al gobierno salvadoreño le regalaron 570 millones de pesos y ahora se crean empleos para extranjeros.

En un momento donde no hay empleo, no hay medicinas, no hay estancias, no hay apoyo a la cultura, no hay apoyo al deporte, no hay proyectos serios de infraestructura, no se obtienen inversiones extranjeras, es decir, en un momento álgido, se prefiere proteger a quien ni siquiera forma parte de las políticas públicas de este país.

Uno de los elementos más importantes para los analistas económicos, políticos y sociales en el mundo, es la geopolítica, ya que es a partir de esta que podemos tener indicios de las posibilidades de desarrollo de los países. Incluso, desde hace cientos de años, el aspecto geopolítico era determinante para avanzar y formar alianzas o acuerdos entre las naciones. El comercio, la colonización e incluso las guerras, cuentan con este componente como factor determinante del futuro de los eventos históricos.

En el caso de México vivimos una dualidad propiamente dicha por los expertos en materia de relaciones internacionales y comerciales. Lo curioso es que esa dualidad se da respecto a una misma relación: la que llevamos con los Estados Unidos de América. Y es que si bien es cierto que el ser vecinos genera una amplitud de ventajas de intercambio comercial, el aspecto social, entendido como la migración, tiene aspectos sumamente complejos y de confrontación.

Nada menos, en las últimas semanas tuvimos noticia de una serie de tensiones que obligaban a nuestro país a contener el flujo migratorio procedente de Centroamérica sobretodo, de lo contrario, nuestro vecino del norte impondría una serie de aranceles que lastimaría severamente ambas economías; ello a pesar de que el Presidente Trump asegurara que esa medida sólo afectaría a nuestro país y no al suyo.

En un acto de entreguismo absoluto y de desconocimiento en materia de relaciones exteriores, ofrecimos lo imposible y nos convertimos en el muro que tanto quería Trump. De entre muchos otros disparates (de los cuales aún no nos enteramos plenamente), se convino que México utilizara la recién creada Guardia Nacional (creada supuestamente para abatir los altos índices de inseguridad) para evitar que migrantes centroamericanos llegaran a la frontera norte con EUA.

Ya con la implementación de estos actos lastimosos de Derechos Humanos, se desplegaron efectivos para evitar el paso, lo cual tampoco ha sido insuficiente, ya que el flujo prevalece.

En gobiernos anteriores, atentos a la realidad del enorme flujo migratorio, se fijaron programas de apoyo temporal de migrantes pero apuntando a que regresen a sus países de origen con dignidad. Se les ha dado empleo temporal, atención médica, atención educativa a los menores y creación de albergues temporales.

Hoy la política, por increíble que parezca, es otra. En momentos de contracción económica en nuestro país ocasionada por la administración actual y a tan sólo unos días de que el IMSS informara que la generación del empleo formal cayó en mayo en un 88 por ciento, se anunció que se crearían 40 mil empleos…pero para migrantes.

El desdén del gobierno actual para sus connacionales es supino y cínico. Hoy, cuando más se necesita de un gobierno firme que genere oportunidades, prefiere quedar bien con el gobierno estadounidense en detrimento de las y los mexicanos. Apenas al gobierno salvadoreño le regalaron 570 millones de pesos y ahora se crean empleos para extranjeros.

En un momento donde no hay empleo, no hay medicinas, no hay estancias, no hay apoyo a la cultura, no hay apoyo al deporte, no hay proyectos serios de infraestructura, no se obtienen inversiones extranjeras, es decir, en un momento álgido, se prefiere proteger a quien ni siquiera forma parte de las políticas públicas de este país.