/ miércoles 30 de marzo de 2022

Protección en tiempos de guerra: la preocupación humanitaria en Ucrania

Por Lani Anaya


El conflicto entre Rusia y Ucrania ha cumplido más de 30 jornadas seguidas. Si bien sería indebido dejar de comentar que existen un sinfín de aristas -desde las (geo)políticas, ideológicas, económicas, mediáticas, energéticas, sociales-, que detonan una complejidad más allá de la típica narrativa dicotómica de héroes contra villanos; durante este tipo de sucesos, la población civil, es quien sufre las consecuencias más drásticas y duraderas.

En ese sentido, es importante hacer un recuento de la gran crisis humanitaria derivada de este conflicto, así de cómo se han desarrollado distintos esfuerzos para abordarla. Al 25 de marzo se registran 2,788 muertes civiles, además de la necesidad de alimentos, agua potable, medicamentos, servicios de salud, acogida. Además, desde las organizaciones civiles humanitarias, se ha alertado sobre la falta da protección a civiles en tránsito a zonas seguras, la salvaguarda de infraestructuras civiles, y la protección de personal humanitario, prisioneros de guerra.

Desde el derecho internacional humanitario, cuando sucede un conflicto armado las partes deben respetar a proteger a la población; es decir, preservar a la población civil, así como permitir su paso seguro al huir de los enfrentamientos armados. A inicios de marzo, las tensiones provocaron el cierre de corredores humanitarios en lugares como Mariúpol. El cierre de corredores, por un lado, ha forzado a las personas a desplazarse, incluso a pie, hacia las fronteras internacionales; sin embargo, y sin dejar de lado el apoyo ofrecido desde distintos países en Europa, se ha presentado una situación de discriminación racial hacia desplazados y refugiados no ucranianos que huyen de la misma crisis. Lo último, ha descubierto los debates en cuanto a la existencia de cierto tipo de premura o predilecciones de la comunidad internacional para abordaje de pasadas crisis humanitarias en distintos puntos del globo terráqueo al igual que el tipo de trato hacia las personas que han huyen de distintos conflictos.

En cuanto a las infraestructuras civiles se han registrado bombardeos en los principales aeropuertos, estaciones de trenes, y áreas densamente pobladas en Chernihiv, Kharkiv, Kiev, Mariúpol. Desde el tema de la infraestructura de salud, se han reportado 34 ataques en contra de instalaciones médicas. Las preocupaciones en cuanto al sistema de salud rondan en torno a las víctimas de la guerra, el potencial aumento de contagios de coronavirus -solamente 36% de la población tiene el esquema completo de vacunación- y, de acuerdo con diálogos de sociedad civil, la necesidad urgente de atención a la salud mental, en especial a pacientes con trastorno de estrés postraumático derivado de los ataques.

Hasta el momento, los intentos de realizar una operación humanitaria a gran escala no han dado loa resultados. En uno de sus reporte más recientes, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios compartido el cálculo de más de 18 millones de personas afectadas, de las cuales 12 millones necesitan o necesitarán asistencia humanitaria. En el caso de Naciones Unidas, se ha alcanzado a apoyar casi un millón de personas en Kiev, Lviv, Zakarpatska, Donetska a través del Programa Mundial de Alimentos, la Organización Mundial de la Salud, el Fondo de Población, la Organización Mundial para la Migración, la Agencia de Refugiados, los clústers de Agua, Saneamiento e Higiene. Organizaciones como la Cruz Roja Internacional y Mercy Corps colaboran en activar los corredores humanitarios y abastecer necesidades básicas de la población afectada. La Unión Europea, por su parte ha coordinado el Mecanismo de Protección Civil que incluye la entrega de asistencia desde Polonia, Rumania y Eslovaquia, aunado a apoyo financiero y técnico para la crisis humanitaria.

Para la financiación de esta ayuda humanitaria, el Fondo Humanitario a Ucrania ha recaudado 30 millones de dólares que se ha destinado a organizaciones locales al interior del país. El sistema de Naciones Unidas también cuenta con un fondo llamado Flash Appeal (o llamado rápido) de 1 billón de dólares de los cuales se ha cubierto un 40% con el apoyo de donadores diversos.

La asistencia humanitaria en Ucrania aún se encuentra en sus primeras etapas. Durante los últimos años, el abordaje de conflictos como este ha procurado emplear el nexo humanitario-desarrollo-paz (HDP-N por sus siglas en inglés) como un acercamiento integral ante este tipo de crisis. En el caso de Ucrania, no obstante, es aún temprano para la implementación de ejes como la construcción de paz o de cooperación para el desarrollo. Este tipo de ejes conllevan tiempo porque integran temas como la cohesión social, la educación cuyo apoyo financiero es comúnmente de las relaciones bilaterales y de las temáticas prioritarias de Asistencia Oficial para el Desarrollo que tienen los países donantes.

Podemos concluir que crisis humanitaria es una de las más grande en la región desde finales del siglo pasado. Aunque el Consejo de Seguridad de la ONU continúa las negociaciones para una resolución, la Asamblea General ya ha demandado la protección de civiles y el acceso a la ayuda humanitaria en el país. Desde esta perspectiva, habrá que dar seguimiento, por un lado, al cumplimiento del derecho internacional por las partes involucradas en el conflicto, y por otro, el impacto integral de la guerra sobre la población afectada en el mediano y el largo plazo.

Asociada COMEXI, licenciada en Relaciones Internacionales por la UNAM, maestra en Estudios de Paz y Conflicto por la Universidad de Uppsala (Suecia) y maestrante en Estudios Ecuménicos por la Universidad de Bonn (Alemania). Consultora independiente e investigadora en desarrollo sostenible y paz.


@LaniAnaya


Por Lani Anaya


El conflicto entre Rusia y Ucrania ha cumplido más de 30 jornadas seguidas. Si bien sería indebido dejar de comentar que existen un sinfín de aristas -desde las (geo)políticas, ideológicas, económicas, mediáticas, energéticas, sociales-, que detonan una complejidad más allá de la típica narrativa dicotómica de héroes contra villanos; durante este tipo de sucesos, la población civil, es quien sufre las consecuencias más drásticas y duraderas.

En ese sentido, es importante hacer un recuento de la gran crisis humanitaria derivada de este conflicto, así de cómo se han desarrollado distintos esfuerzos para abordarla. Al 25 de marzo se registran 2,788 muertes civiles, además de la necesidad de alimentos, agua potable, medicamentos, servicios de salud, acogida. Además, desde las organizaciones civiles humanitarias, se ha alertado sobre la falta da protección a civiles en tránsito a zonas seguras, la salvaguarda de infraestructuras civiles, y la protección de personal humanitario, prisioneros de guerra.

Desde el derecho internacional humanitario, cuando sucede un conflicto armado las partes deben respetar a proteger a la población; es decir, preservar a la población civil, así como permitir su paso seguro al huir de los enfrentamientos armados. A inicios de marzo, las tensiones provocaron el cierre de corredores humanitarios en lugares como Mariúpol. El cierre de corredores, por un lado, ha forzado a las personas a desplazarse, incluso a pie, hacia las fronteras internacionales; sin embargo, y sin dejar de lado el apoyo ofrecido desde distintos países en Europa, se ha presentado una situación de discriminación racial hacia desplazados y refugiados no ucranianos que huyen de la misma crisis. Lo último, ha descubierto los debates en cuanto a la existencia de cierto tipo de premura o predilecciones de la comunidad internacional para abordaje de pasadas crisis humanitarias en distintos puntos del globo terráqueo al igual que el tipo de trato hacia las personas que han huyen de distintos conflictos.

En cuanto a las infraestructuras civiles se han registrado bombardeos en los principales aeropuertos, estaciones de trenes, y áreas densamente pobladas en Chernihiv, Kharkiv, Kiev, Mariúpol. Desde el tema de la infraestructura de salud, se han reportado 34 ataques en contra de instalaciones médicas. Las preocupaciones en cuanto al sistema de salud rondan en torno a las víctimas de la guerra, el potencial aumento de contagios de coronavirus -solamente 36% de la población tiene el esquema completo de vacunación- y, de acuerdo con diálogos de sociedad civil, la necesidad urgente de atención a la salud mental, en especial a pacientes con trastorno de estrés postraumático derivado de los ataques.

Hasta el momento, los intentos de realizar una operación humanitaria a gran escala no han dado loa resultados. En uno de sus reporte más recientes, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios compartido el cálculo de más de 18 millones de personas afectadas, de las cuales 12 millones necesitan o necesitarán asistencia humanitaria. En el caso de Naciones Unidas, se ha alcanzado a apoyar casi un millón de personas en Kiev, Lviv, Zakarpatska, Donetska a través del Programa Mundial de Alimentos, la Organización Mundial de la Salud, el Fondo de Población, la Organización Mundial para la Migración, la Agencia de Refugiados, los clústers de Agua, Saneamiento e Higiene. Organizaciones como la Cruz Roja Internacional y Mercy Corps colaboran en activar los corredores humanitarios y abastecer necesidades básicas de la población afectada. La Unión Europea, por su parte ha coordinado el Mecanismo de Protección Civil que incluye la entrega de asistencia desde Polonia, Rumania y Eslovaquia, aunado a apoyo financiero y técnico para la crisis humanitaria.

Para la financiación de esta ayuda humanitaria, el Fondo Humanitario a Ucrania ha recaudado 30 millones de dólares que se ha destinado a organizaciones locales al interior del país. El sistema de Naciones Unidas también cuenta con un fondo llamado Flash Appeal (o llamado rápido) de 1 billón de dólares de los cuales se ha cubierto un 40% con el apoyo de donadores diversos.

La asistencia humanitaria en Ucrania aún se encuentra en sus primeras etapas. Durante los últimos años, el abordaje de conflictos como este ha procurado emplear el nexo humanitario-desarrollo-paz (HDP-N por sus siglas en inglés) como un acercamiento integral ante este tipo de crisis. En el caso de Ucrania, no obstante, es aún temprano para la implementación de ejes como la construcción de paz o de cooperación para el desarrollo. Este tipo de ejes conllevan tiempo porque integran temas como la cohesión social, la educación cuyo apoyo financiero es comúnmente de las relaciones bilaterales y de las temáticas prioritarias de Asistencia Oficial para el Desarrollo que tienen los países donantes.

Podemos concluir que crisis humanitaria es una de las más grande en la región desde finales del siglo pasado. Aunque el Consejo de Seguridad de la ONU continúa las negociaciones para una resolución, la Asamblea General ya ha demandado la protección de civiles y el acceso a la ayuda humanitaria en el país. Desde esta perspectiva, habrá que dar seguimiento, por un lado, al cumplimiento del derecho internacional por las partes involucradas en el conflicto, y por otro, el impacto integral de la guerra sobre la población afectada en el mediano y el largo plazo.

Asociada COMEXI, licenciada en Relaciones Internacionales por la UNAM, maestra en Estudios de Paz y Conflicto por la Universidad de Uppsala (Suecia) y maestrante en Estudios Ecuménicos por la Universidad de Bonn (Alemania). Consultora independiente e investigadora en desarrollo sostenible y paz.


@LaniAnaya