/ lunes 28 de octubre de 2024

Producir seguridad para Norteamérica

por Jesús Isaac Flores Castillo *

Por décadas, México, Estados Unidos y Canadá han pasado de comerciar entre ellos a producir bienes de manera conjunta y esa realidad hace del hemisferio una región más segura.La confiabilidad y la consecuente predictibilidad de las cadenas de suministro en industrias locales permiten alcanzar niveles de eficiencia que se traducen en precios más competitivos para los consumidores,pero también en empleos atractivos a trabajadores desde Anchorage, pasando por Vancouver, hasta Chetumal.

El dinamismo económico en la mega región del desierto de Sonora es un ejemplo de los alcances del comercio bilateral bien institucionalizado, donde sus efectos positivos son apreciados por la sociedaden ambos lados de la frontera, creando ecosistemas de negocios donde el sector privado, el gobierno y la academia construyen sinergias para la prosperidad común. La reciente renovación del liderazgo de la comisión Arizona-México, un órgano híbrido con miembros designados por el gobierno del estado, en consulta con el sector privado regional, es testimonio de la importancia estratégica de los intercambios económicos en una región que tiene el potencial de convertirse en motor del continente.

A pesar del fanatismo electoral antinmigrante y el toxicidad política de los acuerdos comerciales en Estados Unidos, México es el principal mercado para los productos de Arizona, con un comercio sofisticado que va desde el mineral de cobre hasta componentes de aeronaves, ordenadores y circuitos integrados, todo lo anterior es importado por empresas localizadas en México, como las del clúster tecnológico alrededor de Guadalajara o lasque generan bienes intermedios para Boeing y Airbus en Querétaro. Igualmente, la flamante industria de semiconductores recientemente establecida en Arizona, que recibe apoyos federales como parte de una política industrial diseñada para disminuir la dependencia de proveedores geopolíticamente inestables, genera encadenamientos que impulsan la capacitación de ingenieros en ambos países para especializarse en dos de las tres fases del proceso de producción de semiconductores: la manufactura y el ensamble.

La empresa insignia del ramo de semiconductores (algunos dirían de importancia sistémica) la taiwanesa TSMC mudó parte de sus operaciones a Arizonapara diversificar el riesgo que implica su cercanía con China. Esta estrategiano es reflejo de una preocupación subyacente por el dominio del mercado o una guerra de aranceles, es un asunto de seguridad nacional. Los microchips son fundamentales para la industria de defensa y para tecnologías que cambiarán la economía mundial, como las computadoras cuánticas. México, además de consolidar su liderazgo como socio comercial de Estados Unidos, puede convertirse en un aliado indispensable garantizando la seguridad en el suministro de insumos estratégicos.

La competitividad comercial de la región genera incentivos que permean en la estabilidad social y el mejoramiento del capital humano (algo que no se genera súbitamente) ambos factores producen, a su vez, seguridad internacional de largo plazoal hacer más flexibles y resilientes aquellas cadenas de suministro vitales en el contexto geopolítico actual.

* Es doctorante en el programa de Seguridad Internacional de la Universidad Anáhuac México. Sígalo en @jeshuaitzhak

por Jesús Isaac Flores Castillo *

Por décadas, México, Estados Unidos y Canadá han pasado de comerciar entre ellos a producir bienes de manera conjunta y esa realidad hace del hemisferio una región más segura.La confiabilidad y la consecuente predictibilidad de las cadenas de suministro en industrias locales permiten alcanzar niveles de eficiencia que se traducen en precios más competitivos para los consumidores,pero también en empleos atractivos a trabajadores desde Anchorage, pasando por Vancouver, hasta Chetumal.

El dinamismo económico en la mega región del desierto de Sonora es un ejemplo de los alcances del comercio bilateral bien institucionalizado, donde sus efectos positivos son apreciados por la sociedaden ambos lados de la frontera, creando ecosistemas de negocios donde el sector privado, el gobierno y la academia construyen sinergias para la prosperidad común. La reciente renovación del liderazgo de la comisión Arizona-México, un órgano híbrido con miembros designados por el gobierno del estado, en consulta con el sector privado regional, es testimonio de la importancia estratégica de los intercambios económicos en una región que tiene el potencial de convertirse en motor del continente.

A pesar del fanatismo electoral antinmigrante y el toxicidad política de los acuerdos comerciales en Estados Unidos, México es el principal mercado para los productos de Arizona, con un comercio sofisticado que va desde el mineral de cobre hasta componentes de aeronaves, ordenadores y circuitos integrados, todo lo anterior es importado por empresas localizadas en México, como las del clúster tecnológico alrededor de Guadalajara o lasque generan bienes intermedios para Boeing y Airbus en Querétaro. Igualmente, la flamante industria de semiconductores recientemente establecida en Arizona, que recibe apoyos federales como parte de una política industrial diseñada para disminuir la dependencia de proveedores geopolíticamente inestables, genera encadenamientos que impulsan la capacitación de ingenieros en ambos países para especializarse en dos de las tres fases del proceso de producción de semiconductores: la manufactura y el ensamble.

La empresa insignia del ramo de semiconductores (algunos dirían de importancia sistémica) la taiwanesa TSMC mudó parte de sus operaciones a Arizonapara diversificar el riesgo que implica su cercanía con China. Esta estrategiano es reflejo de una preocupación subyacente por el dominio del mercado o una guerra de aranceles, es un asunto de seguridad nacional. Los microchips son fundamentales para la industria de defensa y para tecnologías que cambiarán la economía mundial, como las computadoras cuánticas. México, además de consolidar su liderazgo como socio comercial de Estados Unidos, puede convertirse en un aliado indispensable garantizando la seguridad en el suministro de insumos estratégicos.

La competitividad comercial de la región genera incentivos que permean en la estabilidad social y el mejoramiento del capital humano (algo que no se genera súbitamente) ambos factores producen, a su vez, seguridad internacional de largo plazoal hacer más flexibles y resilientes aquellas cadenas de suministro vitales en el contexto geopolítico actual.

* Es doctorante en el programa de Seguridad Internacional de la Universidad Anáhuac México. Sígalo en @jeshuaitzhak