/ lunes 25 de abril de 2022

Propósitos de las reformas

Diversos líderes de la cuarta transformación anunciaron la inminente presentación de iniciativas presidenciales sobre las posibles reformas estratégicas del oficialismo, en materia de guardia nacional y electoral. Ambos temas obligan a preguntarnos sobre su intencionalidad y sus efectos en el tablero político. El desenlace de la deliberación cameral respecto de la fallida reforma eléctrica nos acerca elementos para el análisis, más allá del lamentable espectáculo ofrecido por la fracción parlamentaria mayoritaria, que busca anular y descalificar a la oposición por todos los medios a su alcance.

Más allá del discurso donde el presidente se asume como la encarnación de la democracia y del pueblo mismo, la estrategia desarrollada en torno a las reformas busca romper al bloque opositor, fracturarlo de manera definitiva y, de paso, ampliar las posibilidades de control presidencial. A ello obedecen los llamados constantes para que los legisladores priistas se rebelen, sigan el ideario de López Mateos y no `traicionen a la patria´, que hasta el momento pareciera que no han dado resultados para su causa.

Al contrario, cada episodio es pretexto ideal para abonar a los propósitos del movimiento. Basta revisar las reacciones en la mañanera del lunes pasado, donde el primer mandatario arremetió en contra de los opositores y arengó a los electores para que revisen cómo votan, para que vean los resultados de elegir a los contrarios de la cuarta transformación y los sometan al juicio de la historia y de las urnas futuras. No importa que esas menciones aunadas a la constante difusión de logros de gobierno vulneren, de nuevo, reiterada y sistemáticamente las prohibiciones constitucionales de los servidores públicos para no intervenir en las campañas.

Los niveles de violencia registrada en San Lázaro han desencadenado una campaña inaceptable de odio en contra de quienes no convergen con los postulados de la cuarta transformación y se atreven a desafiar los designios presidenciales. Colocar fotos de legisladoras y legisladores en redes sociales y portales con la leyenda `traidor a la patria´ atenta contra de su seguridad y la de sus familias. Vamos a ver qué efecto tiene la denuncia presentada ante la FGR de Gertz Manero por integrantes de la alianza `Va por México´, en contra de AMLO, Citlalli Hernández y Mario Delgado.

Los propósitos son evidentes. El presidente busca mantener la cohesión interna de un movimiento construido sobre la marcha, ahí hay de todo y de todos los orígenes y hay que mantenerlo con la mira puesta en el 2024. Para eso hay que desmoronar a los adversarios y a las instituciones que han tenido la osadía de oponerse a sus designios, no importa si el pretexto es la consulta popular, la revocación del mandato o cualesquiera de las deliberaciones por las reformas.

El presidente sabe que el respaldo popular lo tiene él y que no se traslada en automático o por arte de magia, al partido o a sus candidatos, hay muchos puntos de diferencia cuando las popularidades se miden por separado. Así que las contiendas internas debilitan, lo mismo que la ineficacia de diversos dirigentes que no apoyan la construcción de acuerdos y que creen que el tren en marcha desde palacio nacional resolverá todo. De ahí la postura de Ricardo Monreal sobre la campaña de desprestigio y de odio en contra de los legisladores que rechazaron la reforma eléctrica, pero como todo es pago por evento vamos a ver el desenlace de las dos reformas estratégicas pendientes.

*Profesor en UNAM y UP. Especialista en materia electoral.

@MarcoBaños

Diversos líderes de la cuarta transformación anunciaron la inminente presentación de iniciativas presidenciales sobre las posibles reformas estratégicas del oficialismo, en materia de guardia nacional y electoral. Ambos temas obligan a preguntarnos sobre su intencionalidad y sus efectos en el tablero político. El desenlace de la deliberación cameral respecto de la fallida reforma eléctrica nos acerca elementos para el análisis, más allá del lamentable espectáculo ofrecido por la fracción parlamentaria mayoritaria, que busca anular y descalificar a la oposición por todos los medios a su alcance.

Más allá del discurso donde el presidente se asume como la encarnación de la democracia y del pueblo mismo, la estrategia desarrollada en torno a las reformas busca romper al bloque opositor, fracturarlo de manera definitiva y, de paso, ampliar las posibilidades de control presidencial. A ello obedecen los llamados constantes para que los legisladores priistas se rebelen, sigan el ideario de López Mateos y no `traicionen a la patria´, que hasta el momento pareciera que no han dado resultados para su causa.

Al contrario, cada episodio es pretexto ideal para abonar a los propósitos del movimiento. Basta revisar las reacciones en la mañanera del lunes pasado, donde el primer mandatario arremetió en contra de los opositores y arengó a los electores para que revisen cómo votan, para que vean los resultados de elegir a los contrarios de la cuarta transformación y los sometan al juicio de la historia y de las urnas futuras. No importa que esas menciones aunadas a la constante difusión de logros de gobierno vulneren, de nuevo, reiterada y sistemáticamente las prohibiciones constitucionales de los servidores públicos para no intervenir en las campañas.

Los niveles de violencia registrada en San Lázaro han desencadenado una campaña inaceptable de odio en contra de quienes no convergen con los postulados de la cuarta transformación y se atreven a desafiar los designios presidenciales. Colocar fotos de legisladoras y legisladores en redes sociales y portales con la leyenda `traidor a la patria´ atenta contra de su seguridad y la de sus familias. Vamos a ver qué efecto tiene la denuncia presentada ante la FGR de Gertz Manero por integrantes de la alianza `Va por México´, en contra de AMLO, Citlalli Hernández y Mario Delgado.

Los propósitos son evidentes. El presidente busca mantener la cohesión interna de un movimiento construido sobre la marcha, ahí hay de todo y de todos los orígenes y hay que mantenerlo con la mira puesta en el 2024. Para eso hay que desmoronar a los adversarios y a las instituciones que han tenido la osadía de oponerse a sus designios, no importa si el pretexto es la consulta popular, la revocación del mandato o cualesquiera de las deliberaciones por las reformas.

El presidente sabe que el respaldo popular lo tiene él y que no se traslada en automático o por arte de magia, al partido o a sus candidatos, hay muchos puntos de diferencia cuando las popularidades se miden por separado. Así que las contiendas internas debilitan, lo mismo que la ineficacia de diversos dirigentes que no apoyan la construcción de acuerdos y que creen que el tren en marcha desde palacio nacional resolverá todo. De ahí la postura de Ricardo Monreal sobre la campaña de desprestigio y de odio en contra de los legisladores que rechazaron la reforma eléctrica, pero como todo es pago por evento vamos a ver el desenlace de las dos reformas estratégicas pendientes.

*Profesor en UNAM y UP. Especialista en materia electoral.

@MarcoBaños