/ sábado 7 de abril de 2018

Prosa

Francisco Zarco publicó en El Siglo XIX del 21 de agosto de 1862, que la lucha por la independencia la libró el pueblo mexicano sin ayuda alguna. “Solos mantuvimos la insurrección durante once años. Solos salvaremos nuestra autonomía, nuestro nombre…ya no hay conquistas que puedan extinguir las nacionalidades que defienden sus derechos a existir.”

El 1 de septiembre de 1918 Venustiano Carranza en su informe al Congreso de la Unión precisó: “Las directrices de nuestra política internacional son pocas, claras y sencillas: ningún país debe inmiscuirse en los asuntos interiores de otro. Todos deben someterse estrictamente y sin excepciones al principio universal de no intervención.Ningún individuo debe pretender situación mejor que la de los ciudadanos del país a donde va a establecerse, ni hacer de su calidad de extranjero un título de privilegio.”

Lázaro Cárdenas fundamentó en la Constitución Mexicana la nueva Legislación Agraria, “la más urgente de las medidas para asegurar estabilidad social y económica, y “México para alcanzarla considera justa “la ocupación de las tierras, reconociendo en favor de sus propietarios la obligación de indemnizarlos, si bien el pago tenga que ser demorado…” García Cantú explica que la expropiación petrolera reafirmó el principio esencial de Carranza respecto de los derechos de los extranjeros en México. Y recuerda: “Los pueblos ingenuos, los reciben como extranjeros y les guardan consideraciones que sobrepasan los límites del respeto…y deslindan las propiedades que adquieren con una ficción de extraterritorialidad, para obtener una extensión de sus linderos y por ende de su particular soberanía.”

Porfirio Díaz modificó la Constitución del 57 para permitir paso franco de tropas estadunidenses para que exterminaran a los seris, los rarámauris (tarahumaras) y los mayos.Trump ignora que The Bracero Program fue propuesto por el presidente Franklin Roosevelt al presidente Lázaro Cárdenas. Millones de trabajadores agrícolas mexicanos atravesarían la frontera para suplir a los 6 u 8 millones de jóvenes estadounidenses que serían enviados a los frentes de batalla europeos. A partir de entonces la frontera se hizo “porosa”. Los jornaleros mexicanos la atravesaban, y allí comenzaba su calvario. Percibían raquíticos jornales y vivían en inhóspitos galerones.Nunca se les dio buen trato humano. Inicialmente contrataron unos 60 mil campesinos mexicanos. Y las autoridades estadunidenses dejaron la frontera discretamente entreabierta para que la atravesaran con facilidad los braceros. Así acrecentaron sus ingresos los rancheros sureños. El convenio no solo fue lesivo para los trabajadores mexicanos sino que fue violado por los encargados del programa.¡Un millón y medio de trabajadores agrícolas mexicanos fueron destinados a las fuerzas armadas y enviados a Europa, al norte de África y a Las Filipinas! Cuando el gobierno mexicano anunció que a los que regresaran les entregaría parcelas, implementos agrícolas y dinero en efectivo para iniciar sus labores y construir sus viviendas, los gobernadores de California, y Nuevo México, --especialmente el señor “Coke” Stevenson de Texas-- se quejaron. Stevenson no garantizó un trato humano. Solo les envió “good wishes…” El Bracero Program fue convertido por esos gobernadores en la frontera porosa al concluir la Segunda Guerra Mundial. Y así continuó hasta mayo de 2018. ¿Podrían algunos ayudantes de alto rango militar, diplomático y comercial explicárselo a Trump? La frontera porosa es un invento estadounidense.


Francisco Zarco publicó en El Siglo XIX del 21 de agosto de 1862, que la lucha por la independencia la libró el pueblo mexicano sin ayuda alguna. “Solos mantuvimos la insurrección durante once años. Solos salvaremos nuestra autonomía, nuestro nombre…ya no hay conquistas que puedan extinguir las nacionalidades que defienden sus derechos a existir.”

El 1 de septiembre de 1918 Venustiano Carranza en su informe al Congreso de la Unión precisó: “Las directrices de nuestra política internacional son pocas, claras y sencillas: ningún país debe inmiscuirse en los asuntos interiores de otro. Todos deben someterse estrictamente y sin excepciones al principio universal de no intervención.Ningún individuo debe pretender situación mejor que la de los ciudadanos del país a donde va a establecerse, ni hacer de su calidad de extranjero un título de privilegio.”

Lázaro Cárdenas fundamentó en la Constitución Mexicana la nueva Legislación Agraria, “la más urgente de las medidas para asegurar estabilidad social y económica, y “México para alcanzarla considera justa “la ocupación de las tierras, reconociendo en favor de sus propietarios la obligación de indemnizarlos, si bien el pago tenga que ser demorado…” García Cantú explica que la expropiación petrolera reafirmó el principio esencial de Carranza respecto de los derechos de los extranjeros en México. Y recuerda: “Los pueblos ingenuos, los reciben como extranjeros y les guardan consideraciones que sobrepasan los límites del respeto…y deslindan las propiedades que adquieren con una ficción de extraterritorialidad, para obtener una extensión de sus linderos y por ende de su particular soberanía.”

Porfirio Díaz modificó la Constitución del 57 para permitir paso franco de tropas estadunidenses para que exterminaran a los seris, los rarámauris (tarahumaras) y los mayos.Trump ignora que The Bracero Program fue propuesto por el presidente Franklin Roosevelt al presidente Lázaro Cárdenas. Millones de trabajadores agrícolas mexicanos atravesarían la frontera para suplir a los 6 u 8 millones de jóvenes estadounidenses que serían enviados a los frentes de batalla europeos. A partir de entonces la frontera se hizo “porosa”. Los jornaleros mexicanos la atravesaban, y allí comenzaba su calvario. Percibían raquíticos jornales y vivían en inhóspitos galerones.Nunca se les dio buen trato humano. Inicialmente contrataron unos 60 mil campesinos mexicanos. Y las autoridades estadunidenses dejaron la frontera discretamente entreabierta para que la atravesaran con facilidad los braceros. Así acrecentaron sus ingresos los rancheros sureños. El convenio no solo fue lesivo para los trabajadores mexicanos sino que fue violado por los encargados del programa.¡Un millón y medio de trabajadores agrícolas mexicanos fueron destinados a las fuerzas armadas y enviados a Europa, al norte de África y a Las Filipinas! Cuando el gobierno mexicano anunció que a los que regresaran les entregaría parcelas, implementos agrícolas y dinero en efectivo para iniciar sus labores y construir sus viviendas, los gobernadores de California, y Nuevo México, --especialmente el señor “Coke” Stevenson de Texas-- se quejaron. Stevenson no garantizó un trato humano. Solo les envió “good wishes…” El Bracero Program fue convertido por esos gobernadores en la frontera porosa al concluir la Segunda Guerra Mundial. Y así continuó hasta mayo de 2018. ¿Podrían algunos ayudantes de alto rango militar, diplomático y comercial explicárselo a Trump? La frontera porosa es un invento estadounidense.


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