/ jueves 2 de julio de 2020

Promesas vacías

La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo.

Platón


La rebelión electoral. A dos años de que 30 millones de electores decidieron votar por el candidato Andrés Manuel Lopez Obrador, resumamos los ejes del éxito en sus promesas de campaña:

El acumulado hastío colectivo frente a la corrupción, la ineptitud y el cinismo; su discurso democrático-radical contra el abuso del poder era música agradable en un ambiente intoxicado; sus desplantes verbales ante el número y excesos del Estado Mayor Presidencial explotaban los ánimos vengativos de compatriotas inermes; la anunciada negativa de vivir en Los Pinos mostraba a un candidato que derramaba humildad y que se oponía a los derroches; el airado reclamó a Trump por sus discursos racistas y la solidaridad con los migrantes centroamericanos sonaban dignos ante la sumisión de Calderón y Peña; las promesas de bienestar social para las masas empobrecidas trajeron esperanza a los estamentos pauperizados y la pequeña burguesía proletarizada; su insistencia de regresar a las fuerzas armadas a los cuarteles era un claro contraste ante la rutina castrense dominante y violenta; y, sus virulentos cuestionamientos a la “minoría rapaz” hasta parecían posturas de izquierda, que pronosticaban una lucha contra la desigualdad.


En el ejercicio del poder. ¿Qué resultados tenemos, bajo éstas premisas y promesas en la gestión de AMLO? Más allá de sus cambios de celofán, nada. En cambio, tenemos una economía en decrecimiento; programas asistencialistas que perpetúan la pobreza, que abogan más a cooptar que a enfrentar las raíces de las exclusiones; aumento de los homicidios dolosos y consolidación de los cárteles del narcotráfico; las fuerzas castrenses legales y legitimadas en labores de seguridad pública; sumisión frente a Trump y el abandonó y represión a migrantes; alianzas con la “minoría rapaz”, ahora convertidos en sus asesores; notable incapacidad para entender las demandas feministas y reproducción de posturas patriarcales; un presidente más radical contra sus críticos que contra la criminalidad organizada; desprecio a la cultura y a la ciencia; 78.5% de adjudicaciones directas, en contravención al articulo 134 constitucional que establece que ese mecanismo sólo puede ser utilizado excepcionalmente, en 2019 (Casar/Carrasco, Nexos, Núm. 510); Y, ahora frente a la pandemia, mantiene rígidamente su política clientelar, sin atender la nueva realidad y el nuevo ejército de pobres, desempleados y pequeños empresarios quebrados.


Epílogo. La pregunta pertinente es: ¿qué carajos festejan AMLO y sus feligreses? No se trata únicamente de reproducir los añejos reflejos del presidencialismo infalible, se deben ubicar los contrastes entre lo que se promete y se cumple. El debate de los asuntos publicos no puede eclipsarse con frases huecas y primitivas.

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter: @pedro_penaloz

La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo.

Platón


La rebelión electoral. A dos años de que 30 millones de electores decidieron votar por el candidato Andrés Manuel Lopez Obrador, resumamos los ejes del éxito en sus promesas de campaña:

El acumulado hastío colectivo frente a la corrupción, la ineptitud y el cinismo; su discurso democrático-radical contra el abuso del poder era música agradable en un ambiente intoxicado; sus desplantes verbales ante el número y excesos del Estado Mayor Presidencial explotaban los ánimos vengativos de compatriotas inermes; la anunciada negativa de vivir en Los Pinos mostraba a un candidato que derramaba humildad y que se oponía a los derroches; el airado reclamó a Trump por sus discursos racistas y la solidaridad con los migrantes centroamericanos sonaban dignos ante la sumisión de Calderón y Peña; las promesas de bienestar social para las masas empobrecidas trajeron esperanza a los estamentos pauperizados y la pequeña burguesía proletarizada; su insistencia de regresar a las fuerzas armadas a los cuarteles era un claro contraste ante la rutina castrense dominante y violenta; y, sus virulentos cuestionamientos a la “minoría rapaz” hasta parecían posturas de izquierda, que pronosticaban una lucha contra la desigualdad.


En el ejercicio del poder. ¿Qué resultados tenemos, bajo éstas premisas y promesas en la gestión de AMLO? Más allá de sus cambios de celofán, nada. En cambio, tenemos una economía en decrecimiento; programas asistencialistas que perpetúan la pobreza, que abogan más a cooptar que a enfrentar las raíces de las exclusiones; aumento de los homicidios dolosos y consolidación de los cárteles del narcotráfico; las fuerzas castrenses legales y legitimadas en labores de seguridad pública; sumisión frente a Trump y el abandonó y represión a migrantes; alianzas con la “minoría rapaz”, ahora convertidos en sus asesores; notable incapacidad para entender las demandas feministas y reproducción de posturas patriarcales; un presidente más radical contra sus críticos que contra la criminalidad organizada; desprecio a la cultura y a la ciencia; 78.5% de adjudicaciones directas, en contravención al articulo 134 constitucional que establece que ese mecanismo sólo puede ser utilizado excepcionalmente, en 2019 (Casar/Carrasco, Nexos, Núm. 510); Y, ahora frente a la pandemia, mantiene rígidamente su política clientelar, sin atender la nueva realidad y el nuevo ejército de pobres, desempleados y pequeños empresarios quebrados.


Epílogo. La pregunta pertinente es: ¿qué carajos festejan AMLO y sus feligreses? No se trata únicamente de reproducir los añejos reflejos del presidencialismo infalible, se deben ubicar los contrastes entre lo que se promete y se cumple. El debate de los asuntos publicos no puede eclipsarse con frases huecas y primitivas.

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter: @pedro_penaloz

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