/ lunes 27 de agosto de 2018

Protocolo trans: avances y pendientes

En el marco del Proceso Electoral 2017-2018, y con el propósito de avanzar en la garantía del derecho al voto sin discriminación en el país, el 22 de diciembre de 2017 el Consejo General del INE aprobó un documento conocido mediaticamente como Protocolo trans, cuyo objetivo fue contar con una guía que estableciera directrices y orientara las acciones para garantizar el ejercicio del voto libre de las personas trans, en todos los tipos de elección y mecanismos de participación ciudadana, en igualdad de condiciones y sin discriminación alguna.

Mediante este Protocolose estableció que todas las personas trans (travestis, transgénero y transexuales) que tuvieran Credencial para Votar vigente y estuvieran inscritas en la Lista Nominal de Electores, podrían emitir su voto el día de la elección, y en ningún caso la falta de concordancia de la expresión de género de la persona, con la expresada en la fotografía de la Credencial para Votar, o bien, con el nombre o el sexo asentados en ella, podría ser causa para impedir el sufragio.

Por lo anterior, y tras haberse ejecutado esta medida durante la jornada electoral del 1 de julio pasado, vale la pena mencionar algunos datos del balance sobre la implementación de dicho Protocolo que, desde una perspectiva general, podemos decir que arrojó saldos positivos, pero que también evidenció áreas de mejora importantes.

Empezando con las actividades preparatorias de la Jornada Electoral, en todo el país se llevaron a cabo 748 talleres a nivel nacional para el personal eventual del INE que capacitaría a las y los funcionarios de casilla. En estos talleres, además de consolidar los conocimientos de capacitación y asistencia electoral, se dedicó un espacio para conocer el contenido y la instrumentación del Protocolo, a fin de que estos conocimientos les fueran transferidos posteriormente a las y los funcionarios de casilla durante su respectiva capacitación.

Durante el periodo de capacitación a las y los funcionarios de casilla, un total de 109 mil 387 simulacros se llevaron a cabo en los 300 distritos electorales federales del país, y de este universo, en el 81.34% se planteó el escenario en el que una persona trans quisiera votar. Asimismo, fueron realizadas 52 mil 207 prácticas de la jornada electoral, de las cuales, en el 72.49% fue planteado el mismo supuesto.


En cuanto a la Jornada Electoral, cabe decir que el 1 de julio fueron instaladas 156 mil 792 casillas electorales, de las cuales, en el 99.15% se colocó un cartel informativo para enterar a la ciudadanía que las personas trans debían ejercer su voto sin discriminación. De igual manera, en el 99.87% de las casillas, las y los funcionarios contaron con un tríptico informativo con el fin de apoyar sus funciones y para que tuvieran a la mano las acciones que debían realizar y las que tenían que evitar para garantizar el sufragio en igualdad de condiciones de las personas trans.


Por otra parte, destaca que solo en el 0.007% de las casillas instaladas, unicamente se presentaron 11 incidentes relativos al voto de las personas trans. En 10 de los casos, las y los funcionarios de casilla actuaron conforme a lo señalado en el Protocolo y permitieron votar a las personas, y sólo en 1 caso no fue permitida la emisión del voto. Lo anterior, dado que la edad que afirmaba tener dicha persona, no coincidía con lo establecido en su credencial para votar, por lo que las y los funcionarios le negaron el voto.


En términos generales, son alentadores los resultados obtenidos en esta puesta en práctica del Protocolo, pues si bien se evidencia la necesidad de optimizar las etapas de capacitación al personal eventual y a funcionarias y funcionarios de casilla respecto a esta materia, los incidentes suscitados fueron mínimos. Aunque, desde luego debemos seguir trabajando para reducir a cero cualquier incidente.


Estas medidas no son esfuerzos banales. En un contexto nacional de desigualdades estructurales y sistemáticas que se siguen reproduciendo en nuestra sociedad, significan un gran paso en la construcción de un México más democrático, sobre todo respecto a una de las funciones más esenciales de todo Estado democrático: la de garantizar las condiciones para el ejercicio libre del voto de todas y todos sus ciudadanos. Esto solo se podrá lograr a través de la capacitación continua de la ciudadanía. Espero que los conceptos y medidas planteados en el Protocolo, nos acerquen y sensibilicen sobre la vida de las personas trans, nos permitan reconocer y parar la discriminación en su contra, creo incluso en la posibilidad de que los conocimientos que adquirieron las y los funcionarios de mesa directiva de casilla los apliquen en su vida cotidiana, que los repliquen su entorno, y de esta forma logremos un México más incluyente.



En el marco del Proceso Electoral 2017-2018, y con el propósito de avanzar en la garantía del derecho al voto sin discriminación en el país, el 22 de diciembre de 2017 el Consejo General del INE aprobó un documento conocido mediaticamente como Protocolo trans, cuyo objetivo fue contar con una guía que estableciera directrices y orientara las acciones para garantizar el ejercicio del voto libre de las personas trans, en todos los tipos de elección y mecanismos de participación ciudadana, en igualdad de condiciones y sin discriminación alguna.

Mediante este Protocolose estableció que todas las personas trans (travestis, transgénero y transexuales) que tuvieran Credencial para Votar vigente y estuvieran inscritas en la Lista Nominal de Electores, podrían emitir su voto el día de la elección, y en ningún caso la falta de concordancia de la expresión de género de la persona, con la expresada en la fotografía de la Credencial para Votar, o bien, con el nombre o el sexo asentados en ella, podría ser causa para impedir el sufragio.

Por lo anterior, y tras haberse ejecutado esta medida durante la jornada electoral del 1 de julio pasado, vale la pena mencionar algunos datos del balance sobre la implementación de dicho Protocolo que, desde una perspectiva general, podemos decir que arrojó saldos positivos, pero que también evidenció áreas de mejora importantes.

Empezando con las actividades preparatorias de la Jornada Electoral, en todo el país se llevaron a cabo 748 talleres a nivel nacional para el personal eventual del INE que capacitaría a las y los funcionarios de casilla. En estos talleres, además de consolidar los conocimientos de capacitación y asistencia electoral, se dedicó un espacio para conocer el contenido y la instrumentación del Protocolo, a fin de que estos conocimientos les fueran transferidos posteriormente a las y los funcionarios de casilla durante su respectiva capacitación.

Durante el periodo de capacitación a las y los funcionarios de casilla, un total de 109 mil 387 simulacros se llevaron a cabo en los 300 distritos electorales federales del país, y de este universo, en el 81.34% se planteó el escenario en el que una persona trans quisiera votar. Asimismo, fueron realizadas 52 mil 207 prácticas de la jornada electoral, de las cuales, en el 72.49% fue planteado el mismo supuesto.


En cuanto a la Jornada Electoral, cabe decir que el 1 de julio fueron instaladas 156 mil 792 casillas electorales, de las cuales, en el 99.15% se colocó un cartel informativo para enterar a la ciudadanía que las personas trans debían ejercer su voto sin discriminación. De igual manera, en el 99.87% de las casillas, las y los funcionarios contaron con un tríptico informativo con el fin de apoyar sus funciones y para que tuvieran a la mano las acciones que debían realizar y las que tenían que evitar para garantizar el sufragio en igualdad de condiciones de las personas trans.


Por otra parte, destaca que solo en el 0.007% de las casillas instaladas, unicamente se presentaron 11 incidentes relativos al voto de las personas trans. En 10 de los casos, las y los funcionarios de casilla actuaron conforme a lo señalado en el Protocolo y permitieron votar a las personas, y sólo en 1 caso no fue permitida la emisión del voto. Lo anterior, dado que la edad que afirmaba tener dicha persona, no coincidía con lo establecido en su credencial para votar, por lo que las y los funcionarios le negaron el voto.


En términos generales, son alentadores los resultados obtenidos en esta puesta en práctica del Protocolo, pues si bien se evidencia la necesidad de optimizar las etapas de capacitación al personal eventual y a funcionarias y funcionarios de casilla respecto a esta materia, los incidentes suscitados fueron mínimos. Aunque, desde luego debemos seguir trabajando para reducir a cero cualquier incidente.


Estas medidas no son esfuerzos banales. En un contexto nacional de desigualdades estructurales y sistemáticas que se siguen reproduciendo en nuestra sociedad, significan un gran paso en la construcción de un México más democrático, sobre todo respecto a una de las funciones más esenciales de todo Estado democrático: la de garantizar las condiciones para el ejercicio libre del voto de todas y todos sus ciudadanos. Esto solo se podrá lograr a través de la capacitación continua de la ciudadanía. Espero que los conceptos y medidas planteados en el Protocolo, nos acerquen y sensibilicen sobre la vida de las personas trans, nos permitan reconocer y parar la discriminación en su contra, creo incluso en la posibilidad de que los conocimientos que adquirieron las y los funcionarios de mesa directiva de casilla los apliquen en su vida cotidiana, que los repliquen su entorno, y de esta forma logremos un México más incluyente.